viernes, 26 de marzo de 2021

Como polvo en el viento - Leonardo Padura

  

Título: Como polvo en el viento                                                                                         Autor: Leonardo Padura

Páginas: 672

Editorial: Tusquets

Precio: 21,75 euros

Año de edición: 2020

Mil y una vidas; mil y una perspectivas de los hechos históricos que condicionan las vidas; mil y una formas de vivir el exilio; mil y una percepciones y sentimientos diferentes ante un mismo hecho; mil y una maneras de imaginar lo que fue o no fue; mil y un modos de contarlo.

Eso y mucho más es lo que nos ofrece Leonardo Padura en su último trabajo. Una novela que quizás sea la que más se acerca a él mismo y a su interés en ser narrador de la vida de su país, en especial a lo largo de los años de los que tiene memoria vivida. Cuba y su especial idiosincrasia, país del que nunca quiso irse y nunca se ha marchado, a pesar de tener también la nacionalidad española.

Hay quien ha opinado que, siendo buena, la novela puede que sea un poco larga. A pesar de que valoro enormemente a los escritores que en poco dicen mucho y lo dicen bien, en esta novela, el autor despliega tal artificio de recursos lingüísticos, tal maestría de constructor de personajes, de tramas, intrigas y tensión, que no he sentido pesadez sino, más bien al contrario, me he deleitado observando ese gran dominio del escritor. Porque hay que ser muy buen escritor para ofrecernos una estructura compleja en la que se insertan unos hechos que cada vez que aparecen, y todo aparece varias incluso bastantesveces, el lector descubre algo novedoso, ya sea en la forma de narrar, ya sea en la información que aporta, siempre diferente a la ya conocida y que cambia el entendimiento de lo que se cuenta. Todo ello hace que, lejos de pensar que es algo que ya se sabe, nos mantengamos alerta para ver qué y cómo suceden esos hechos aparentemente iguales pero que al final siempre tienen diferencias notables según quién sea el personaje que los narre.

Los personajes. Esta es una novela coral en la que lejos de haber un personaje principal, son doce los protagonistas, de los que nueve reciben más atención. Son los constituyentes de un grupo «el clan» así se autodenominan. Nacidos en los años 60 y unidos desde su juventud, algunos incluso desde la niñez, forman un núcleo de amistad que será esencial para sus vidas y cuyos lazos permanecerán a lo largo de sus muy diferentes recorridos vitales, la mayor parte de ellos en el exilio. De todos sabremos mucho y el autor nos lo ofrece de una forma inteligente, buscando las perspectivas diferentes que produce el ser mirados por los otros amigos con los que se van relacionando a lo largo de los años. En los distintos encuentros, no solo en grupo, también van contando unos de los otros con sus diferentes miradas. La vida misma. El resultado es de una gran solidez y verosimilitud.

Aparecen otro buen puñado de personajes secundarios, de los que también acabamos teniendo un conocimiento cabal y que, entre todos, tejen una compleja tela de araña de relaciones que a veces irradia la especial luz de la isla y en ocasiones, para alguno de los personajes, está presente incluso casi como maldición.

Característica común de los personajes es su sólida formación universitaria, en el caso de dos de ellos de una inteligencia extraordinaria, lo que da pie al autor para exponer alguna idea muy sencilla pero contundente, como es la de que no hay causa sin consecuencia, ni consecuencia que no tenga causa. ¿De Perogrullo?, no tanto. También por aquí y por allá va diseminando perlas filosóficas, de esa filosofía cotidiana que a todos nos puede resonar en algún momento, como el sentido o sinsentido de la vida y las consecuencias para vivirla de una manera u otra, en función de lo que elijamos creer.

Algo muy importante en todos ellos es el respeto con que el autor los trata. No los juzga, aunque entre ellos lo hagan. Al finalizar se tiene la sensación de que solo se decanta abiertamente por uno de ellos, Clara, el alma mater del clan, el pilar y sostén del grupo en los buenos, pero sobre todo, en los malos momentos. Es la que se queda, una mujer generosa que intenta comprender a todos los amigos y sus muy diferentes formas de entender la vida, ¿trasunto del propio Padura?

El ambiente del país está muy bien reflejado, especialmente la década dificilísima de los 90 la novela transcurre entre 1989 y 2016, pero nunca se habla o se critica explícitamente al gobierno, aunque sí se exponen algunas de las incongruencias y sus variadas y a veces perversas consecuencias. Hay algo que sobresale, es lo peligroso de querer vivir cualquier tipo de vida cuando el miedo lo inunda todo. Nos sumergimos en ese ambiente al que podría caracterizarse, quizás no del todo desacertadamente, con la expresión de que es un país en el que han tenido que hacer de la necesidad, virtud.

La novela nos transporta a ese país de extremos en donde cohabitan de manera aceptada, ¿resignada?, una gran cantidad de contrarios: la fortuna y la miseria, la alegría y la desdicha, la belleza y la decrepitud, el idealismo con la realidad, un lugar en donde el clima facilita el carácter alegre y comunicativo de sus gentes a pesar de las dificultades, un país, al que los cubanos nunca pueden olvidar y que, según dice su autor de quienes emigran, «aunque te vayas de Cuba, sigues viviendo en Cuba».

El autor ha conseguido ser un perfecto notario de la vida de Cuba en una determinada época y nos ha deleitado haciéndolo.

Leonardo Padura

Leonardo Padura (La Habana, 1955) es un conocidísimo escritor cubano, reconocido por diferentes y prestigiosos premios literarios de muchos países, entre ellos España, donde se le sigue con gran fidelidad.  En 2015 recibió el Premio Princesa de Asturias.

Su obra más conocida y traducida es la serie detectivesca, ya con nueve novelas, en la que el protagonista es Mario Conde y en las que el autor va, como en la novela que se reseña, dibujando el ambiente de Cuba y todas sus dificultades. Del resto de sus novelas la que más éxito tuvo es la estupenda «El hombre que amabaa los perros». Es autor también de ensayos y reportajes, no en vano empezó a trabajar como periodista, y autor de guiones literarios, algunos en colaboración con Lucía López Coll, su amada compañera.

Publicado por Paloma Martínez.

2 comentarios:

  1. Normalmente me resulta difícil sumergirme en la lectura de una novela coral, sin embargo, esta magnífica reseña ha despertado mi curiosidad por "el clan" y por la vida cotidiana y difícil de la Cuba de entonces. Un acta notarial novelada y notabilísima.

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  2. Muchas gracias María por tus comentarios. En este caso el multiperspectivismo ha dado una visión global, a mi juicio, estupenda.

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