Título: Drácula
Autor: Bram Stoker
Páginas: 576
Editorial: Alianza
Precio: 10,90 euros
Año: 2012
No había leído la gran novela de Bram Stoker, era una de mis asignaturas pendientes y por fin he podido hincarle el diente, nunca mejor dicho. Me ha parecido una gran novela, muy buena y he disfrutado como un enano.
Es una novela documental, construida con la aparencia de una sucesión de documentos escritos por los protagonistas: diarios, cartas, notas, incluso noticias de periódico y documentos oficiales, que relatan lo ocurrido en un periodo de unos diecisiete meses. Un truco para dotar al relato de mayor verosimilitud.
La acción se inicia cuando Jonathan Harker llega al castillo del conde Drácula para llevar a cabo un encargo. A partir de ahí, el lector se agarra fuerte al libro y prefiere no dejarlo para ver qué va pasando capítulo a capítulo y hoja a hoja. Stoker va dosificando la información con mano maestra, alargando la revelación de los datos clave, lo que incita a seguir leyendo a toda velocidad, otro truco de este autor.
Otra técnica consiste en no decir explicítamente al lector las cosas, sino darles pistas y pruebas paulatinamente para que llegue él mismo a sus propias conclusiones, lo que resulta mucho más efectivo. Por ejemplo, nunca se llega a decir que los vampiros chupan la sangre de sus víctimas; se dan todos los indicios para que el lector se dé cuenta de que así es. Otra consecuencia es que en cada momento; el lector sabe más que los protagonistas, se va dando cuenta de lo que está pasando un poco antes que ellos.
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Por otro lado, se trata de una novela moderna (qué curioso). que habla continuamente de taquigrafía, teléfono, fonógrafo, telégrafo, diorama, ciclistas... invenciones todas ellas actuales, que acentúan cierta impresión de modernidad que se lleva el que lee.
Otro efecto que utiliza el autor es el establecer contrastes entre ambientes o realidades completamente diferentes. Por ejemplo: vida cotidiana y rural frente a la vida de lujo del castillo; comportamiento de un loco de manicomio frente al sensato y razonable médico; dos enamorados y el malvado conde Drácula, etcétera. El jueg de las oposiciones realza las cualidades de cada parte.
Y por último, presenta personajes que aparentemente y en princpio no tienen nada que ver con la historia, para relacionar luego con una sola frase esas historias paralelas a la principal.La novela tiene una estructura muy bien delineada y armada.
Todas estas técnicas y el dibujo de personajes apasionados y llenos de sentimientos intensos hacen de este libro una obra muy amena, que dosifica la información con mano maestra y estimula el seguir leyendo para ver qué pasa.
Esta novela se nutrió de multitud de leyendas y tradiciones que hablaban de vampiros, pero selecciona el material y sienta las características que se toman como señas de identidad de los auténticos vampiros: tienen una fuerza descomunal, salen de noche y no soportan el sol, ni el ajo, ni el agua bendita. Cuando son poderosos se pueden convertir en perro, murciélago o lobo, no hacen sombra ni se les ve en el espejo, atraen hacía así a sus víctimas de manera irresistible y no pueden entrar en una casa de noche hasta que uno de sus habitantes le invita a entrar.
Las maneras de acabar con ellos también están fijados en esta novela: clavándoles una estaca en el corazón, cortándoles la cabeza y llenándole la boca de ajos, icinerándolos... Stoker supo consolidar todas las leyendas existentes para generar lo que se ha convertido en el canon del vampirismo que todos conocemos.
También me ha llamado la atención unos párrafos en los que, por comparación con el hipnotismo, algo también increíble y asombroso, pero que sabemos que es cierto, al autor acumula razones por las que el vampirismo puede ser creíble. Lo hace tan bien que resulta muy persuasuvo.
Una novela excepcional, muy bien escrita, que vale mucho la pena leer, un clásico de terror que conecta con arquetipos y símbolos muy profundos, sepultados en el inconsciente colectivo, lo que produce una extraña mezcla de atracción y repulsión, algo que por un lado nos parece en el fondo casi tabú y por otro lado nos atrae con fuerza.
Un texto redondo, lleno de atractivos y trucos que lo hacen apasionante. Os recomiendo que leáis este clásico de terror sobre todo si, como yo, no lo habéis leído hasta ahora. No esperéis más, porque se disfruta mucho. Un auténtico clásico de la literatura de terror, soberbio, potente y genial.
Portada de la primera edición de Drácula (1897)
Bram Stoker (Clonfart, 1847-1912) fué un escritor irlandés, conocido sobre todo por su novela Drácula. Nació en una familia burguesa, muy trabajadora y austera, muy aficionada a la cultura y en una casa llena de libros. Hasta los siete años sufrió una parálisis que le impedía andar,; tuvo que guardar cama y su madre se dedicaba a contarle historias fantásticas que excitaban su imaginación.
Estudió en el Trinity Collegue Matemáticas y Ciencias con Sobresalientes y Matrículas de Honor. Fué campeón de atletismo y Presidente de la Sociedad Filosófica. Comenzó a trabajar como crítico de teatro y arte, y aprobó las oposiciones para ejercer como abogado.
Se casó con una antigua novia de su amigo Oscar Wilde y se instaló en Londres, donde inició una prolífica carrera como novelista y siguió escribiendo crítica de teatro. Nos dejó dieciséis novelas, tres libros de relatos cortos y el mito del conde vampiro, que ha conectado a la perfección con nuestros temores más profundos.
Curiosamente, en la mejor foto que se conserva de él, hecha cuando tenía 59 años, aparece con cara de sorpresa y auténtico miedo. ¿Estaría asustado por la criatura que él mismo había ideado? No me extrañaría.
Bram Stoker en 1906
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
Sin quitarle ningún merito me parece que tanto la novela como las películas de Drácula tienen un error. Tras tanto tiempo de vampiro lo lógico es que hubiese vampirizado a muchísima gente, todo un ejercito de vampiros. Y sobre todo cuando va a Londres.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Luis. Sí, parece que tendría que haber sido algo así como una epidemia con una propagación en progresión geométrica. Pero como todo es fantasía, se puede suponer que un vampiro solo necesita chupar la sangre de una persona cada 3 o 4 días, así hay historia y no se convierte todo en un apocalipsis vampírico. Salud y libros.
ResponderEliminarBuena respuesta. Gracias y un saludo.
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