jueves, 30 de abril de 2015

El caballero del salón - W. Somerset Maugham


Título: El caballero del salón
Autor: W. Somerset Maugham
 

Páginas: 264
 

Editorial: Ediciones del viento
 

Precio: 19 euros
 

Año: 2004

Hoy tenemos aquí un libro de viajes, ese género híbrido entre el reportaje fiel y periodístico, y la novela, porque todo gran escritor que se precie fabula algo cuando cuenta hechos reales y a menudo se toma la licencia de intercalar algún que otro cuento. Eso pasa con este delicioso texto, que narra un viaje por el extremo oriente, pasando por Birmania, Sham, Siam e Indochina, lleno de peripecias y aventuras, algunas cotidianas, otras veces historias de otros viajeros y conocidos que se insertan en la narración. Hay incluso relatos incrustados como el delicioso cuento infantil del Rey de Siam y sus hijas.

El autor es el inimitable Somerset Maugham, un escritor con mucha personalidad, con experiencia, una persona que parece siempre estar de vuelta de muchas cosas y haber aprendido ya de casi todo, con lo cual casi nada la parece novedoso. Pero por otro lado es un buen observador, objetivo y perspicaz que nos ofrece descripciones que parecen fotografías, coloridas y llenas de detalles, sin hacerse aburridas en ningún momento.

Explica además porqué le gusta viajar, por la sensación de libertad que le proporciona, para seguir la atracción de lo desconocido, porque siempre aprende algo y vuelve cambiado. Todo un programa para el que quiere huir, esconderse al menos en apariencia y convertirse en el caballero del salón, un viajero anónimo y desconocido, quizás solitario, al que el personal del hotel atiende. Un viaje en el que Maugham quiere descansar de sí mismo. 

Por cierto,la fotografía de la portada no tiene desperdicio. Está tomada en 1870 y muestra un boy, espera pacientemente con una taza de té en la mano a que su señor se despierte, un europeo esparratado con todas susperteencias alrededor. Todo un mundo y dos clase sociales retratadas en una sola imagen.

En fin, un libro estupendo, escrito con mucho oficio, muy correcto y lleno de anécdotas, historias, sucedidos y aventuras curiosísimas, que vale la pena conocer. Maugham es siempre un escritor pulcro, elegante y preciso. Un caballero de las letras. Una obra muy recomendable para los amantes de los viajes sedentarios, los que se hacen sin salir de casa, desde el sofá.

William Somerset Maugham (París, 1874-1965) fué médico, británico, espía, fumador empedernido, tartamudo, muy tímido y sobre todo escritor de éxito. En los años 30 era uno de los autores más ricos, sus libros se vendían como rosquillas y era muy conocido. Hoy sin embargo está sumido en un injusto olvido. 

Se puede decir que de alguna manera fué hijo de una enfermedad, porque su madre era tuberculosa y entonces se recomendaba tener hijos como alivio a su dolencia. El método no surtió efecto y su madre murió cuando él tenía seis años. Se quedó tan traumatizado que conservaría toda su vida una foto de su madre en la mesilla de noche.

Llegó a los 92 años, arrugado como una pasa y conservando un elegancia envidiable. Hoy prefiero recordarle tal y como era cuando era joven y bien parecido. 

William Somerset Maugham

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

miércoles, 29 de abril de 2015

El sueño eterno - Raymond Chandler


Título: El sueño eterno
Autor: Raymond Chandler

Páginas: 240

Editorial: Alianza

Precio: 9 euros

Año: 2004

Esta novela, publicada en 1939, es la primera enla que aparece Philip Marlowe una de las mejores obras de Chandler y sin duda un título de referencia en el género negro y las novelas de intriga. Cuenta la historia de un detective, un antihéroe cínico y cansado, al que contrata el general Sternwood para que le libre de un chantajista que quiere aprovecharse de su hija menor. La hija mayor se interesa por el detective y la trama hasta lo indecible en muy poco tiempo.

