Título: El cuerpo
Autor: Mircea Cărtărescu
Páginas: 528
Editorial: Impedimenta
Precio: 25 euros
Año de edición: 2020
Ya está aquí el segundo volumen de esa deslumbrante y espléndida trilogía titulada «Cegador» de uno de mis novelistas favoritos, el gran Cărtărescu, el rumano. Una novela abrumadora y total, que he disfrutado página a página y párrafo a párrafo.
Obsesiva, desequilibrada, paranoide, surrealista, grotesca, enfermiza, malsana, barroca, arrolladora, acomplejada, esquizoide, cutre, entomológica... y bellísima. Literatura de campanillas escrita con un lenguaje irreprochable, rico en términos, hallazgos e ideas, y con el acierto de no ir a ningina parte, porque es un libro absurdo y maravilloso. Me encanta.
Es la perorata desquiciada de un Kafka pesimista, obsesivo y deprimido, el pastiche de un lector centroeuropeo de Onetti y Sábato al que se le han indigestado sus lecturas. Un discurso circular que recuerda inevitablemente a los mejores parlamentos de Dalí, transcrito por un poeta hasta construir un edificio de palabras tras el que el lector siempre tiene la sospecha, solo la sospecha, de que hay un relato coherente, pero nunca llega a estar convencido del todo. Un planteamiento muy difícil de llevar a la práctica, que el autor transforma en una novela extraordinaria.
La narración mezcla de manera indistinguible realidad, sueño, imaginación, reflexión, evocación, recuerdo, alucinación y fantasía, de manera que salvo los pasajes de recuerdos infantiles, una especie de Amarcord a la rumana, uno nunca está seguro del todo de la realidad de lo que está leyendo. Como ejemplo, una muestra: «Estoy viendo la ciudad desde mi ventana, detecto incongruencias y acepto estar soñando... ». ¿Se puede empezar mejor un capítulo?
También aparecen un circo ambulante, los personajes del barrio, Bucarest transformado en un riquísimo espacio literario, los agentes de la Securitate rumana, que tratan de controlarlo todo y una ingente cantidad de historias, metidas unas dentro de otras, como en un juego de muñecas rusas literarias: Herman, el borracho del octavo y su historia de amor imposible con Soile, la escuela comunista, las alfombras que hacía su madre, las reencarnaciones del contorsionista Vanaprashta, Monsú Desiderio, la casa en la que se hacinan 20 familias proletarias, el dentista aficionado a la taxidermia, los hombres-estatua de la calle, la infancia de Marteens, un niño holandés que se cuela en el texto, Cedric, el tullido...
Todo envuelto en un lenguaje armonioso y completo, con capítulos que comienzan siempre de manera sorprendente y desconcertante, en un libro total, que todo lo abarca y lo simboliza, un texto tremendo.
Una novela orgánica y biológica, densa, muy densa, que describe su cuerpo, su casa y su barrio, llena de insectos, líquidos, humores, conductos y alimañas, sexo y ascensores, de mariposas e ideas sugerentes. Con un toque de realismo mágico, aunque el lector, perdido irremediablemente, no sabe si sucede en un sueño dentro de un sueño o en cualquier otro nivel de irrealidad.
Es un soneto surrealista de 500 páginas. Una locura de libro, que me ha gustado incluso más que la primera parte de la trilogía, «El ala izquierda». Ya estoy impaciente por leer la última parte, titulada «El ala derecha», porque los tres títulos repasan las partes del cuerpo de una mariposa. Su aparición está prevista en España para octubre del 2021.
Aquí tenéis en este enlace el brillante primer capítulo, cortesía de la editorial, que bien puede servir de introducción y síntesis de un libro esencialmente fractal y orgánico, cuyas partes pueden leerse en cualquier orden. Como se trata de un escritor de culto, alguien muy especial que entiendo perfectamente que puede no gustar a todo el mundo, os recomiendo que lo leáis. Son solo 22 páginas.
Una obra fractal, holográfica y onírica, caleidoscópica y cuántica, que el propio Cărtărescu menciona en algún capítulo como «mi libro infinito y demente», extraída de un diario alucinado que este hombre escribe desde hace 45 años y que tenéis que probar a ver si os gusta. A mí me fascina.
Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1961) es un poeta, novelista y crítico rumano, considerado como el poeta más importante de la generación de los años 80. Es un lector empedernido y voraz capaz de leer ocho horas diarias, que conoce a fondo buena parte de la literatura mundial. Confiesa la huella que han dejado en él algunos autores latinoamericanos, especialmente Sábato, Borges, Cortázar y García Márquez, al que considera insuperable.
Sus libros, prohibidos en su país durante la dictadura de Ceaușescu, han sido traducidos al inglés, al italiano, al francés, al español, al polaco, al sueco, al búlgaro y al húngaro. Es el escritor rumano actual más valorado por la crítica y ha sido candidato al Premio Nobel varias veces y como publique otra obra maestra a la altura de «Solenoide» o de esta trilogía, no van a tener más remedio que concedérselo.
Está casado con la poetisa Ioana Nicolaie y es profesor de literatura rumana en la Universidad de Bucarest. Ha sido profesor invitado en las universidades de Amsterdam y Stuttgart. En este enlace podéis encontrar una entrevista reveladora.
