Günter Grass y Eduardo Galeano
Hoy lunes nos han dejado dos gigantes de la literatura, dos voces auténticas y comprometidas que seguían dándole sentido a la palabra intelectual, como una persona que en cierta manera juega el papel de conciencia de una sociedad. Hoy es un lunes triste, más triste que todos los lunes poque han desaparecido dos escritores valerosos e independientes:
El alemán Günter Grass (Dánzig, 1927-2015), merecido Premio Nobel de Literatura, del que comentamos aquí hace algún tiempo su obra más famosa, la genial novela «El tambor de hojalata».
Y el uruguayo Eduardo Galeano (Montevideo, 1940-2015), que tan bien relató las desgracias de América Latina y que dejó dicho «Sí, soy calvo. Pero si los pelos fueran realmente importantes estarían dentro de la cabeza, no fuera». En este blog hablamos hace cuatro años de «Espejos», una obra suya inclasificable.
Ahora me da algo de pena no haber reseñado más obras de estos dos autores. ¡Qué tontería! Cómo si a ellos les importase o les fuese a afectar el que este humilde blog les dedicase un par de entradas más o menos. Sí, es infantil, pero me da lástima.
El mejor homenaje que podemos hacerles es recordar alguno de sus textos, por ejemplo un artículo que publicó Grass titulado «La piedra de Sísifo» (2011) y un escrito de Galeano acerca de su oficio, llamado «Sobre el arte de un escritor» (2010).
Hoy es un lunes algo más triste de lo habitual y es que la literatura ha muerto, al menos en parte. Mañana renacerá una vez más.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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