Los libros de este autor son como sudokus, auténticos embrollos de personajes en los que el espectador se pierde sin remedio, mientras conserva una idea intuitiva general del guión. Hay quien toma apuntes, pero da igual, no sirve de mucho. Chandler aconsejaba a los jóvenes autores que si se atascaban en una novela, abrieran la puerta y metiesen a un tipo con una pistola en el salón y luego ya se vería. Él mismo debió seguir esa regla a menudo, porque sus novelas están llenas de matones, malentendidos, personajes confusos, traiciones, disparos y enredos, ante los que uno tiene el consuelo de que hay personajes que tampoco se están enterando de nada.

Y a pesar de todo, las novelas de este hombre tienen un encanto irresistible. Primero porque solo hace falta tener una idea general de la trama para estar ubicado. Segundo porque el protagonista es genial, cínico, de vuelta de todo, cansado, listo, muy listo, con una lengua afilada y en el fondo, un tipo leal, uno de los mejores antihéroes que se han inventado. Tercero, porque los diálogos son absolutamente geniales, réplicas con retranca, ironía y sarcasmo, que a mí por lo menos me parecen divertidísimas. Y cuarto, porque las atmósferas, el ambientillo, está perfectamente descrito.

Hay una versión cinematográfica dirigida en 1946 por Howard Hawks, protagonizada por el mejor Humprey Bogart y la mejor Lauren Bacall, una película mítica que se deja ver tantas veces como uno quiera sin perder encanto.

Cartel de la película de Howard Hawks (1946)

Pero en mi opinión, Marlowe será siempre Robert Mitchum, porque lleva escrita en la cara la personalidad del famoso detective. Es un personaje que le viene como anillo al dedo.

Robert Mitchum Marlowe

En fin, una de las novelas fundacionales del género, el brillante debut de un escritor prodigioso. Chandler se inventó el detective perdedor, que nunca llega a prosperar porque aún le queda un poco de ética, y la rubia peligrosa. Os recomiendo el plan de ver primero la película, la de Bogart o la de Mitchum, y luego leer el libro. El efecto es muy potente.

Raymond Chandler (Chicago, 1888-1959) era hijo de ingeniero alcohólico y violento, que maltrataba a su madre y finalmente la abandonó. Entonces la familia decidió enviar al pequeño Raymond a Londres, bajo la protección de un acaudalado tío de la familia. Estudió en el Dulwich College de Londres, donde obtuvo una sólida formación literaria. Luego viajó por Francia y Alemania, y se nacionalizó británico en 1907.
      
Fué periodista, soldado en la Primera Guerra Mundial, poeta y algo borracho. Al acabarla contienda se instaló en California, se casó con una mujer 18 años mayor que él y consiguió un buen puesto en un sindicato, pero perdió el trabajo por alcólico, por escaquearse demasiado y por sus continuas aventuras con las secretarias. 
                                
Desde sus tiempos en Londres había estado escribiendo poemas, relatos y alguna novela, pero a partir de su 50 cumpleaños ya se dedicó por completo a escribir. 

Cuando se murió su mujer, tuvo fuertes depresiones, volvió a la bebida e intentó suicidarse dos veces.
  
 
Raymond Chandler
 
Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

martes, 28 de abril de 2015

El amor conyugal - Alberto Moravia


Título: El amor conyugal
Autor: Alberto Moravia
 

Páginas: 131
 

Editorial: Orbis
 
Precio: 2,50 euros
 
Año: 1997

Alberto Moravia escribió esta novelita en 1947, el mismo año que escribió «La romana», en plena madurez creativa. En ella cuenta cómo es la maravillosa vida de una pareja de recién casados que se quiere y disfruta de su amor durante unas semanas en las que se van a la Toscana para que él pueda escribir. 

Un planteamiento que puede parecer algo aburrido, pero Moravia lo llena de matices e inteligencia y lo hace interesante. Una especie de radiografía detallada del amor conyugal y sus vicisitudes, contadas con un estilo sobrio, a ráfagas poético y con una contención medida al milímetro, muy depurado. El lenguaje que emplea es casi coloquial, muy sincero y directo.

