martes, 23 de noviembre de 2021

Los días del Cáucaso - Banine

 

Título: Los días del Cáucaso                                                                                             Autora: Banine   

Páginas: 316

Editorial: Siruela

Precio: 18,95 euros 

Año de edición: 2020

Estas inteligentes, divertidas y amenas memorias de infancia de una niña millonaria, musulmana, azerí e hija del petróleo, nos acercan la cultura y la historia de Azerbaiyán a principios del siglo XX, una realidad que ya entrevimos en «Sangre y petróleo en Oriente» de M. Essad Bey y que aquí se narra con mucho humor y fina ironía desde el interior de una de las familias más pudientes del lugar.

Nacida en una familia de multimillonarios algo salvaje y desaforada —ella dijo «Nací en una familia rica, no una familia bien, porque mi abuelo encontró petróleo»— y huérfana de madre desde muy pequeña, fue criada por una institutriz alemana, rubia, etérea y de piel clara, a la que quiso como a una madre y con la que contrastaban fuertemente las cuatro hermanas, morenas, de piel oscura, con entrecejo y bigote.

A partir de ahí, la autora nos describe un mundo muy distinto al que conocemos: un ambiente musulmán y no árabe, poligámico y algo desvergonzado, muy rico, en un momento de la historia especialmente convulso y violento, en el que los armenios masacraban a los azerbaiyanos y los turcos a los armenios. Unas memorias muy bien escritas en las que se aprende algo de Geografía y de Historia, que cuentan cómo fue una infancia medio oriental, medio alemana y algo rusa, con una niña desobediente y soñadora como protagonista, que fue feliz hasta los diez años, cuando empezaron las convulsiones sociales.

El texto tiene un ritmo muy vivo, está cuajado de anécdotas, detalles curiosos y referencias históricas, contadas con ironía y bastante retranca, con lucidez y precisión, y también con la intensa pasión de la niña protagonista, siempre enamorada perdidamente de alguien inalcanzable. Está escrito con mucho desparpajo, descaro, mucho ingenio y un punto de picardía. Un libro maravilloso, en el que se aprende mucho de ese rincón del mundo comprendido entre el Mar Caspio y la cordillera del Cáucaso, que hará las delicias de todo tipo de lectores.

Publicada originalmente en francés en 1946, cuando la autora contaba 40 años, después de cierto éxito inicial, esta novela permaneció en el olvido más de setenta años hasta que, en 2019, la editorial Pushkin Press decidió traducirla al inglés y después llegó traducida a Italia y España.

La excelente traducción del francés es de la malagueña Regina López Muñoz, traductora del inglés, francés e italiano.

Banine, la primera a la izquierda, y sus hermanas

Umm-El-Banine Assadoulaeff (Bakú, 1905-1992), más conocida por su seudónimo Banine, fue una escritora francesa, políglota, nacida en Azerbaiyán y de origen azerí, una etnia turca que desciende probablemente de los medas o de los escitas. Nieta e hija de multimillonarios azeríes del petróleo, huyó del país a los 18 años cuando los bolcheviques tomaron el poder.

Estuvo viviendo primero en Estambul y luego en París, en donde trabajó como dependienta en una tienda de modas, como modelo de alta costura, secretaria y profesora de música, mientras continuaba con sus estudios. Después comenzó a hacer traducciones al francés, por ejemplo, de Dostoyevski y Ernst Jünger, a publicar artículos periodísticos y a colaborar con emisoras de radio. Así empezó a ser conocida en cículos literarios e intelectuales rusos emigrados. Hablaba y escribía con soltura francés, alemán, ruso y azerí.

Musulmana de origen, se convirtió al catolicismo y describió su evolución en «Yo he elegido el opio» (1959). Publicó también tres títulos sobre la figura de Jünger y se dedicó especialmente a difundir la cultura e historia del pueblo azerí. Sus dos obras más importantes son los libros de memorias «Los días del Cáucaso» (1946) y «Los días de París» (1947).

Los que la conocieron dicen que era una mujer muy divertida, con un gran sentido del humor y parece que mantuvo un espíritu joven y alegre hasta su muerte. Pocos sabían que mantuvo una lucha continua y constante contra la depresión, como delatan sus diarios. Al final de su vida, pasaba las horas sentada en sillón, soñando como un gato al sol, como ella decía.
 
Banine

Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

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