lunes, 21 de abril de 2025

La piedra de la castidad - Margery Sharp

Título: La piedra de la castidad                                                                                           Autora: Margery Sharp

Páginas: 260

Editorial: Hoja de Lata

Precio: 21,90 euros

Año de edición: 2024

A veces crear una buena obra literaria sin excentricidades ni vanguardias puede resultar tan fácil como complicado. La sencillez radica en construir una historia entretenida, con unos personajes atrayentes, un fondo o tema sustancioso y una trama bien armada y consistente. Lo complejo es, claro, hacerlo sin que se noten las costuras del traje.  De Margery Sharp ya habíamos reseñado aquí su novela, quizás más conocida, Cluny Brown, pero en cuanto a calidad y divertimento La piedra de la castidad la supera ampliamente en opinión de quien esto escribe. Y lo hace de una manera tan sencilla en la forma como complicada en la ejecución.

El profesor Isaac Pounce es un reconocido académico en el campo de la etnografía y la antropología, conocedor de la existencia de una centenaria piedra de la castidad en Gillenham, una piedra capaz de revelar si las mujeres que cruzan el río del pueblo y la pisan son moralmente castas o no. Para encontrar la piedra y hacer las pruebas oportunas, el profesor, su cuñada, su sobrino Nicholas y una voluptuosa modelo llamada Carmen Smith se trasladan a la casa señorial de Gillenham. Isaac Pounce es un científico metódico y racional, dispuesto a llevar a cabo su experimento social con la profesionalidad y respeto al método cartesiano que cualquier investigación académica exige. Todo iría bien si no nos encontráramos con la señora Crowner, esposa del vicario local y la señora Pye, al mando de la Asociación de Mujeres de Gillenham y esposa del más importante empresario de la zona. Ambas levantan al sector femenino del pueblo contra una investigación que consideran a todas luces pagana, atentatoria contra su honestidad y vergonzante para la memoria familiar de Gillenham. Un agravio intolerable al que habría que poner freno.

Si el humor a base de recursos lingüísticos, sintácticos, semánticos, juegos mentales y malentendidos era un elemento vertebrador en Cluny Brown, Margery Sharp lleva a la excelencia este humor tan típicamente británico en La piedra de la castidad. Es una novela desopilante, ingeniosa, divertidísima, entretenidísima, chispeante e incluso romántica, sin llegar a ser empalagosa. A ello ayuda, como no podía ser de otra manera en esta clase de comicidad, la traducción de Raquel García Rojas, habitual traductora de Margery Sharp para la editorial Hoja de Lata.

Pero, además, esta novela nos ofrece una reflexión sobre el choque cultural entre ciudad y campo, entre la mentalidad científica del profesor Pounce y las fronteras que a la indiscreción y a la prudencia ponían las mujeres del primer tercio del siglo XX en la Inglaterra rural. Advertimos entonces varios niveles de análisis: temporal, geográfico y de género. Temporal, porque no es la misma moral la que reinaba en 1938 que en la actualidad. Geográfico, porque nada tiene que ver la mentalidad de la familia Pounce o de la modelo de pintores académicos Carmen Smith con la conservadora moral de un pueblo de la Inglaterra campestre, que ya desde el principio de la novela Sharp deja claro que no ha recibido influencias foráneas y que no ha participado de la innovación o el progreso en ninguna de sus formas. Finalmente, tenemos el nivel o perspectiva de género en el que Margery Sharp es una maestra, puesto que aparecen retratados diferentes tipos de mujeres, reaccionando de manera muy distinta ante la intromisión del profesor Pounce en el delicado asunto de su castidad, bien sea sobre la ausencia o sobre la permanencia de la misma. Esta visión se contrapone, a su vez, a la de los hombres del pueblo y a los hombres del clan Pounce.

En resumen, Margery Sharp vuelve a firmar una obra deliciosa, absolutamente recomendable, que hará las delicias de aquellos que gusten de una literatura de humor blanco, inteligente y algo disparatado. Es muy difícil escribir sencillo y bien, sin aspavientos y pretensiones. Margery Sharp sabe hacerlo.

Margery Sharp

ClaraMargery Melita Sharp (Wiltshire, 1905-1991) fue una prolífica escritora británica. Es bien conocida por la serie de novelas infantiles de Los rescatadores, que sería llevada al cine por Disney, pero también por novelas para adultos como Una tarta de rododendros,  Cluny Brown, Britannia Mews, o El árbol de la nuez moscada. Muchas de sus novelas fueron llevadas al cine con éxito.

Publicado por José Ángel Gayol.

domingo, 20 de abril de 2025

Vaqueras negras ocultas

Cuando pensamos en el salvaje oeste estadounidense, estamos acostumbrados a ver aparecer vaqueros blancos, pistoleros rubios y valientes muchachos de tez clara. Pero hay otra historia que no nos han contado, la de los vaqueros negros, esclavos e hijos de esclavos que jugaron un papel importante en la colonización de aquellas tierras lejanas en las que se necesitaban trabajadores duros y sufridos. 

