Título: Calendas griegas
Autor: Gesualdo Bufalino
Páginas: 242
Editorial: Anagrama
Precio: 9,02 euros
Año de edición: 1993
Hoy os propongo recordar a otro genial escritor nacido en Sicilia, esa atractiva isla en la que no sé que les dan a los niños de cena, porque crecen los buenos autores como setas.
Se trata de Don Gesualdo Bufalino, profesor de instituto y escritor secreto durante años, y sus «Calendas griegas». El irónico título alude a algo que nunca pasará, o que nunca ha sucedido, porque las calendas eran una división del tiempo de los romanos, no de los griegos. Parece que el emperador Augusto usaba mucho la expresión «hasta las calendas griegas» para expresar que alguien no iba a pagar nunca su deuda.
Y en cierta medida eso es el contenido de este libro, cosas que nunca han pasado exactamente, porque se trata de una autobiografía literaria embellecida y transformada, más en lo accesorio que en lo fundamental, para que tenga suficiente interés. El autor nos cuenta una vida imaginaria, en la que oculta cosas, inventa otras y tergiversa algo hasta construir un bello edificio literario con el inconfundible sello Bufalino: lenguaje barroco y a la vez accesible, riqueza poética, erudición amable, elegancia de estilo, frases sonoras que invitan a la declamación, aroma clásico, cadencia y ritmo...una voz humilde y acogedora que nos toma de la mano y nos enseña algunas habitaciones de su vida, embellecidas y decoradas, sí, pero ¿quién no deforma y mejora su vida cuando la cuenta?
Una biografía literaria escrita en 1992, porque los 72 años son una edad razonable para morir. ¡Ay! parece que Don Gesualdo adivinaba que un coche le mataría cuatro años después en un terrible accidente, con la complicidad de su biografía, porque si no hubiese pasado una tuberculosis que le dejó prácticamente un sólo pulmón, seguramente se habría recuperado y habría sobrevivido al desafortunado encuentro.
El texto comienza en el claustro materno y sigue a lo largo de cuatro capítulos: infancia y pubertad, juventud, madurez, y vejez y muerte. Mezcla la narración en primera y en tercera persona, los fragmentos en tono de diario, las poesías, las citas, los fragmentos, algunos párrafos con lenguaje teatral, monólogos. En fin, una obra heteróclita compuesta con absoluta libertad, empapada de fina ironía, en la que no siempre se respeta el orden cronológico cuando un recuerdo llama a otro y éste al siguiente. Un recorrido muy agradable, maravilloso, por la vida de este autor único e inimitable, sensible y modesto, que me temo que le retrata a la perfección y tiene mucho más de auténtico de lo que insinúa el título.
Gesualdo Bufalino (Comiso, 1920-1996) fué un genial escritor siciliano que no publicó su primera novela hasta los 61 años. Era hijo de un obrero y un lector voraz y omnívoro desde su más tierna infancia. Estudió literatura en Catania y en Palermo. Luchó en la Segunda Guerra Mundial, en 1943 fué capturado por los alemanes y logró fugarse.
Tuvo que
hospitalizarse por una tuberculosis durante dos años, experiencia que le serviría para escribir la novela «Perorata del apestado» (1981), con la que obtuvo el prestigioso Premio Campiello. Fué profesor de instituto en Comiso hasta hasta su jubilación. Totalmente apartado del mundo
literario, fue descubierto por Leonardo Sciascia al leer una introducción suya a un volumen de fotografías de su ciudad natal.
A partir de entonces fue acosado por la editorial
siciliana Sellerio para que les pasara cualquier cosa y así fueron apareciendo ocho títulos que se convirtieron inmediatamente en otros tantos superventas en Italia, hasta su dramática muerte, atropellado por un coche.
Gesualdo Bufalino
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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