El autor parece desnudarse emocionalmente y se describe a sí mismo tal y como se ve, cuenta cómo ve a su mujer con todo detalle, cómo es su relación y su vida, día a día. Dibuja un análisis sentimental, completo y penetrante, de la felicidad, ese pájaro esquivo y misterios que a veces nos visita.

Y cuando parece que se trata de una novela romántica, plácida y sin sobresaltos, empiezan a pasar cosas, la historia gira y... y puedo leer hasta aquí, no más, prefiero que leáis esta curiosa novela corta y que descubráis sus secretos por vosotros mismos. Empecé a leerla sin estar muy convencido y al final me ha seducido y me ha gustado una barbaridad. Es buena, muy buena.

Uno se queda con la cursiosidad de hasta qué punto este libro es autobiográfico, al lector le gustaría saber qué cosas de las que se cuentan están tomadas de la vida del autor con su mujer, Elsa Morante, o incluso si todo lo que se cuenta sucedió realmente. Eso le da un cierto morbo misterioso a esta obra, no sabemos si nos estamos asomando a la intimidad de una pareja o no. El caso es que la acción de la novela se sitúa en 1937 y la pareja de escritores se casó en 1941, una época parecida.

Un libro muy interesante, lleno de cualidades, detalles y matices, con algún tinte ligeramente machista que nos recuerda que estamos en Italia y en los años 40. Una novela estupenda del gran Alberto Moravia, uno de mis escritores favoritos. 

Alberto Moravia y Elsa Morante en Capri

Alberto Moravia (Roma, 1907-1990) seudónimo de Alberto Pincherle, espléndido escritor y periodista romano. Hijo de un arquitecto judío de origen veneciano, nació en una familia rica y bien situada. A los nueve años una tuberculosis le obligó a guardar cama durante cinco años, dos en un sanatorio, y como se aburría comenzó a escribir y ya no paró hasta su muerte a los ochenta y tres años.

Fué un autodidacta durante toda su vida, leyendo grandes cantidades de libros y escribiendo. Estuvo casado con la también escritora Elsa Morante durante 21 años y con la escritora española Carmen Llera. Fué parlamentario europeo desde 1984 hasta su muerte.

Alberto Moravia 

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

lunes, 27 de abril de 2015

American Noir - Varios autores


Título: American Noir
Autor: Varios autores
 

Páginas: 331
 

Editorial: Navona

Precio: 18 euros

Año: 2014

Los incondicionales del género negro estamos de suerte porque se ha publicado en español a finales del año pasado esta espléndida antología de relatos que reúne a los mejores autores estadounidenses. Aquí tenemos a lo mejor de cada casa. Viendo sus biografías resulta curioso el que haya hay varios puntos que se repiten sistemáticamente en la mayoría de ellas: una infancia infeliz y averiada, a menudo una biografía desgraciada que traumatiza y varias novelas que han dado lugar a grandes películas de cine negro.

En cualqier caso estamos ante una recopilación en dos palabras im-presionante de historias de extensión media, alrededor de unas cuarenta páginas, con la longitud suficiente para mostrar el auténtico talento de sus autores más alla de una feliz idea que permite escribir una docena de páginas. Los planteamientos son variados y los textos fantásticos, todos muy buenos cada uno en su estilo.

Salvo los dos grandes padres del género, sus majestades Dashiell Hammett y Raymond Chandler, todos los grandes están aquí, el panorama es muy completo. Los diez relatos me han gustado, pero algunos me han parecido tremendos, el de James M. Cain que refleja algunos personajes de lo más profundo del país, el de Patricia Highsmith, siempre creíble, inteligente y malévolamente criminal, el de James Ellroy, que retrata a matones y delincuentes con una familiaridad pasmosa, parece que haya vivido toda su vida entre ellos.

Pero sobre todo, el de Dennis Lehane, «Quedarse sin perros», inquietante y perturbador, que hunde las raíces de lo anómalo en algo ominoso ocurrido en la infancia, igual que ocurre en «Mystic River». Es una historia muy bien contada, que avanza como las tragedias griegas, impulsada por la fuerza inexorable del destino hasta un desenlace con sorpresa que no es exactamente lo que esperábamos.

