Título: Mientras dormían
Autora: Donna Leon
Páginas: 288
Editorial: Seix Barral
Precio: 17,20 euros
Año de edición: 2006
Un
nuevo episodio de la serie protagonizada por Guido Brunetti, comisario en
Venecia, ciudad donde nació, creció, reside y ve con igual tristeza y nostalgia
cómo con el paso de los años va perdiendo sus señas de identidad como población
y se va convirtiendo en una ciudad-atracción, una especie de Disneyland del Adriático, invadida
continuamente por riadas de turistas procedentes de gigantescos cruceros que alteran
el paisaje de la laguna, que desembarcan en manada con la pretensión de conocer
en un par de días una ciudad milenaria cargada de historia y de arte.
El
protagonista es un hombre tranquilo, familiar, sensible y culto, que disfruta
de la buena comida, el vino blanco, la música lírica y la lectura de los
clásicos como Cicerón y Ovidio. Está casado con Paola, hija única del conde
Falier, aristócrata veneciano bien relacionado en las altas esferas locales. Sus
dos hijos Rafi y Chiara completan la familia, dos adolescentes simpáticos y
agradables.
Un
retrato de una familia encantadora de vida tranquila que se altera al enterarse
Brunetti, por medio de su hija, de que el sacerdote que imparte clases de
religión en su instituto tiene una conducta cuando menos inapropiada. A la vez,
una joven monja a la que conoce de la residencia donde está atendida la madre
del comisario le expone sus dudas acerca de la muerte de algunos ancianos
residentes que ocurre durante el sueño, mientras dormían.
La
investigación lleva al comisario a enfrentarse a poderes que se creen por
encima de la justicia terrenal, con una mezcla de intereses económicos, ideología
extrema y corrupción material y moral de algunos miembros de la iglesia. Donna
Leon desarrolla la intriga con maestría tocando temas habituales en sus
novelas: corrupción, ambición y pulsión erótica que hacen perder la cabeza a
los personajes. Muy bien elaborada y sobre todo, muy bien acabada, con un final
esplendido, de acuerdo con las normas de juego de los personajes eclesiásticos
implicados.
Donna Leon, natural de Nueva Jersey y residente en Venecia desde hace más de 30 años,
ha visitado las páginas de este blog en anteriores ocasiones. Ha creado un
personaje entrañable: el comisario Guido Brunetti, un hombre muy familiar a la
vez que muy entregado a su trabajo. La autora pensó que tendría que pasar
bastante tiempo con él, así que decidió inventarse un compañero ideal, un
intelectual interesado por los clásicos, que habita una antigua casa veneciana
con cuadros que admira, disfruta de la buena mesa, está profundamente enamorado
de su mujer y quiere a sus hijos con intensidad. Una persona con la que la
autora podría convivir.
Sin
duda un buen personaje, pero en el que se aprecia un defecto, para mí muy claro:
el refinado y culto Brunetti no colabora para nada en las tareas de casa; a lo
sumo al regresar del trabajo compra vino o algún capricho para la cena. Su
mujer Paola tiene que compaginar su trabajo de profesora universitaria y sus
lecturas profesionales con la carga doméstica. Hombre Guido, estírate un poco y
ponte a preparar la cena para la familia, ellos también están ocupados ¿no te
parece?
Donna Leon
Publicado por John Smith.
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