Título: Del río Amakran al Manzanares Autor: Mohamed Lemrini El Ouahhabi
Páginas: 140 pág.
Editorial: Diwan Mayrit
Precio: 15,20 euros
Año de edición: 2023
Pues seguimos con los tesoros que publica la editorial Diwan Mayrit sobre el mundo árabe, el islam y muy especialmente Marruecos, ese vecino tan cercano como poco conocido. Y lo vamos a hacer con estas memorias de un sobreviviente, tituladas «Del río Amakran al Manzanares», amenas, entretenidas y llenas de información interesante.
En la presentación del libro, Hassan Al-Hamouti, amigo de Lemrini y flamante autor de «El sargento Mo», destacaba tres cualidades de este libro. En primer lugar, que se trata de una autobiografía íntima contada en primera persona. No hay tradición en Marruecos de narrar historias personales en primera persona, lo habitual es utilizar en todo caso el nosotros en lugar del yo, y este texto supone una actitud del autor valiente al superarla aversión cultural muy generalizada en el mundo musulmán a no expresar en público la intimidad.
En segundo lugar, es curioso el modo en que cuenta sus experiencias en Madrid, porque no lo hace como un extranjero que relata desde fuera una cultura ajena y la compara con la suya, sino que desde un primer momento habla como un madrileño, con toda naturalidad. Y es porque no ha tenido que integrarse en la cultura española porque ya la tenía desde niño. Creció visitando Melilla a menudo, en el instituto donde estudió se impartían varias asignaturas en español y ha vivido desde pequeño en un medio semiespañol. No en vano aparece en la portada retratado de niño en el Patio de los Leones, el corazón de la Alhambra. Por lo tanto, aporta un punto de visa muy atractivo: el de quien es realmente marroquí y español. Para él no hay diferencia ni choque, ha trabajado y vivido en ambos países y ha elegido vivir en España.
Y por último, hay otro aspecto que llama la atención y que puede pasar desapercibido: la presencia de la mujer en el texto y cómo es tratada. A principios de los años 50, la hermana mayor del autor, Fátima contrajo la polio, una terrible enfermedad. Su padre decidió conseguir los mejores médicos y tratamientos en Marruecos, lo que le supuso afrontar grandes sacrificios económicos, una notable inversión y críticas generalizadas en su entorno, que no entendía ese gasto en un hijo que no era varón, tal era la mentalidad machista y patriarcal de la época, Por lo tanto tuvo el padre del autor un gran valor al no sucumbir a la presión social imperante.
Además de estas consideraciones de Hassan, encuentro otros atractivos y puntos de interés para el lector. El primero que me asalta es que se trata de un libro muy ameno, en buena parte gracias a la cercanía de la voz del narrador, que parece asumir el papel y el tono de un familiar nuestro, que en la intimidad, con confianza, después de comer y en una agradable sobremesa nos cuenta de manera resumida su vida y vivencias. El lenguaje es muy coloquial, próximo a la oralidad, sencillo y entretenido. Parece estuviésemos oyendo a Mohamed contándonos cosas, y todo ello hace que el discurso sea sumamente agradable.
Por otro lado, los toques emocionales son muy contenidos y discretos, tienen elegancia y consiguen que el texto no sea en ningún momento demasiado emotivo. Lo emocional se intuye perfectamente en todo momento, y se entiende, pero no se desborda en ninguna ocasión. Hay que decir que un suave sentido del humor impregna estas memorias, lo que es muy de agradecer y se nota en los títulos de algunos capítulos (TVM, la mejor televisión de Marruecos, Porqué me casé dos veces con la misma mujer...) y en el registro elegido para contar anécdotas y sucedidos.
Hay que destacar también que, aunque aparentemente se trata de un libro sencillo, está escrito con mano hábil y se encuentra lleno de detalles, anécdotas y aspectos interesantes de los usos y costumbres tanto de la sociedad marroquí como de la española en aquellos años. Es curioso lo frecuentes que eran en Marruecos entonces los matrimonios entre primos y familiares lejanos, cómo existía una censura parecida a ambos lados del estrecho y las cajas de libros prohibidos que se enseñaban a los clientes de confianza en las librerías españolas. En fin, estas memorias están llenas de aspectos interesantes, ya que retratan, directa e indirectamente, muchas cosas del Marruecos de los años 60 y de la España de los 70, ambiente estudiantil, transición, 23F y 11M incluidos.
Una cosa que me ha llamado la atención es que al ser el protagonista un chico despierto y avispado, y correr mil aventuras a lo largo de su vida, esta obra recuerda fuertemente la literatura picaresca, si bien bastante modernizada y con la diferencia de que nuestro Mohamed no resulta apaleado, golpeado y maltrecho en ningún momento, al menos físicamente, como es habitual en ese género.
Por último, tengo que mencionar lo que a mí me parece una de las claves de la vida del autor. Es sabido que cuando alguien retrata a los demás, en realidad se está retratando a sí mismo y el lector atento puede ver muchas cosas de la personalidad del que habla. En este caso, Mohamed menciona como rasgo definitorio de muchas de las personas que trata el que son buenas personas, lo que le delata a él como un buen tipo, entrañable y lleno de bonhomía, que todo, o casi todo, lo ve de la mejor manera posible, con espíritu positivo y optimista, cosa que se nota en estas líneas y creo que es su mejor cualidad.
La obra, estructurada en 29 capítulos cortos, de 3 o 4 páginas cada uno, que se leen muy bien, se puede dividir en tres partes diferenciadas: los recuerdos de infancia y juventud, donde aparecen la familia y los centros de estudio a los que asistió el autor; la carrera profesional, tanto en Marruecos como en España, y una tercera parte en la que llega la jubilación y se presta especial atención a las figuras del padre y la madre, ya un poco mayores. Como se ve, un recorrido muy completo.
En suma, un libro de memorias escrito por un hábil periodista que es a la vez marroquí y español, muy recomendable. Ameno, entretenido, plagado de historias interesantes y detalles curiosos, que se lee prácticamente de un tirón y que resulta muy adecuado para todo tipo de lectores.
Esta edición viene acompañada de un breve y atinado prólogo de Mohamed Abrighach, hispanista de prestigio nacido también en Nador, como el autor.
Mohamed Lemrini El Ouahhabi (Nador, 1950) es un escritor, profesor universitario y periodista hispano-marroquí. Nació en el Rif, esa región del norte de Marruecos históricamente olvidada. Creció en Nador, a 14 km de Melilla, ciudad que visitaban sin problema los marroquíes, así que allí jugó, tomó helados y probablemente probó su primera caña. Se considera tan español como ciudadano de Marruecos y domina el español y el árabe a la perfección, además del francés y el rifeño.
Estudió en Tetuán y, gracias a una beca española, pudo licenciarse en Ciencias de la Comunicación, rama Audovisual, y doctorarse en la Universidad Complutense de Madrid con una tesis sobre el cine en Marruecos. Ha trabajado en la televisión del reino alahuita (RTM) y en varios medios españoles. Comenzó a escribir en las páginas en castellano del diario L'Opinion, editado en Rabat, cosa que ha seguido haciendo en varias publicaciones hasta que abrió su propio blog en 2012.
Ha sido profesor universitario de Periodismo y Comunicación Digital e investigador en el Instituto Superior de Información y Comunicación de Rabat, y en la Universidad Europea de Madrid, donde ha ocupado varios cargos directivos. Actualmente es profesor emérito. Hay que mencionar que ha realizado varias traducciones y ha publicado un buen número de artículos de investigación y ensayos.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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