La edición va acompañada de un prólogo de James Ellroy, otro de Otto Penzler, los dos responsables de la selección, y una biografía de cada uno de los autores. Una excelente antología, que se disfruta página a página y un relato de Lehane excepcional.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: James M. Cain, Mickey Spillane, David Goodis, Jim Thompson, Patricia Highsmith, James Elroy, Joyce Carol Oates, Lawrence Block, Dennis Lehane y Elmore Leonard.

James M. Cain (Annapolis, 1892-1977) guionista, profesor de matemáticas y literatura, en sus historias la atracción sexual suele ser lo que pierde a los protagonistas. Es el autor de «El cartero siempre llama dos veces» y «Perdición».
   
Mickey Spillane (Nueva York, 1918-2006) se crió en la calle y a los 17 años ya estaba vendiendo sus relatos para revistas del género. Fué piloto de guerra, acróbata de circo y uno de los creadores del personaje de Capitán América.

David Goodis (Filadelfia, 1917-1967), publicista y científico, se hizo famoso por el relato «La senda tenebrosa» que se convertiría en una famosa película protagonizada en 1947 por Humprey Bogart y Lauren Bacall. Se espcializó en historias de perdedores. 

Jim Thompson (Anadarko, 1906-1977) tuvo los más variados trabajos durante la Gran Depresión, fué perseguido y censurado por comunista, y escribió guiones de películas como «Atraco perfecto» y «Senderos de gloria». Sus historias son secas y duras como un puñetazo.

Patricia Highsmith (Fort Worth, 1921-1995), la  gran dama americana del suspense, estuvo a punto de no nacer. Su madre se divorció a los cinco meses de embarazo e intentó abortar bebiendo trementina. Era una de las autoras favoritas de Hitchcock.

James Ellroy (Los Ángeles, 1948) estuvo toda su vida muy impresionado porque su madre fué salvajemente asesinada cuando él tenía diez años y nunca pudo encontrarse al asesino. El caso tiene muchas similutudes con una de sus mejores novelas «La dalia negra». También escribió la novela que se convirtió en «L. A. Confidencial».

Joyce Carol Oates (Lockport, 1938) fué una brillante alumna en las universidades de Siracusa y Wisconsin. Es una de las escritoras en activo más prolíficas, escribe sin parar desde los 14 años y es una eterna candidata al Premio Nobel. Ya hablamos aquí de uno de sus volúmenes de cuentos, «Infiel».

Lawrence Block (Buffalo, 1938) publicó su prmer relato a los 16 años, ha trabajado en el mundo editorial mientras no paraba de escribir y publicar grandes cantidades de tres clases: negras, eróticas y de fantasía.
   
Dennis Lehane (Boston, 1965) es el autor de «Mystic River» y «Shutter Island», dos inquietantes novelas convertidas en éxitos cinematográficos. Sus relatos están en todas las antologías de género negro.

Elmore Leonard (Nueva Orleans, 1925-2013) trabajo durante quince años en publicidad, mientras trataba de iniciar una carrera como escritor primero de novelas del oeste y luego del género negro. No consiguió el éxito deseado hasta que ganó el Premio Allan Poe en 1984 con LaBrava.

Publicado por Antonio F. Rodríguez

domingo, 26 de abril de 2015

El peso del mundo - Gustavo Martín Garzo


Ayer me encontré en el periódico con un suelto estupendo de uno de mis articulistas favoritos, un autor por el que siento debilidad. No es fácil escribir sobre la situación actual con sensibilidad y contención, dar un mensaje relevante desde el terreno de la literatura y sus grandes nombres, y hacerlo con elegancia. Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) lo consigue manteniendo su estilo habitual, lleno de resonancias y matices. Un artículo que da gusto leer:


Publicado por Antonio F. Rodríguez.

sábado, 25 de abril de 2015

Gente de Madrid - Jesús León y Rafael Roa


Título: Gente de Madrid
 Autores: Jesús León y Rafael Roa

Páginas: 288

Editorial: Anaya multimedia 

Precio: 19,95 euros

Año: 2014

Este caleidoscópico y a la vez profundo retrato de las gentes y personajes de la capital de España es el fruto de la colaboración de dos fotógrafos, uno madrileño y otro sevillano, que han trabajado juntos durante cinco intensos meses retratando el paisaje humano de la villa y corte.

