Título: Catedral
Autora: Claudia Piñeiro
Páginas: 336
Editorial: Alfaguara
Precio: 9,90 euros (libro electrónico)
Año de edición: 2020
¡Qué buena es Claudía Piñeiro! Cómo me gusta. Hace tiempo que una buena amiga me recomienda novelas de esta escritora argentina de vez en cuando y por muy bien que me hable de ellas, nunca me decepcionan y siempre superan mis expectativas. Es muy buena.
En esta ocasión, firma una novela negra, muy negra, con una variante estremecedora que pone los pelos de punta. Lo que muestra no es un panorama de la podredumbre de una sociedad, sino los más oscuros recovecos del alma de personas que pasan por muy normales y respetables, que están entre nosotros y... ya no puedo contar más sin destriparos la novela.
El argumento arranca con las tres hermanas de la familia Sardá. Carmen, Lía y Ana. Y un crimen terrible y sobrecogedor que marca sus vidas. La hermana mediana, Lía, aparece quemada y descuartizada en un solar. ¿Quién ha podido hacer algo tan horrible? ¿por qué lo hizo?
El lector recorrerá toda la novela en busca de las preguntas que rodean a tan espantoso suceso y de paso, conocerá los secretos de una familia de clase media argentina y las relaciones entre sus componentes, en una narración con una estructura muy elaborada y magistralmente planificada. La autora va dando voz a, uno tras otro, a siete narradores diferentes. Cada uno cuenta su versión de la historia y al hacerlo, resuelve una parte del misterio, desvela un enigma nuevo, esconde una sorpresa y hace avanzar la historia, que cubre 30 años de la vida de sus protagonistas, hasta la traca final, el último sobresalto que le espera al lector y un desenlace inesperado.
La escritura es potente, directa y muy emocional, llena de cargas de profundidad que apelan continuamente al corazón del lector y no dejan indiferente a nadie. Aquí se aprenden muchas cosas, como que la religión de una época es el entretenimiento literario de la siguiente, que una familia es un complejo ecosistema de seres interrelacionados, que todas las personas guardan algún secreto que puede ser su oprobio, que para enamorarse hay que recordar, que no es lo mismo un criminólogo que un criminalista, qué es el síndrome de Mondor, que sabemos lo que somos pero no lo que podemos llegar a ser, que la risa nos salva más que la religión y muchas otras cosas de teología, relaciones sociales, costumbres y rincones el alma humana.
Una obra sobre la muerte, las distintas maneras de amar y la fé. Una novela redonda que lo tiene todo, un enigma policiaco formulado a modo de adivinanza, que el lector avispado podría descubrir perfectamente con la información que se le da, una realidad espeluznante, ideas bien expuestas y argumentadas, resonancias literarias, una crítica a la religión, o a una manera de entender la religión, personajes nítidamente dibujados, situaciones muy realistas, giros del argumento y personajes que sabemos que existen, aunque nos gustaría que no fuese así.
Una novela formidable que para mí es ya una de las mejores de este año. Enorme, inolvidable, profunda... un texto que te atrapa y te sumerge sin remedio en un mundo muy particular en el que no puedes hacer otra cosa que bucear hasta que se acaba. Genial.
Claudia Piñeiro (Burzaco, Gran Buenos Aires, 1960) es contable, novelista, dramaturga y guionista argentina. Estudió contabilidad en la Universidad de Buenos Aires y ejerció como contable durante diez años. Comenzó a escribir casi por casualidad, presentándose al Premio La sonrisa vertical para evadirse de su trabajo y ya lleva escritas dieciséis novelas, cinco obras de teatro y un buen número de artículos.
Páginas: 336
Editorial: Alfaguara
Precio: 9,90 euros (libro electrónico)
Año de edición: 2020
¡Qué buena es Claudía Piñeiro! Cómo me gusta. Hace tiempo que una buena amiga me recomienda novelas de esta escritora argentina de vez en cuando y por muy bien que me hable de ellas, nunca me decepcionan y siempre superan mis expectativas. Es muy buena.
En esta ocasión, firma una novela negra, muy negra, con una variante estremecedora que pone los pelos de punta. Lo que muestra no es un panorama de la podredumbre de una sociedad, sino los más oscuros recovecos del alma de personas que pasan por muy normales y respetables, que están entre nosotros y... ya no puedo contar más sin destriparos la novela.
El argumento arranca con las tres hermanas de la familia Sardá. Carmen, Lía y Ana. Y un crimen terrible y sobrecogedor que marca sus vidas. La hermana mediana, Lía, aparece quemada y descuartizada en un solar. ¿Quién ha podido hacer algo tan horrible? ¿por qué lo hizo?
El lector recorrerá toda la novela en busca de las preguntas que rodean a tan espantoso suceso y de paso, conocerá los secretos de una familia de clase media argentina y las relaciones entre sus componentes, en una narración con una estructura muy elaborada y magistralmente planificada. La autora va dando voz a, uno tras otro, a siete narradores diferentes. Cada uno cuenta su versión de la historia y al hacerlo, resuelve una parte del misterio, desvela un enigma nuevo, esconde una sorpresa y hace avanzar la historia, que cubre 30 años de la vida de sus protagonistas, hasta la traca final, el último sobresalto que le espera al lector y un desenlace inesperado.
La escritura es potente, directa y muy emocional, llena de cargas de profundidad que apelan continuamente al corazón del lector y no dejan indiferente a nadie. Aquí se aprenden muchas cosas, como que la religión de una época es el entretenimiento literario de la siguiente, que una familia es un complejo ecosistema de seres interrelacionados, que todas las personas guardan algún secreto que puede ser su oprobio, que para enamorarse hay que recordar, que no es lo mismo un criminólogo que un criminalista, qué es el síndrome de Mondor, que sabemos lo que somos pero no lo que podemos llegar a ser, que la risa nos salva más que la religión y muchas otras cosas de teología, relaciones sociales, costumbres y rincones el alma humana.
Una obra sobre la muerte, las distintas maneras de amar y la fé. Una novela redonda que lo tiene todo, un enigma policiaco formulado a modo de adivinanza, que el lector avispado podría descubrir perfectamente con la información que se le da, una realidad espeluznante, ideas bien expuestas y argumentadas, resonancias literarias, una crítica a la religión, o a una manera de entender la religión, personajes nítidamente dibujados, situaciones muy realistas, giros del argumento y personajes que sabemos que existen, aunque nos gustaría que no fuese así.
Una novela formidable que para mí es ya una de las mejores de este año. Enorme, inolvidable, profunda... un texto que te atrapa y te sumerge sin remedio en un mundo muy particular en el que no puedes hacer otra cosa que bucear hasta que se acaba. Genial.
Claudia Piñeiro (Burzaco, Gran Buenos Aires, 1960) es contable, novelista, dramaturga y guionista argentina. Estudió contabilidad en la Universidad de Buenos Aires y ejerció como contable durante diez años. Comenzó a escribir casi por casualidad, presentándose al Premio La sonrisa vertical para evadirse de su trabajo y ya lleva escritas dieciséis novelas, cinco obras de teatro y un buen número de artículos.
Ha ganado numerosos premios y sus obras se están traduciendo a multitud de idiomas. Escribe
una columna titulada «Los jueves de Claudia Piñeiro» en el Suplemento Literario Télam de la
agencia de noticias del mismo nombre. Tiene tres hijos y ha intervenido públicamente en apoyo del derecho al aborto. Es una de nuestras escritoras favoritas y ya le hemos dedicado unas cuantas entradas de este blog.
Claudia Piñeiro
Publicado por Antonio F. Rodríguez.