Título: El diario de Edith Autora: Patricia HIghsmith
Páginas: 384 pág.
Editorial: Anagrama
Precio: 19,90 euros
Año de edición: 2014
Publicada originalmente en 1977, en plena madurez creativa de su autora, esta novela es una de las más inquietantes y siniestras de la Highsmith y también una de las más atípicas. Cuenta, paso a paso y en detalle, el lento proceso de desmoronamiento y destrucción que sufre una persona cuando todo falla a su alrededor. Edith es un ama de casa que vive en el campo con su marido, distante, el tío de su marido, el tío George, un anciano seco cada vez más dependiente y su hijo Cliffie de diez años, un chico francamente difícil y antisocial. Se dedica a editar una pequeña revista local de noticias de la comunidad, en la que publica artículos de opinión, de los que se siente especialmente orgullosa.
Toda esa vida se irá deshaciendo poco a poco, de manera inexorable y angustiosa, convirtiéndose poco a poco en una especie de prisión vital que atrapa a la protagonista y la asfixia lentamente. Su marido la abandona por una mujer más joven, su hijo no se va de casa y se vuelve cada vez más conflictivo y lejano, el carácter del tío George va empeorando y su salud también, de manera que tenerle en casa se convierte en una tortura, la revista atraviesa dificultades y las editoriales de Edith encuentran cada vez más rechazo entre sus vecinos, sus amigos empiezan a parecerle superficiales... y la pobre Edith se refugia en su querido diario, en el que construye una realidad paralela más satisfactoria.
El libro muestra el arco de evolución de la protagonista de manera muy convincente y gradual, así que sin darse casi cuenta, el lector se ve sumergido en un proceso de destrucción interna de una persona, que se vuelve cada vez más agobiante. La degradación de su vida cotidiana está acompañada del deterioro de su moralidad, porque cada vez riene sentimientos más tenebrosos y tentaciones inconfesables. Curiosamente, se utilizan algunas pinceladas de la política estadounidense del momento para completar el paisaje de degradación moral y corrupción.
Una novela magistral, en la que la información está muy bien dosificada y la evolución de los personajes es muy gradual y consistente. Los diálogos, las situaciones, toda la dinámica dramatica del relato es muy creíble, funciona admirablemente bien y la autora sabe contar las cosas de manera que tengan siempre un toque oscuro y ominoso.
Sumergirse en este texto es una experiencia poco agradable, que incluso genera algo de rechazo en el lector, pero que a la vez resulta hipnótica. El morbo puede más y no se puede dejar de leer a ver cómo acaba la peculiar historia de una vida que parece maldita y muy cotidiana al mismo tiempo.
Un texto maquiavélico, muy personal y que respira algo maligno e insano. Una de las mejores novelas de la