Título: Geografía humana u otros poemas
Autora: Gloria Fuertes
Páginas: 100
Editorial: Nórdica
Precio: 18 euros
Año de edición: 2017
Este año 2017 se cumple el centenario del nacimiento de Gloria Fuertes (Madrid, 1917-1998), una persona encantadora y una poeta como la copa de un pino, cercana, entrañable, descomplicada y popular. Nació en el barrio de Lavapiés, en una familia muy humilde y dedicó su vida a la literatura y a los niños.
Ya le dedicamos una entrada hace algún tiempo, pero hay que volver a mencionarla porque la editorial Nórdica, que cada día me gusta más, para celebrar el centenario publica esta cuidada antología de su poesía, bellamente ilustrada por Noemí Villamuza (Palencia, 1971) y con un buen prólogo del poeta Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951).
Aquí os dejo como muestra un poema.
ERA UNA MUJER FUERTE Y DULCE
Era una mujer fuerte y dulce.
Llegó a ser famosa,
tenía muchos amigos
pero siempre estaba sola.
(¡Anda si era yo!).
ERA UNA MUJER FUERTE Y DULCE
Era una mujer fuerte y dulce.
Llegó a ser famosa,
tenía muchos amigos
pero siempre estaba sola.
(¡Anda si era yo!).
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
Qué bonito homenaje con esta publicación a Gloria Fuertes. Me gusta mucho, ya lo creo.
ResponderEliminarMás cosas acerca de esta mujer encantadora de las que me he enterado:
ResponderEliminar- Tuvo dos novios y a los dos los mataron en la guerra (¡qué mala suerte!). Luego tuvo varias novias estupendas.
- Nunca hablaba de política, siempre decía "es mejor reírse de todo".
- La idea de "Los chiripitifláuticos" (con los que yo me crié siendo muy niño) y de "Un globo, dos globos, tres globos" (otro programa infantil) fueron creación suya.
- Fué amiga de Massiel, de Serrat, de Aute y de mucha gente famosa de su época, sobre todo de Mari Trini, que la acompañó en su lecho de muerte y la despidió cantando y tocando la guitarra.
- Un día, estando en el jurado que debía entregar en público el premio de un concurso de poesía infantil, al ver subir al estrado al niño premido llorando como una magdalena (los nervios), le dijo "¿me das una lágrima?". El crío dejó de llorar, le recogió una lágrima de la mejilla con el dedo y le preguntó "¿me la puedo beber?". El niño asintió, se la bebió y el pequeño sonrió.
- En su epitafio, dice: "Yo creo que lo he dicho todo y que ya todo lo amé."
- Dejó su herencia a Unicef y varias ONG dedicadas a la infancia.