Páginas: 144 pág.
Editorial: Random House
Precio: 12,90 euros
Año de edición: 2012
Tengo que hablar de este libro recalcado su radical singularidad. Es algo que sucederá, yo creo, con toda novela que se comente de Félix Romeo (Zaragoza, 1968 – Madrid, 2011). Pero esta obra en concreto tiene alguna particularidad más.
«Noche de los enamorados» fue publicada póstumamente, es autoficción, y al ser escrita en los prolegómenos de la temprana muerte de Félix Romeo, recoge pasajes bastante próximos a su final. Si bien, se centra especialmente en unas experiencias que tuvo el autor mucho antes de su muerte, durante su estadía en la cárcel, donde conoció al preso Santiago Dulong —uno de los protagonistas de este libro—, cuyos actos delictivos tuvieron lugar el 11 de diciembre de 1994. En esa fecha, Santiago Dulong acabó con la vida de su mujer, María Isabel Montesinos Torroba, en un homicidio del que se hicieron eco los diarios del momento y cuya resolución tuvo la suficiente miga como para escribir esta novela sobre el caso.
Félix Romeo fue compañero de celda de Santiago Dulong, escuchó su testimonio, y así nació «Noche de los enamorados». Sin embargo, este libro nace no solo de las palabras del acusado, sino que se nutre también de la repercusión que tuvo el suceso en la prensa de la época, de frases y fragmentos extraídos de los diarios de entonces, así como del texto de la sentencia. Pero lo que hace diferente «Noche de los enamorados» de cualquier otra novela de trama similar —al fin y al cabo, no deja de ser la interpretación de un crimen pasional— es el talento literario del autor. Siempre especial, original, duro, penetrante y realista, a veces soez y, ante todo, diferente a otros autores que he conocido.
En el 2011, el año en el que se escribió esta novela, ni Félix Romeo sabía, ni nadie sospechaba, que iba a ser la última que escribiría. Con su final biológico, una vez que se publicó esta obra al año siguiente, se dio también fin a su literatura. Esta obra es su cuarta novela, y es sorprendente ver en ella mención a sus otras tres anteriores —Dibujos animados, Discothèque y Amarillo― mediante algún nexo de unión que el autor encuentra. Sin quererlo, le sirvió de tributo a sí mismo. El 7 de octubre de 2011, falleció de paro cardíaco. La muerte le sorprendió durante un desplazamiento puntual que hizo a Madrid con motivo de la conmemoración del décimo aniversario de la revista Letras Libres.
Publicado por Jesús Rojas.
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