Título: De la Tierra a la Luna
Autor: Julio Verne
Páginas: 256
Editorial: Anaya
Precio: 13,70 euros
Año de Edición: 2004
Julio Verne (Nantes, 1828-1905) nunca dio la vuelta al mundo, nunca viajó a la
Luna, ni al centro de la Tierra, ni siquiera estuvo en ninguna isla misteriosa.
Es posible que no llegase a montar en globo y tal vez tampoco en un submarino;
eso sí, escribió. Escribió bien y todos esos motivos fueron la razón de gran
parte de su obra. Más aún, lo fueron de la parte más destacada; de sus novelas
más exitosas.
Si entre todas sus obras que tuvieron origen en los temas mencionados hubiera que destacar alguna sobre las demás, esa sería, sin lugar a
dudas, «De la Tierra a la Luna». Es en ella en la que Julio Verne se convierte
en un auténtico visionario del hito histórico que cien años después tuvo lugar
en nuestro inseparable satélite; la llegada del hombre a la Luna. Como si de un
sueño se tratase, el prestigioso literato francés ya nos lo adelantó en 1865.
Más allá de la prodigiosa videncia del escritor, en esta obra Verne nos presenta una sucesión de hechos narrados
cronológicamente de sencilla comprensión en los que, si bien trata de explicar lo
inimaginable para un ciudadano decimonónico (cosas como naves espaciales o
cuanto pueda haber más allá de la atmósfera terrestre), lo hace de modo
coherente, previo exhaustivo estudio de lo que cuenta y de manera que el
lector llega incluso a olvidarse que es ciencia-ficción lo que lee, pudiendo
llegar a imaginar aquello que tan solo existió en la mente del escritor.
En «De la Tierra a la Luna», una de las primeras novelas
escritas por Julio Verne, la escritura y perfil de los personajes es similar a
la que mantuvo luego en sucesivas creaciones literarias: una sucesión lineal de los
hechos y unos protagonistas sabios, desenfadados y, sobre todo, mundanos
y algo «ligeros de cascos» a la hora de tomar decisiones, más representativos del
teatro español del s. XX que de la literatura clásica universal. Esto último,
unido a la imaginativa mente de Julio Verne, hace que en sus escritos, la
creatividad literaria no conozca límite, siendo cada página una sorpresa y un
aliciente más para continuar la lectura.
Julio Verne
Publicado por Jesús Rojas.