Son trescientas fotografías que reflejan una ciudad acogedora, generosa, multicultural y variopinta. Madrid es una ciudad abierta y muy variada, que demanda ser explorada a pie de calle, porque ha cambiado tanto en los últimos años que se ha escapado de sus estereotipos.

Un gigante urbano, un Leviatán bonachón que acoge como hijos suyos a personas que vienen de todas partes. Porque si una cosa buena tiene esta ciudad, es que para ser madrileño sólo hace falta quedarse algún tiempo por aquí.

Para más información, os dejo aquí una galería de fotos que publicó «El mundo», uno de los vídeos promocionales que ha hecho Chema Sanmorán, la página web y la cuenta de Facebook del proyecto.


Un libro fascinante y maravilloso, por la calidad de sus fotografías, por su planteamiento y por el increíble reportaje humano y etnográfico que ofrece. Fantástico.

Jesús León es un fotógrafo, periodista y cinéfilo que trabaja y vive en Sevilla. Escribe en Xataka Foto desde el 2007. Se ha especializado en los últimos años en fotografía urbana. Imparte cursos y seminarios y en su página web  podéis disfrutar de su trabajo.

  
Jesús León

Rafael Roa (Madrid, 1955) trabaja como fotógrafo internacional desde 1988. Ha hecho fotografía de moda y retratos para las revistas más prestigiosas («Vogue», «Elle», «El país semanal»...) y ha retratado a modelos, actores, personalidades y famosos de los cinco continentes y todos los sectores. Ha sido director de «Image», una galería de arte especialidad en fotografía.

Desde 2005 se ha dedicado también al vídeo y ha conseguido premios y que su obra esté en varios museos y exposiciones. Ha desarrollado una importante carrera como profesor de fotografía en varias universidades, seminarios, cursos y talleres.

Tiene una excelnte página personal con abundante material fotográficos, cursos y muchas más cosas. Desde hace algún tiempo, vive en el centro de Madrid.

Rafael Roa

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

viernes, 24 de abril de 2015

Un filo de luz - Andrea Camilleri


Título: Un filo de luz 
Autor: Andrea Camilleri
 

Páginas: 224
 

Editorial: Salamandra

Precio: 16 euros
 

Año: 2015

Acaba de publicarse en España la última novela en casgellano sobre las aventuras del comisario Montalbano, llamado así en homenaje a Manuel Vázquez-Motalbán, escrita por Andrea Camilleri nada menos que a los 87 años de edad.

Nada más verla, la he comprado y me la ha ventilado en una tarde, casi de una sentada, y es que es excelente. Una de las mejores entregas de la serie, escrita con un lenguaje directo, sobrio y recortado, que parece inofensivo, pero que dibuja historias con una eficacia pasmosa. A Camilleri, un autor que visita habitualmente La Antigua Biblos, no se le ve la mano cuando escribe, pero tiene mucho peligro y cuando el lector quiere darse cuenta, se encuentra bajo el sol siciliano de la imaginaria Vigata (Porto Empedocle), rodeado de los personajes de la saga y en medio de una trama apasionante.

Una novela redonda, que lo tiene todo, sentido del humor, una pizca de compasión, ironía, conocimiento del ser humano, una historia de suspense sabiamente dosificado, sorpresas, giros imprevistos, fogonazos de realidad que iluminan el mundo en el que vivimos y un desenlace soberbio, que en una sola frase cierra todo un libro. Hasta la nota final, en la que asegura que todo parecido con el mundo real es pura coincidencia, tiene su punto. Genial e inolvidable. Camilleri es mi hombre.

