Título: La papelería Tsubaki Autora: Ito Ogawa
Páginas: 304 pág.
Editorial: Navona
Precio: 24 euros
Año de edición: 2024
Esta novela parece reflejar varias características de la cultura japonesa con intensidad singular: delicadeza, refinamiento, contención, reglas sociales estrictas, dificultades para relacionarse con los demás y sensualidad. Y lo hace de una manera muy bella y llena de emoción.
Pero empecemos por el principio. La acción abarca un año entero y el texto está dividido en cuatro partes, exactamente de igual longitud, que se corresponden a las cuatro estaciones, de verano a primavera y cuenta la historia de una joven, Hatoko Amemiya, alias Poppo para los más cercanos, que acaba de regresar a Kamakura, la ciudad costera en la que se crió con su abuela. que acaba de fallecer, para hacerse cargo del negocio familiar: una papelería. Amemiya desciende de una familia con una larga tradición como escribientes, profesionales que dominan la caligrafía japonesa y se dedican a escribir cartas por encargo: una despedida, un saludo a un antiguo amor, un mensaje para zanjar un asunto, una carta de separación... textos difíciles, que deben estar llenos de matices y elegancia. Nuestra protagonista elige para cada encargo la tinta adecuada, el papel del gramaje y color perfectos, el alfabeto a utilizar, las palabras, la forma de la letra y todos los detalles de manera que todas las características de la misiva refuercen y maticen el mensaje escrito.
A lo largo del libro, Hatoko escribe unas siete cartas, recibe también alguna que otra, y cada encargo está descrito con todo lujo de detalles, como si se tratara de un caso policíaco. El relato resulta lírico, poético y conmovedor; ilustra además muy bien la cultura nipona y ofrece un panorama parcial de su gastronomía, costumbres y religión, su comunicación constante con la naturaleza, el clima, los pájaros, las flores, el paisaje, su relación con lo espiritual y su gusto por los detalles. No aparecen muchos personajes, pero están bien caracterizados y se muestra una radiografía de las relaciones en una pequeña comunidad. El estilo, preciso, evocador e íntimo, se ajusta muy bien al tema que trata.
En fin, un libro encantador, para todas las edades, profundamente japonés, que proporciona muchas pistas sobre la cultura de ese país y que me parece destinado a convertirse en superventas —ha vendido ya 10 millones de ejemplares—, refinado y conmovedor, sutil, con destellos del alma japonesa y mucha poesía dentro. Muy recomendable. Por cierto, Tsubaki significa camelia.
La traducción del japonés, cuyo resultado es un texto redactado en un castellano espléndido, es obra de Maite Madinabeita, formada en la Universidad Pompeu Fabra y traductora de inglés y japonés.
Ito Ogawa (Yamagata, 1973) es una escritora, letrista, cantante y traductora japonesa. Estudió japonés clásico en la Universidad de Mujeres Seisen en Tokio. Se casó con un productor musical y estuvo escribiendo letras durante varios años. Mientras se ocupaba de las tareas del hogar, empezó a escribir y publicar, primero cuentos para niños y luego, novelas.
Ha publicado hasta ahora quince novelas, diez libros de cocina y tareas hogareñas y un buen número de cuentos infantiles. Ha ganado varios premios prestigiosos. Tiene una página web muy popular en la que ofrece recetas de cocina japonesa. Vivió durante tres años, de 2017 a 2020, en Berlín, ciudad que le encanta, y actualmente reside en Japón.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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