Título: Abecedario de pólvora
Autor: Yordán Radíchkov
Páginas: 244
Editorial: Automática
Precio: 18 euros
Año de Edición: 2014
Este delicioso libro de cuentos reúne veinte cuentos búlgaros, una breve introducción de la traductora, Viktoria Leftérova, que sitúa la obra en su contexto y un divertido epílogo del autor.
Son veinte historias de los campesinos y gente del campo de Bulgaria, teñidas de folklore local, con varios elementos añadidos que las hacen especialmente interesante: un suave sentido del humor, una extraña delicadeza, la descripción de los terribles conflictos que el país vivió primero con los nazis y luego con los rusos, de los que se habla con total libertad, y unas pequeñas dosis de realismo mágico balcánico, que acaban de redondear la fórmula.
Un ciclo de cuentos que describe un pequeño mundo, el entorno rural de ese país balcánico en la época de la última gran guerra. Los guerrilleros en el monte, los ocupantes y los hombres del pueblo se mezclan con la historia búlgara en una sinfonía rural, llena de encanto, inocencia, sensibilidad e ironía para componer un retrato coral del alma búlgara.
Los relatos se complementan enre sí, uno cuenta una misma historia desde el punto de vista de un personaje, el siguiente desde el punto de vista de otro y así sucesivamente hasta ligar estas historias unas con otras, como las cerezas de una cesta, y captar todo un mundo y una época mejor que cualquier libro de Historia.
Aquí aparecen el dos cigüeñas, que siempre utiliza herramientas de esa marca alemana, un pan de 25 metros de largo, que no cabe en el horno, un panadero al que se le vuelcan los panes al sacarlos, una traición, un carro bellamente decorado con los héroes de la historia búlgara, un artesano que hace cacharros de barro, la resistencia clandestina antialemana, un cantero que trabaja la piedra de noche... y muchas cosas más típicas del Balcán.
Algunas perlas selectas que se encuentran en estas páginas para ver el tono en el que están escritas: «Esto no es Alemania donde crían ovejas como elefantes», «Yo ya tengo mi edad, he visto dos terremotos y un eclipse», «Mi negocio es simple: cobro por cada cacharro tanto cereal por como cabe en él».
Cuando se publicó en 1969, alejándose del realismo social imperante, supuso una verdadera revolución en Bulgaria y tuvo un éxito inmediato. Es un libro muy adecuado para conocer las tradiciones de ese país y el poso que ha dejado la Segunda Guerra Mundial en el carácter de sus habitantes.
Un libro estupendo y maravilloso, muy profundo en su aparente simplicidad, muy agradable de leer y que mezcla con sabiduría tradiciones locales, la Historia del país, la epopeya diaria de los artesanos y trabajadores de un pueblo, y la sabiduría popular. Un auténtica obra maestra, modesta y humilde, que constituye otro ejemplo de que lo local, cuando se cultivas con arte, se convierte en universal porque conecta con el fondo del alma humana.
Yordán Radíchkov (1929 - 2004), novelista, dramaturgo y guionista,
es
el escritor búlgaro moderno más importante y famoso. Sus obras se han traducido a mas de treinta idiomas.
La aldea natal de Radíchkov, sumergida bajo las aguas
Nació en Kalimánitsa, una pequeña aldea búlgara, hoy sumergida bajo las aguas de un embalse. Su carrera literaria comienzó en 1959 con la
colección de relatos «El corazón late para las personas» y rápidamente se
distanció del realismo socialista, comenzó a utilizar elementos propios del folklore nacional, así como
interpretaciones irónicas y grotescas de la realidad del momento. Radíchkov reivindica una épica de lo cotidiano, de personajes que conservan la inocencia en un mundo cruel y despiadado, con algún toque que otro de realismo mágico.
Ha sido galardonado con multitud de premios, como el Premio Dimitrov de Literatura, el
Premio de la Academia Internacional de las Artes de París, la Orden de Stara Planina, el Premio Grinzane Cavour, la Orden Sueca de la Estrella Polar y el Premio Hans Christian Andersen, por una de sus obras
infantiles («Pequeñas historias de ranas»). Ha sido candidato al Premio Nobel.
Yordán Radíchkov
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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