lunes, 11 de mayo de 2020

El vientre de Nápoles - Matilde Serao


Título: El vientre de Nápoles
Autora: Matilde Serao
 
Páginas: 160
 

Editorial: Gallonero
 

Precio: 16 euros   
 

Año de edición: 2016
       
Este libro se compone de veintiún artículos o pequeñas crónicas publicadas en prensa sobre las condiciones de vida y costumbres en la ciudad de Nápoles escritas en distintas épocas: las nueve primeras en 1864, las cuatro siguientes, veinte años después, en 1884, con motivo de las reformas después de la terrible epidemia de cólera que asoló la ciudad, y las ocho últimas, agrupadas bajo el título «El alma de Nápoles», en 1905, cuando se publicó la primera edición de este libro.  

Se trata de textos que describen una ciudad hermosa y terrible, llena de vida y miseria al mismo tiempo, situada en una bahía bellísima y bajo la sombra del Vesubio, tan amenazanante  como majestuoso. Una ciudad, en palabras de Serao, sucia, maloliente, angosta, asfixiada, llena de baches, de ladrones y sin árboles. De callejones llenos de basura, sin alcantarillado, nidos de suciedad y miseria, con poca higiene, mucha delincuencia y corrupción.

En esas tres épocas, y aún hoy en día, es una ciudad fascinante y siniestra al mismo tiempo, que progresa siempre de manera insuficiente, llena de gentes apasionadas y encantadoras. En ningún otro sitio hay un callejón del séptimo cielo, estrecho y oscuro, llamado así porque el firmamento es un pequeño trocito azul de algo que se ve más arriba del séptimo piso.

La autora escribe con cariño de una ciudad a la que quiere y denuncia la corrupción, la pobreza endémica, la falta de reformas, la miseria de los que trabajan catorce horas al día y siguen siendo pobres, el analfabetismo de cocheros y porteros, la usura escandalosa, la superstición y las aficiones apasionadas que mueven a los vecinos de manera fanática: la lotería, la religión, el Teatro di San Carlo (la ópera más antigua del mundo todavía en activo), la canción napolitana, la sangre del obispo napolitano San Genaro, que se licúa cada año (y ahora añadiríamos el Nápoles y Maradona). Una sociedad tan pobre e imaginativa que inventó la pizza, uno de los platos más baratos, sabrosos y nutritivos.

Desde entonces, nada ha cambiado en realidad, solo algunas cosas se han modificado para que todo siga igual en el fondo. Después del cólera de 1884, se abrió una amplia plaza frente a la estación del ferrocarril de la que parten tres grandes avenidas, llenas de sol, luz y aire. Pero si uno entraba en el Rettefilo abandonaba pronto la zona saneada y llegaba a los callejones sucios y estrechos de toda la vida.

La autora describe con pulso firme y claridad lo problema de una gran urbe en un espléndido ejemplo de periodismo de denuncia y combativo, que curiosamente mantiene su actualidad hoy en día. El libro es a la vez una carta de amor a su ciudad y un reportaje colorista de una realidad contradictoria.  

Un libro fascinante que todavía sirve como reportaje de actualidad y crónica literaria de altura de la bella, tradicional y pobre ciudad de Nápoles. Hay libros que capturan y fijan el alma de una ciudad. Muy recomendable.

Matilde Serao (Patras, 1856-1927), novelista y periodista italiana, de origen griego, que fundó y editó varios periódicos y estuvo propuesta para el Premio Nobel en cuatro ocasiones. Era hija de un periodista italiano, Francesco Serao, y de madre griega, Paolina Borely. Su padre había emigrado a Grecia desde Nápoles por razones políticas. Regresó en 1861.

Trabajó como maestra en Nápoles y consiguió cierto éxito y fama con sus primeras colaboraciones en prensa y con su primera novela, «Fantasía» (1888). Vivió en Roma desde 1880 hasta 1886. Publicó más de 40 novelas y 9 volúmenes de relatos. Destacan especialmente las obras de su primera etapa, influenciadas por el verismo

Fundó con su marido, Edoardo Scarfoglio, «Il Corriere di Roma», un primer intento de periódico italiano moderno, como los diarios parisinos, «Il Corriere di Napoli», en 1892 «Il Mattino», que se convirtió en el diario más importante del sur de Italia y finalmente, fundó y dirigió su propio periódico, «Il Giorno», desde 1904 hasta su muerte. Falleció de un infarto, mientras escribía.

Matilde Serao
      
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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