Andrea Camilleri (Porto Empedocle, 1925) es un escritor siciliano de novela negra que me tiene loco. Fué guionista y director de televisión hasta que, desmontando la maquinaria de varias historias de Simenon para una serie, aprendió a escribir novelas de suspense tomando como modelo al maestro belga.

Después de eso y a los 69 años, comenzó a escribir los libros que cuentan los casos del comisario Montalbano, de los que ha escrito ya un total de 31, que junto con las 64 novelas y otros libros que ha ido publicado, suman un total cercano al centenar de libros, producidos a un ritmo constante de un título cada tres meses, con los que copa sistemáticamente las listas de libros más vendidos en Italia. A punto de cumplir los 90 años, parece estar en plena forma.

Es ese señor mayor y poco agraciado que aparece en la foto riendose como un niño travieso, como si nunca hubiese roto un plato. 

http://www.eldiario.es/catalunya/diaricultura/cultura-literatura_6_226487365.html
Andrea Camilleri (Foto Enric Catalá)

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

jueves, 23 de abril de 2015

Suburbana - Claudio Mazza


Título: Suburbana
Autor: Claudio Mazza

Páginas: 272

Editorial: Dos bigotes

Precio: 18,95 euros 

Año: 2015

Esta novela que acaba de ser publicada este mes de abril es un verdadero descubrimiento. Una novelaza consistente y rica en nutrientes, de las que alimenta el espíritu y la imaginación y no pueden dejar indiferente al que la lea. Un libro realmente estupendo.

Cuenta las historias cruzadas de dos argentinos, Renzo que se ha instalado en Madrid y tiene ya su vida hecha, y Alma, que después de estar unos años en España ha vuelto a su país de origen. Dos personajes que se cuentan su vida y de ese contraste, surge esta novela. Son dos personas se cruzan en la vida y su peripecia queda ya unida para siempre.

Todo se cuenta con una prosa muy sugerente, a rachas intensamente poética, que a veces produce frases lapidarias que dan ganas de subrayar («La historia de uno no comienza al nacer», «Somos nuestros recuerdos, no somos otra cosa. Somos como era esa hucha que tuvimos de chicos y que íbamos llenando de a poquito».) y a través de unos diálogos muy naturales, buenísimos, que de una sola vez describen al que habla, su relación con el que escucha y el trozo de realidad que cuenta.

Es un libro argentino, muy argentino, en el que se describe cómo es la gente de ese país, cuál ha sido su historia reciente y mil detalles sobre su cultura, sus costumbres, su manera de ver la vida. Un retrato muy completo y profundo de qué es ser argentino. Aquí se cuenta qué es un submarino exactamente, quiénes eran los gorilas durante el peronismo, la importancia de la carne y los asados (barbacoas) en la sociedad argentina, el color del otoño en Buenos Aires, qué son los flanes guerreros para el protagonista... y un montón de cosas más hasta completar un auténtico Atlas de la cultura argentina, completo, multicolor y de una belleza irresistible.

Una enciclopedia resumida y fascinante de la argentinidad, eso es entre otras cosas este libro. Tiene la virtud además de reproducir muy bien cómo se tomaron sucesos como la Guerra de las Malvinas, el peronismo, la oprobiosa dictadura, la opresión, la violencia y los desaparecidos. Temas delicados tratados aquí de manera exquisita.

Es también un libro sobre el recuerdo, la importancia de la memoria y la nostalgia como parte inseparable del ser humano. En esta obra se recuerda mucho, los personajes rastrean su pasado para entenderse y contarse al otro. Y además, es una novela en la que se habla del amor y un poco de sexo de manera muy espontánea y natural. No es fácil ser explícito en ese tema y a la vez elegante, y el autor consigue resolver algunos pasajes sobre ese tema de manera brillante. Siempre es bonito leer cómo se describe con ternura el enamoramiento.

Un ejercicio de estilo apasionante, que avanza a toda vela hacia un brillante desenlace, un final genial con sorpresa incluida y un remate abierto, que deja que la acción continue en la mente del lector. En fin, un texto magnífico, muy, muy bueno, que se lee con intenso placer y con el que se aprende mucho, con fragmentos inolvidables, como el genial diálogo en el que el padre trata de explicarle a su hijo cómo se hace un buen asado.

