Título: Historias secretas de balnearios
Autor: Juan Perucho
Páginas: 178
Editorial: Planeta
Precio: 9,90 euros
Año de edición: 1972
Este divertido e irónico libro reúne una colección de crónicas imaginarias y fantasiosas de historias inventadas ocurridas en balnearios, un entorno festivo, vacacional y de relajación, en el que se supone que la aristocracia y la alta burguesía bajaban la guarida, abandonaban las imposturas y se mostraban tal y como eran. No por ser anécdotas de ficción, contienen menos verdad estas historias que si fueran reales, muy al contrario. Un planteamiento tan juguetón le sirve a este juez metido a escritor, para soltarse y retratar aspectos de la sociedad que le rodea y del ser humano en general.
Un magistrado es un espectador privilegiado de la condición humana y a fé que Perucho aprovecha esa ventaja y toma nota de muchas peculiaridades del alma humana, las describe con elegancia, ironía y un buen manejo del lenguaje, para componer un libro tan entretenido como literario.
Son 26 crónicas de balneario, cortas y certeras, como juicios rápidos, y un lapidario portátil, una descripción igualmente inventada de una serie de piedras y gemas, acompañadas de sus propiedades. Un ejercicio de estilo espléndido, borgiano y cervantino, que se le con sumo placer y deleite. Perucho es un escritor poco conocido y no muy leído, pero es fenomenal.
El estilo es elegante, casi de erudito, pero dentro de lo inteligible y de un español cómodo de leer. Me han gustado especialmente el encuentro entre Bram Stoker y el conde Drácula, las aventuras de Hércules Poirot en las aguas de Beaulieu, las andanzas acuático-termales de Jan Potocki, Fernando VII, el capitán Nemo, Buffalo Bill, Leonardo... la nómina de personajes famosos es de lo más peculiar y los relatos muy divertidos.
Páginas: 178
Editorial: Planeta
Precio: 9,90 euros
Año de edición: 1972
Este divertido e irónico libro reúne una colección de crónicas imaginarias y fantasiosas de historias inventadas ocurridas en balnearios, un entorno festivo, vacacional y de relajación, en el que se supone que la aristocracia y la alta burguesía bajaban la guarida, abandonaban las imposturas y se mostraban tal y como eran. No por ser anécdotas de ficción, contienen menos verdad estas historias que si fueran reales, muy al contrario. Un planteamiento tan juguetón le sirve a este juez metido a escritor, para soltarse y retratar aspectos de la sociedad que le rodea y del ser humano en general.
Un magistrado es un espectador privilegiado de la condición humana y a fé que Perucho aprovecha esa ventaja y toma nota de muchas peculiaridades del alma humana, las describe con elegancia, ironía y un buen manejo del lenguaje, para componer un libro tan entretenido como literario.
Son 26 crónicas de balneario, cortas y certeras, como juicios rápidos, y un lapidario portátil, una descripción igualmente inventada de una serie de piedras y gemas, acompañadas de sus propiedades. Un ejercicio de estilo espléndido, borgiano y cervantino, que se le con sumo placer y deleite. Perucho es un escritor poco conocido y no muy leído, pero es fenomenal.
El estilo es elegante, casi de erudito, pero dentro de lo inteligible y de un español cómodo de leer. Me han gustado especialmente el encuentro entre Bram Stoker y el conde Drácula, las aventuras de Hércules Poirot en las aguas de Beaulieu, las andanzas acuático-termales de Jan Potocki, Fernando VII, el capitán Nemo, Buffalo Bill, Leonardo... la nómina de personajes famosos es de lo más peculiar y los relatos muy divertidos.
Un libro estupendo, que me recuerda en el estilo, el tono y la fantasía que despliega a mi admirado Álvaro Cunqueiro. Se puede encontrar buscando un poco en bibliotecas y librerías de segunda mano. Genial.
Juan Perucho (Barcelona, 1920-2003) fué un juez, poeta y novelista catalán, miembro de la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona y Doctor Honoris Causa por la Universidad Rovira i Virgili
de Tarragona. Escribió toda su poesía en catalán y el resto de su
producción, formada por 42 títulos de novela, ensayo y libro de
gastronomía, indistintamente tanto en español como en catalán.
Recibió en 1995 el Premio Nacional de Literatura de la Generalidad de Cataluña y en 2002, el Premio Nacional de las Letras Españolas. El crítico Harold Bloom lo incluyó en a su famoso canon de autores indispensables.
Juan Perucho (foto CC BY-SA 2.0 Elisa Cabot)
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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