Ya está aquí el segundo volumen de esa deslumbrante y espléndida trilogía titulada «Cegador» de uno de mis novelistas favoritos, el gran Cărtărescu, el rumano. Una novela abrumadora y total, que he disfrutado página a página y párrafo a párrafo.
Obsesiva, desequilibrada, paranoide, surrealista, grotesca, enfermiza, malsana, barroca, arrolladora, acomplejada, esquizoide, cutre, entomológica... y bellísima. Literatura de campanillas escrita con un lenguaje irreprochable, rico en términos, hallazgos e ideas, y con el acierto de no ir a ningina parte, porque es un libro absurdo y maravilloso. Me encanta.
Es la perorata desquiciada de un Kafka pesimista, obsesivo y deprimido, el pastiche de un lector centroeuropeo de Onetti y Sábato al que se le han indigestado sus lecturas. Un discurso circular que recuerda inevitablemente a los mejores parlamentos de Dalí, transcrito por un poeta hasta construir un edificio de palabras tras el que el lector siempre tiene la sospecha, solo la sospecha, de que hay un relato coherente, pero nunca llega a estar convencido del todo. Un planteamiento muy difícil de llevar a la práctica, que el autor transforma en una novela extraordinaria.
La narración mezcla de manera indistinguible realidad, sueño, imaginación, reflexión, evocación, recuerdo, alucinación y fantasía, de manera que salvo los pasajes de recuerdos infantiles, una especie de Amarcord a la rumana, uno nunca está seguro del todo de la realidad de lo que está leyendo. Como ejemplo, una muestra: «Estoy viendo la ciudad desde mi ventana, detecto incongruencias y acepto estar soñando... ». ¿Se puede empezar mejor un capítulo?
También aparecen un circo ambulante, los personajes del barrio, Bucarest transformado en un riquísimo espacio literario, los agentes de la Securitate rumana, que tratan de controlarlo todo y una ingente cantidad de historias, metidas unas dentro de otras, como en un juego de muñecas rusas literarias: Herman, el borracho del octavo y su historia de amor imposible con Soile, la escuela comunista, las alfombras que hacía su madre, las reencarnaciones del contorsionista Vanaprashta, Monsú Desiderio, la casa en la que se hacinan 20 familias proletarias, el dentista aficionado a la taxidermia, los hombres-estatua de la calle, la infancia de Marteens, un niño holandés que se cuela en el texto, Cedric, el tullido...
Todo envuelto en un lenguaje armonioso y completo, con capítulos que comienzan siempre de manera sorprendente y desconcertante, en un libro total, que todo lo abarca y lo simboliza, un texto tremendo.
Una novela orgánica y biológica, densa, muy densa, que describe su cuerpo, su casa y su barrio, llena de insectos, líquidos, humores, conductos y alimañas, sexo y ascensores, de mariposas e ideas sugerentes. Con un toque de realismo mágico, aunque el lector, perdido irremediablemente, no sabe si sucede en un sueño dentro de un sueño o en cualquier otro nivel de irrealidad.
Es un soneto surrealista de 500 páginas. Una locura de libro, que me ha gustado incluso más que la primera parte de la trilogía, «El ala izquierda». Ya estoy impaciente por leer la última parte, titulada «El ala derecha», porque los tres títulos repasan las partes del cuerpo de una mariposa. Su aparición está prevista en España para octubre del 2021.
Aquí tenéis en este enlace el brillante primer capítulo, cortesía de la editorial, que bien puede servir de introducción y síntesis de un libro esencialmente fractal y orgánico, cuyas partes pueden leerse en cualquier orden. Como se trata de un escritor de culto, alguien muy especial que entiendo perfectamente que puede no gustar a todo el mundo, os recomiendo que lo leáis. Son solo 22 páginas.
Una obra fractal, holográfica y onírica, caleidoscópica y cuántica, que el propio Cărtărescu menciona en algún capítulo como «mi libro infinito y demente», extraída de un diario alucinado que este hombre escribe desde hace 45 años y que tenéis que probar a ver si os gusta. A mí me fascina.
Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1961) es un poeta, novelista y crítico rumano, considerado como el poeta más importante de la generación de los años 80. Es un lector empedernido y voraz capaz de leer ocho horas diarias, que conoce a fondo buena parte de la literatura mundial. Confiesa la huella que han dejado en él algunos autores latinoamericanos, especialmente Sábato, Borges, Cortázar y García Márquez, al que considera insuperable.
Sus libros, prohibidos en su país durante la dictadura de Ceaușescu, han sido traducidos al inglés, al italiano, al francés, al español, al polaco, al sueco, al búlgaro y al húngaro. Es el escritor rumano actual más valorado por la crítica y ha sido candidato al Premio Nobel varias veces y como publique otra obra maestra a la altura de «Solenoide» o de esta trilogía, no van a tener más remedio que concedérselo.
Está casado con la poetisa Ioana Nicolaie y es profesor de literatura rumana en la Universidad de Bucarest. Ha sido profesor invitado en las universidades de Amsterdam y Stuttgart. En este enlace podéis encontrar una entrevista reveladora.
Mircea Cărtărescu
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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