Cada capítulo lleva al principio una cita inteligente que introduce indirectamente alguno de los temas que se van a tratar. Con capítulos de unas diez páginas cada uno, que van directamente al grano, sin perder tiempo, se leen con agilidad y permiten beber esta novela a toda velocidad,porque leer acabar capítulos cortos anima al lector y dota al libro de un dinamismo especial.

Un libro de premio. Se puede decir que ha nacido una estrella con este espléndido debut, una novela que ya ha entrado en mi particular selección de favoritos de este año y que creo que, de verdad, vale mucho la pena. Hay oro puro en estas páginas.

Claudio Mazza (Buenos Aires, 1963) es un arquitecto y escritor argentino. Estudió Arquitectura enr la Universidad de Buenos Aires, en la que ha sido profesor. Ha sido un espíritu inquieto y una persona de amplios intereses, porque ha estudiado pintura con Kenneth Kemble y escenografía con Gastón Breyer.

Desde 1990 reside en España, donde se ha formado como escritor en el Taller de Literatura de Fuentetaja, el Máster en Escritura Creativa de Hotel Kafka y el Taller de Novela de Billar de Letras.Ha escrito cuentos, microrrelatos y reseñas. Ésta su primera novela y desde luego, se ve que ha sabido aprovechar la formación recibida. 

Claudio Mazza 

Me imagino que hay una pregunta que surge de forma natural ¿Se puede prefabricar un novelista?¿Prácticamente cualquiera que tenga interés puede, después de una formación intensiva, escribir una novela de calidad? Sinceramente, creo que no. Me parece que un buen escritor tiene que poseer talento natural, tiene que tener algo que decir y además necesita formarse, de manera autodidacta o en cursos y talleres. 

Es decir, creo que el buen escritor ni nace ni se hace, sino las dos cosas: nace y se hace. Aún teniendo cualidades hay que practicar y escribir mucho, escribir todos los días, saber aprender, dedicarse a ello en cuerpo y alma, evolucionar y solo con el paso de los años se puede llegar a ser, de verdad, un buen escritor.
   
Y para los que no llegamos a tanto, pues el formarse y aprender siempre está muy bien; resulta útil para llegar a redactar correctamente y a disfrutar escribiendo, que no es poco.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

miércoles, 22 de abril de 2015

Rojo y negro - Stendhal


Título: Rojo y negro
Autor: Stendhal
 

Páginas: 640
 

Editorial: Alianza

Precio: 10,90 euros
 

Año: 2013

Siempre dudo cuando estoy a punto de reseñar un clásico indiscutible. ¿Vale la pena reseñar lo obvio? ¿Lo de todos conocido y, casi seguro, leído? Quizás sí porque todos tenemos lagunas de lectura, grandes obras que tenemos pendientes por un motivo u otro. Y desde luego, cualquier momento es bueno para sumergirse en un clásico de los de toda la vida y disfrutarlo a fondo.

Pues entonces, vamos a hablar hoy de una de las mejores novelas realistas del siglo XIX, «Rojo y negro» de Stendhal. Escrita en 1830, cuenta las desventuras y peripecias del joven Julian Sorel, hijo de un carpintero, que se esfuerza denodadamente por ascender de clase social. El título del libro alude a los dos colores de los uniformes del ejército (el rojo) y el clero (el negro), los dos estamentos que el protagonista ve como medios para que un joven de origen humilde prospere en la sociedad. Y sirve también para simbolizar el estado del corazón de Sorel, siempre atrapado entre dos sentimientos, dos corrientes opuestas.

La novela está escrita con un estilo transparente, cristalino, conciso, que parece reflejar la realidad con total objetividad, pero sin embargo indaga y describe la psicología del protagonista con penetración y profundidad, tal y como haría cualquier buen obervador. Stendhal tenía la idea de que una novela debía ser como un espejo que alguien lleva por un camino, en el que se refleja todo el entorno con la máxima objetividad. Y esa es precisamente la sensación que deja la lectura de este libro.
         
