Año de edición: 2018
Este volumen recoge cinco relatos de mediana extensión, de en torno a cuarenta páginas cada uno, muy representativos de esta autora británica, poco conocida y realmente muy buena. Escribió poco en si corta vida, pero en esta antología se revela como una escritora con mucha personalidad, un estilo deslumbrante y una clara tendencia a describir situaciones y personajes con muchos matices y profundidad psicológica.
Me ha recordado al gran Henry James, ya que los cuentos de ambos autores comparten muchas cualidades: estilo depurado, el omnipresente tema del amor y las relaciones personales en una sociedad anglosajona de hace algunos años y una manera de escribir espléndida, complicada, precisa y penetrante. Utiliza frecuentes citas de poemas, certeras y sugerentes, que sirven de contrapunto a lo que está contando. Y redacta con frases largas, fastuosas, manentiendo el ritmo y la armonía en cada oración y cada párrafo.
Sus historias son tan vívidas que parecen reales, o al menos estar basadas en hechos reales. Sus protagonistas son invariablemente mujeres con algún rasgo de comportamiento poco convencional, damas que se salen del guión escrito por la sociedad y las convenciones, lo que hace muy interesantes sus narraciones. Me ha gustado especialmente el relato que da título al libro, una verdadera joya sobre la historia de un joven, atribulado e inexperto, que se enamora de una mujer madura, tiene que ir a la guerra, se despide de ella y... ya no puedo contar más, tenéis que leerlo.
Es una suerte que la editorial Periférica, una de mis favoritas, haya rescatado a esta autora con esta antología, que parece una estupenda introducción a su mundo y su obra. Muy recomendable.
Charlotte Mew (Bloomsbury, 1869-1920) fué una poeta y cuentista británica. Hija de un arquitecto conocido, que murió sin dejar testamento cuando ella tenía 29 años, tres de sus hermanos fallecieron siendo niños y otros dos padecieron enfermedades mentales y estuvieron toda si vida encerrados en sanatorios, así que quedaron solo dos hermanas, Anna y Charlotte, junto a su madre. Entonces las hermanas Mew acordaron no casarse nunca, para no transmitir la locura a sus hijos.
Por otro lado, era homosexual, de una manera que hizo decir a alguien que era «castamente lesbiana». Durante toda su vida llevó ropas masculinas y el pelo corto, con el aspecto de un dandy. Era de baja estatura, solía llevar un paraguas negro «para defenderse del mundo», fumaba y decía tacos. Todo un personaje.
Es una escritora tardía y poco prolífica. Publicó su primer libro de relatos a los 25 años y sus primeros poemas a los 37. Nos ha dejado algunos ensayos, un centenar de poemas y ni siquiera una veintena de relatos.Su poesía se sitúa entre el estilo victoriano y el Modernismo, Admirada por grandes figuras, como Ezra Pound, Joseph Conrad, Thomas Hardy y Virginia Woolf, es el miembro del círculo de Blommsbury menos conocido.
Los que la conocieron dicen que era solitaria, reservada, algo distante e incluso hosca. Tras la muerte de su hermana, cayó en una profunda depresión, la internaron en una institución y se suicidó al poco tiempo. Tenía solo 51 años.
Publicado por Antonio F. Rodriguez.
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