Título: Confesión de un asesino
Autor: Joseph Roth
Páginas: 271
Editorial: Mármara
Precio: 13,50 euros
Año de edición: 2019
En esta oscura y profunda novela, publicada en 1936, llamada la «novela rusa» de Roth, no solo por la nacionalidad del protagonista, sino por el tono y los temas que toca, el autor se disfraza de novelista ruso y nos deja una espléndida narración y un ejercicio de estilo muy notable: la confesión que Golubtschik (palomita en ruso) comparte con sus compañeros de tertulia nocturna en el restaurante ruso Tari-Bari de París.
La personalidad del protagonista, un espía al servicio de la terrible Ojrana, la policía secreta zarista, un hijo ilegítimo de un príncipe ruso que ya no cree en Dios, pero todavía teme al diablo, es fascinante. Un canalla, un débil, un miserable que con sus contradicciones, sus complejos y sus miserias, su torturada relación con la vida y la felicidad («El sufrimiento nos hace tan dichosos como la alegría. Casi es imposible distinguir la felicidad del sufrimiento»), su vileza y su loco amor por una modelo resulta un personaje de gran complejidad y muy profundo psicológicamente, una creación fascinante.
Presenta una variante de obra de suspense interesante: desde un principio se sabe quién es el asesino (el narrador) y a quién ha matado (a una mujer, probablemente su amada), pero lo que impulsa a seguir leyendo es averiguar porqué la ha matado, cómo y cuándo. Finalmente, el desenlace contiene una sorpresa tan curiosa como inesperada.
Una historia de amor y venganza, de relaciones de cariño que resultan muy destructivas a largo plazo; un texto profundamente misógino que describe muy bien el papel de la mujer en la Rusia de principios de siglo. Fascinante y malsana, bella y envenenada al mismo tiempo, esta novela despierta fácilmente sensaciones de amor y odio al mismo tiempo, el autor se pasea por el hilo de equilibrsta que levanta entre esos dos abismos.
Un libro que produce rechazo y deleite por igual, por lo que resulta francamente perturbadora y perversa. El fondo de la historia y la personalidad del protagonista son francamente desagradables, sin embargo la factura de la narración y la profundidad psicológica de los personajes son sobrecogedoras.
Un clásico inimitable, una novela que recuerda a Dostoievski y a Céline, una narración inolvidable que te cambia como lector para siempre y de manera irreversible. Genial.
La portada de esta edición reproduce una foto de una ficha policial de 1907 de la temible y ominosa Ojrana.
Autor: Joseph Roth
Páginas: 271
Editorial: Mármara
Precio: 13,50 euros
Año de edición: 2019
En esta oscura y profunda novela, publicada en 1936, llamada la «novela rusa» de Roth, no solo por la nacionalidad del protagonista, sino por el tono y los temas que toca, el autor se disfraza de novelista ruso y nos deja una espléndida narración y un ejercicio de estilo muy notable: la confesión que Golubtschik (palomita en ruso) comparte con sus compañeros de tertulia nocturna en el restaurante ruso Tari-Bari de París.
La personalidad del protagonista, un espía al servicio de la terrible Ojrana, la policía secreta zarista, un hijo ilegítimo de un príncipe ruso que ya no cree en Dios, pero todavía teme al diablo, es fascinante. Un canalla, un débil, un miserable que con sus contradicciones, sus complejos y sus miserias, su torturada relación con la vida y la felicidad («El sufrimiento nos hace tan dichosos como la alegría. Casi es imposible distinguir la felicidad del sufrimiento»), su vileza y su loco amor por una modelo resulta un personaje de gran complejidad y muy profundo psicológicamente, una creación fascinante.
Presenta una variante de obra de suspense interesante: desde un principio se sabe quién es el asesino (el narrador) y a quién ha matado (a una mujer, probablemente su amada), pero lo que impulsa a seguir leyendo es averiguar porqué la ha matado, cómo y cuándo. Finalmente, el desenlace contiene una sorpresa tan curiosa como inesperada.
Una historia de amor y venganza, de relaciones de cariño que resultan muy destructivas a largo plazo; un texto profundamente misógino que describe muy bien el papel de la mujer en la Rusia de principios de siglo. Fascinante y malsana, bella y envenenada al mismo tiempo, esta novela despierta fácilmente sensaciones de amor y odio al mismo tiempo, el autor se pasea por el hilo de equilibrsta que levanta entre esos dos abismos.
Un libro que produce rechazo y deleite por igual, por lo que resulta francamente perturbadora y perversa. El fondo de la historia y la personalidad del protagonista son francamente desagradables, sin embargo la factura de la narración y la profundidad psicológica de los personajes son sobrecogedoras.
Un clásico inimitable, una novela que recuerda a Dostoievski y a Céline, una narración inolvidable que te cambia como lector para siempre y de manera irreversible. Genial.
La portada de esta edición reproduce una foto de una ficha policial de 1907 de la temible y ominosa Ojrana.
Joseph Roth (Brody, 1894-1939),el gran periodista y escritor judío, nació en Austria
en una humilde familia de comerciantes. Su padre abandonó el hogar
siendo él muy pequeño y pasó su infancia entre abuelos y parientes.
Estudió Filosofía y Literatura en las Universidades de Leópolis y Vina.
Fué corresponsal del «Frankfurter Allgemeine» y viajó por toda Europa. Luchó como soldado austro-húngaro en la Gran Guerra y fué uno de los pocos intelectuales que describió con clarividencia la Europa rota que surgió de la Primera Guerra Mundial y predijo que un segundo conflicto bélico era inevitable.
La esquizofrenia de su mujer le afectó profundamente, la caída del Imperio Austro-Húngaro le hizo sentirse toda su vida como un hombre sin patria y el nazismo le hizo huir a Amsterdam y luego a París, donde murió alcoholizado y con delirium tremens, a los 44 años. Vivía de hotel en hotel, escribía en los cafés, se hizo católico y mientras tanto, seguía escribiendo artículos y novelas. Es uno de los grandes escritores europeos y ha visitado varias veces este humilde blog.
Fué corresponsal del «Frankfurter Allgemeine» y viajó por toda Europa. Luchó como soldado austro-húngaro en la Gran Guerra y fué uno de los pocos intelectuales que describió con clarividencia la Europa rota que surgió de la Primera Guerra Mundial y predijo que un segundo conflicto bélico era inevitable.
La esquizofrenia de su mujer le afectó profundamente, la caída del Imperio Austro-Húngaro le hizo sentirse toda su vida como un hombre sin patria y el nazismo le hizo huir a Amsterdam y luego a París, donde murió alcoholizado y con delirium tremens, a los 44 años. Vivía de hotel en hotel, escribía en los cafés, se hizo católico y mientras tanto, seguía escribiendo artículos y novelas. Es uno de los grandes escritores europeos y ha visitado varias veces este humilde blog.
Joseph Roth
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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