Su autor, para calentarse y encontrar el tono más adecuado, solía leer durante un rato el Código Civil francés, objetivo, claro y preciso, para encontrar el estilo y la voz que buscaba.

Varios temas se entrecruzan y encuentran un brillante tratamiento en esta obra, como por ejemplo, la descripción de una época histórica concreta, la restauración de la monarquía borbónica en Francia, o el eterno dilema del ser humano, que en la vida cotidiana se debate entre ser fiel a sí mismo o buscar la aprobación de los demás, siendo como es un animal social.

Por último hay que decir que el autor despliega aquí una extraordinaria capacidad de obervación, casi no inventa nada y todo el material que trata está tomado de ejemplos de la vida real, eso sí, convenientemente tratados. Parece, por ejemplo, que la idea de esta novela se basa un suceso real, el crimen del seminarista Antoine Berthet, que asesinó a su amante, de cuyos hijos era preceptor, y acabó condenado a muerte.

En fin, una novela magnífica, deslumbrante, buenísima. Un clásico de esos que gusta a todo tipo de lectores y resulta de una calidad indiscutible. Es un excelente ejemplo de la novela clásica decimonónica y si todavía no la habéis leído, os la recomiendo, tenéis aseguradas doce o catorce horas de placer. 

Tengo muy buen recuerdo de ella y de la época en la que la leí. Tenía entonces menos de veinte años y disfrutaba de esos años en los que se tiene energía para todo y para todo se encuentra tiempo. Leía mucho, estudiaba en la facultad, salía los fines de semana, iba al cine, hacía deporte... me daba tiempo a todo y me lo pasaba muy bien. Fué una buena época. Resultaba inspirador leer entonces cómo el protagonista luchaba para abrirse camino en la vida, cuando me encontraba en un momento en el que varios caminos se abrían prometedores ante mí. Me gustó mucho.

Portada de la edición de 1831

Henri Beyle (Grenoble, 1783-1842), más conocido como Stendhal, es uno de los escritores franceses más grandes de todos los tiempos. Quedó huérfano de madre a los siete años y su padre, abogado en París, fué encarcelado durante el Terror por defender la monarquía, así que el pequeño Henri tuvo que ser criado por su abuelo, un médico al que llamaba padre.

En el colegio sacaba muy buenas notas en Matemáticas y estuvo a punto de ingresar en una Escuela de Ingeniería, pero una enfermedad se lo impidió. Un azar del destino hizo que se perdiera un gran ingeniero, pero a cambio nos dió un novelista de primera, eso sí, que dibujaba su tramas con la precisión de un plano de una gran construcción.

Ingresó en el ejército, estuvo como dragón de las tropas de Napoleón en Italia, donde se dejó fascinar por la música de Rossini y tuvo la primera amante estable conocida. Llegó a ser ayudante de campo de un general y finalmente consiguió un puesto en la administración imperial. Vivió durante un tiempo en Milán y allí escribio su primera obra, «Roma, Nápoles y Florencia», una verdadera declaración de su amor por Italia.

Tuvo secuencialmente una docena de amantes y nunca se casó. Viajó por toda Europa en carias ocasiones, a veces acompañado de su amigo Prosper Merimée, fué vicecónsul de Francia en Civitavecchia durante cuatro años y murió súbitamente de un ictus. En su tumba, en el Cementerio de Monmartre, se puede leer: «Henri Beyle, milanés. Escribió, amó, vivió 59 años, 2 meses». Es un buen resumen de su vida. 

Beyle es conocido, entre otras cosas, por haber dado nombre al llamado síndrome de Stendhal, o estrés del viajero, que es lo que le ocurre a quien se queda estupefacto y sin habla al sentirse abrumado ante un acumulación de obras de arte que superan su capacidad de contemplación, como le pasó a él en Florencia al contemplar la basílica de la Santa Croce.

 
Stendhal. Fragmento del retrato pintado por Johan Olaf Sodemark en 1840

Publicado por Antonio F. Rodríguez.