Y aún menos conocida es la historia de las vaqueras negras, mujeres indómitas que salieron adelante a base de fuerza, coraje, austeridad y trabajo incansable, haciendo el trabajo de los hombres en un mundo que les ofrecía muy poco. Mujeres que montaban a caballo, arreaban ganado, marcaban reses, reparaban cercas, participaban en rodeos y hacían todo lo que se espera de un vaquero igual o mejor que ellos.

Una de esas mujeres fue Mary Fields (Condado de Hickman, Tennessee, 1822-1914), apodada Mary Diligencia (Stagecoach Mary), que se convirtió en una leyenda viviente por ser la primera mujer afroamericana en trabajar como conductora de diligencias y encargada del servicio postal. Medía 1,80 m, pesaba alrededor de 90 kg, fumaba puros, llevaba siempre un revólver bajo el delantal, montaba a caballo con soltura y no se separaba de su jarra de whisky ni de una mula llamada Moisés. 

Era resuelta, valiente, imparable, tenía muy malas pulgas y era una excelente pistolera. Nacida esclava, creció huérfana, fue liberada después de la Guerra de Secesión, no tuvo educación, nunca se casó ni tuvo hijos y se decía de ella que no perdió ni un solo día de trabajo. Cuando había demasiada nieve para los caballos, llevaba los sacos de correo a la espalda y cubría el trayecto con raquetas de nieve. En una ocasión, estuvo despierta toda una noche hasta que fue rescatada, defendiéndose a tiros de una manada de lobos que habían conseguido que volcase la diligencia. A pesar de su apariencia dura y áspera, adoraba a los niños y los niños la adoraban a ella. 

Una vez jubilada, trabajaba a menudo como canguro por un dólar y medio al día. Se retiró de su ajetreada profesión a los 71 años, abrió una lavandería, fue madrina de un equipo de béisbol y murió a los 82 años de una enfermedad hepática, dicen que por abusar del whisky. Era una mujer querida y respetada en la ciudad en la que vivió sus últimos años, Cascade (Montana), sus vecinos reconstruyeron su casa cuando se le quemó en 1912, el alcalde le concedió una exención para que pudiese entrar en los bares (saloons) aunque estuviese prohibido el acceso a las damas y fue la primera mujer negra que se registró en Cascade para votar. Todo un personaje.

Mary Fields

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

sábado, 19 de abril de 2025

El mapa más antiguo del mundo

¿Cuál es el mapa más antiguo del mundo? Bueno, no es fácil responder a esa pregunta. Un mapa puede definirse como una representación gráfica, métrica y simplificada de un territorio sobre una superficie bidimensional (Wikipedia), pero si relajamos la condición de que la representación tenga propiedades métricas, hay varios candidatos muy antiguos.

Tradicionalmente, se ha considerado que el más antiguo del mundo es el mapa babilonio del siglo VI antes de Cristo, encontrado en el siglo XIX, que puede verse más abajo.

Mapa babilonio en arcilla (s. VI a C )

En una tableta de arcilla de 12 x 8 cm bastante dañada, pueden verse las principales regiones de Mesopotamia en torno al río Eufrates, rodeadas por dos círculos. Se trata de una copia de otro mapa y en realidad, es un mapa mundi, porque muestra todo el orbe conocido para los habitantes de esa región en aquella época.

Sin embargo, en la década de los 60 apareció un duro competidor en la ciudad de Çatalhöyük, en Turquía, un asentamiento de hace unos 10.000 años de antigüedad. Podéis ver su aspecto aquí:

 
Mapa de Çatalhöyük (7900 aC)

Es una representación grabada en piedra, en la pared de una casa, aproximadamente 7900 años antes de Cristo. En la foto puede verse el original y una copia en papel más legible, en la que se ve la planta de un conjunto de viviendas y calles de la ciudad y un volcán en erupción al fondo, que parece ser el Monte Hasan.

Sin embargo, se ha encontrado recientemente en una cueva arenisca al sur de París lo que parece ser una representación de los ríos de la región, es decir algo así como un mapa hidrográfico. Además, como está grabado en el suelo de la cueva en relieve, al llenarse de agua simula los ríos, lagos y formaciones hidrográficas que representa. Todo un hallazgo que se ha datado aproximadamente en el año 11.000 a C, así que me parece que éste sí, es el mapa más antiguo que se conoce. Véase la imagen que encabeza esta entrada.

Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

viernes, 18 de abril de 2025

La novela de Perón - Tomás Eloy Martínez


Título: La novela de Perón                                                                                                    Autor: Tomás Eloy Martínez             

Páginas: 475

Editorial: Alfaguara

Precio: 10 euros

Año de edición: 2003

En 1973 Juan Domingo Perón se disponía a volver a Argentina después de casi dos décadas de exilio. Una multitud aguardaba el regreso del general en las inmediaciones de Buenos Aires. El peronismo estaba enfrentado a muerte. Las tensiones acumuladas se desataron. La balacera impidió el aterrizaje en Ezeiza del avión con Perón. El recibimiento acabó en tragedia. Después las cosas se sucedieron a tal velocidad que es casi imposible entenderlas. Murió Perón, la violencia se adueñó de Argentina y los militares tomaron el poder. Empezaba la pesadilla. 

El gran escritor argentino Tomás Eloy Martínez propone en La novela de Perón (1985) un magistral ejercicio de reconstrucción histórica a través de la memoria de sus personajes, lo que implica un grado notable de subjetividad. Perón tiene 77 años. Está delicado de salud. Es un mito de carne y hueso. El dilema de abandonar la tranquilidad de Madrid por el avispero argentino despierta sus dudas. Juan Domingo se consideraba a estas alturas un león herbívoro amortizado. Desdentado, pero no idiota. La pasión política es un vicio que no le abandona. Para millones de sus compatriotas sigue siendo un sustituto de Dios. 

El caudillo escarba en sus recuerdos: nacimiento a fines del siglo XIX, madre india, padre criollo, una nación que se despereza, las soledades australes de la Patagonia, el viento inclemente que sopla por aquellos páramos desnudos del fin del mundo, Buenos Aires, el ingreso en la academia militar, las primeras inquietudes sociales. El pasado se asemeja a una película mal montada, incoherente y fragmentaria. Los retazos del ayer se conservan como en vitrina ante los embates del tiempo. El presente se encoge. Perón sabe que su tiempo está casi acabado. 

La novela de Perón es un entramado de muchas voces. Las vidas de quienes acompañaron al general en su laberinto completan la historia. Ahí está su secretario particular, personaje que ha entrado en la leyenda sin salir de la infamia. José López Rega es un tipo servicial, insinuante y silencioso. Quiere todo el poder, pero no desea aparentar que lo quiere con locura. Lopecito, como le llama irónicamente Perón, cultiva amorosamente su ambición entre bastidores. Desplazando, intrigando, prometiendo. La lucha por el poder es un juego de mesa: quien mejor disponga las piezas ocupará el lugar del rey. López Rega, entregado al esoterismo, creía contar con el apoyo de fuerzas sobrenaturales. No por nada le apodaban el Brujo. De hecho, lo parecía: pálido, poco expresivo, sonrisa maligna y grandes ojos claros de mirada fría e inquietante. 

El resto del elenco de La novela de Perón es menos interesante. Isabelita, artista de poco fuste, tercera mujer de Perón, dominada por López Rega, aunque no del todo. Héctor J. Cámpora, el peronista leal, capaz de aguantar todos los desplantes de su amo y señor. Cámpora no quería el poder. Por esas ironías de la vida, un día se despertó convertido en presidente de la República Argentina. Y, claro, no supo lo que hacer, excepto dar vueltas azorado alrededor del jefe pidiendo instrucciones. En realidad, en esta tragicomedia, todos los peronistas interpretaban a Perón de acuerdo con sus particulares intereses. Las chispas saltaban por doquier. Mientras tanto, el general sonreía, pensando para sus adentros: «esa pasión de los hombres por la verdad siempre me ha parecido insensata». El viejo zorro era lo que no sospechaban sus fieles: un escéptico bastante insensible. 

Conclusión: un libro apasionante, magistralmente escrito y que se mueve entre la historia y la leyenda. El novelista no es un historiador sino un artista que libera a sus personajes del mito. Los baja de su peana, haciéndolos humanos, dándoles relieve. Tomás Eloy Martínez desmitifica, aunque fabule, como es su obligación. En La novela de Perón encontramos de todo: historia, política, poesía, muerte, violencia, esperanzas descabelladas, mentiras que son casi verdad y verdades completamente falsas, magia y hasta algún momento gótico. No se la pierdan. 

Tomás Eloy Martínez

Tomás Eloy Martínez (1934-2010) fue un escritor argentino nacido en Tucumán. Estudió en su ciudad natal y en París. En BuenosAires, trabajando para numerosos medios de comunicación, se convirtió en uno de los periodistas más reputados de Argentina. Los vaivenes de la política de su país lo afectaron trágicamente: en 1975, amenazado de muerte por la Triple A de José López Rega, tuvo exiliarse en Caracas.

No volvería a su tierra hasta 1983. Además de su trayectoria periodística y literaria, Tomás Eloy Martínez fue durante muchos años profesor en prestigiosas universidades norteamericanas. Sus dos novelas más reconocidas son La novela de Perón (1985) y Santa Evita (1995), traducidas a decenas de idiomas. Falleció a los 75 años como consecuencia de un tumor cerebral. 

Publicado por Alberto.