Título: Primero estaba el mar Autor: Tomás González
Páginas: 176
Editorial: Sexto piso
Precio: 17,90 euros
Año de edición: 2024
Tomás González es un gran escritor colombiano, muy poco conocido en España hasta que, hace un par de años, Sexto Piso publicó La luz difícil (2023), una novela poderosa, espléndida, que sorprendió a los lectores por su calidad. El año pasado, esa misma editorial rescató esta su primera novela, Primero estaba el mar, aparecida en 1983, lo que nos permite comprobar que ya entonces era un autor formidable y comprobar cómo ha evolucionado con los años.
En esta obra se ve que González tiene ya un estilo contundente, rico y expresivo, un lenguaje potente, matizado y preciso que es una delicia para el lector. Maneja un amplio vocabulario, salpicado, eso sí, con americanismos, que no sé qué les parecerá a los lectores colombianos, pero que a nosotros nos trae resonancias algo exóticas y todo el colorido de otras latitudes: piola (despejado), paila (cacerola), anjeo (tela metálica para mosquitos), cuncho (posos de una bebida), chapola (mariposa), alaraquiento (que habla o actúa de manera exagerada), teso (difícil), bahareque (mezcla de barro y paja), paca (bolsa de papel), chuzar (pinchar), rastra (camión, remolque)... nada que entorpezca la lectura o que no se pueda resolver con una consulta al Diccionario de americanismos en línea de la ASELE.
Por otro lado, qué bien cuenta las cosas este hombre. Convierte cualquier acción nimia, cualquier detalle en algo interesante de leer. Mención especial merece el capítulo 23, una maravilla que describe uno por uno los olores del lugar en una descripción sensual y detallada. A pesar de la riqueza de vocabulario, su escritura no resulta barroca, es más bien algo escueta, casi conceptista y tiene un ritmo muy vivo. El texto no está exento de frases de cierta dureza, que le dan consistencia a la historia, por ejemplo: «El ángel exterminador es un moco comparado con vos», «Del mutismo amargo pasó a la acidez atenta», «No nos jodamos más la vida —dijo—. Si no nos acordamos, entonces no fuimos nosotros». Y utiliza una artimaña que resulta muy eficaz: anuncia repetidamente, con una cadencia estudiada, el desenlace, haciendo notar que los protagonistas no saben lo que va a ocurrir en esa habitación, antes de que acabe el mes, en esa casa...
En conjunto, una novela espléndida, con aires de tragedia y no muy larga, pero muy convincente, sobre un tema quizás ya tratado otras veces, pero que en manos de este autor nos atrapa y parece que nos hipnotiza: una pareja huye de la ciudad y sus problemas para instalarse en una vieja y desvencijada hacienda, abandonada, sin agua corriente y cerca del mar. Buscan el paraíso perdido, pero encontrarán el purgatorio que llevan dentro, porque los conflictos, aunque parezcan de origen externo, suelen anidar en nuestro interior y los llevamos a cualquier parte a la que viajemos. Un tema que recuerda a Los galgos, los galgos y que aquí, resulta fascinante.
En fin, una novela formidable, un brillante debut, una obra de cinco estrellas, alta literatura que se disfruta y paladea frase a frase. Excelente lectura.
Tomás González (Medellín, 1950) es un escritor colombiano. Sobrino del escritor, abogado y filósofo Fernando González Ochoa, compartió con él los años de su infancia, en una relación muy cercana, gracias a que ambos vivían en fincas vecinas. De su tío aprendió «a mirar la vida con los propios ojos, no con los de nadie más» y de su madre, la pasión por la literatura. Siendo niño descubrió a Julio Verne y a Salgari, y ya no dejó de leer. Luego leyó a todos los autores del boom latinoamericano y decidió ser escritor.
Para él, la escritura es una forma de exploración del mundo, que ayuda a entenderlo y a vivir en él, ejerció durante años el periodismo y considera que esa práctica le sirvió para encontrar un estilo y depurarlo. Lleva más de 40 años dedicándose a la narrativa, pero el reconocimiento no le ha llegado hasta hace poco. Autores como William Ospina y Héctor Abad Faciolince han reconocido su influencia. Ha publicado hasta ahora 11 novelas, 4 libros de relatos y 1 de poesía. En España, la fama le llegó con La luz difícil (2011). En este enlace podéis leer una interesante entrevista que le hicieron a raíz de la publicación de esa novela.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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