Título: Los ojos cerrados Autora: Edurne Portela
Páginas: 208
Editorial: Galaxia Gutenberg
Precio: 17 euros
Año de edición: 2021
Edurne Portela es esa escritora de nombre inolvidable que tanto nos gusta, entregada literariamente a tratar el tema de la violencia; no de la violencia explícita y desatada, sino de la violencia contextual, insinuada, que flota en el ambiente y basta que se deje presentir para que transforme la vida de los personajes de sus libros.
Como ya hemos contado aquí, estando en Estados Unidos, se dedicó un tiempo a analizar esa problemática que le interesa especialmente en sitios como Irlanda del Norte, hasta que alguien le dijo que por qué no escribía sobre su tierra, el país vasco, y entonces produjo su primera novela, la espléndida y perturbadora «Mejor la ausencia».
En esta ocasión, la autora se dedica a indagar en el mundo de los maquis, los guerrilleros antifranquistas que se echaron al monte después de la guerra civil española, en una trama situada en un pequeño pueblo de la provincia de Lugo, llamado precisamente Pueblo Chico, un trasunto del pueblo natal de su padre.
Allí desarrolla una historia de monte y lobo, de cazadores y guardamontes, de niebla y montaña, de guardias civiles y partisanos hispanos, de violencia rural y España negra, pero sin centrarse en esos protagonistas obvios de la situación, sino en los vecinos de la aldea. Una chica joven, Ariadna, llega al pueblo con Eloy para alejarse del mundanal ruido y tomarse un tiempo e intentar reconstruir su pareja. Allí se internará en el laberinto de recuerdos, historias pasadas y pendientes, tensiones y relaciones implícitas que se han tejido a lo largo de los años entre los vecinos, sobre todo los más viejos del lugar.
Ese ambiente inquietante, en el que Ariadna no entiende qué pasa, o mejor dicho que pasó, entre Adela, Evaristo, Federico, Pedro, Piluca, Baldomero y algunos lugareños más, es lo que le interesa a Portela. Con esos mimbres, urde una historia compleja y ominosa, cargada de secretos terribles que se callan y el peso de cosas tremendas que flotan en el aire, narrada en dos tiempos, el presente y el pasado en el que todo se originó. El lector irá descubriendo, poco a poco y de la mano de Ariadna, los vericuetos de las vidas de ese puñado de personajes y parientes, junto con todo lo que hay entre ellos.
Una novela muy bien escrita, en la que Portela gestiona con acierto la información, que es a la vez una obra de suspense y de terror, organizada en 46 capítulos muy cortos que se leen con suma facilidad y que resulta tan bella como inquietante. Porque, parafraseando a la autora, «los lobos saben quién es bueno y quién es malo», «lo que dejas atrás te persigue sin descanso» y «hay pueblos de cabras y moscas que están llenos de voces que cuentan sus historias a quienes saben escuchar».
En 2003 se trasladó al College of Arts and Sciences de la Universidad de Lehigh (Pensilvania), donde a lo largo de trece años compaginó su trabajo como docente, con trabajos de investigación y la dirección del Humanities Center (Centro de Humanidades) (2008-2014) y de Iniciativas Internacionales (2013-2014) del centro.
Finalmente, volvió a España en el 2016 para dedicarse por completo a escribir. En ese año publicó el ensayo titulado «El eco de los disparos: cultura y memoria de la violencia», en el que reivindica la cultura como herramienta para digerir y asumir la violencia del pasado. Ésta es su tercera novela, después de «Mejor la ausencia» y «Formas de estar lejos».
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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