Título: El Imperio Jesuítico
Autor: Leopoldo Lugones
Páginas: 251
Editorial: Orbis
Autor: Leopoldo Lugones
Páginas: 251
Editorial: Orbis
Precio: 12 euros
Año de edición: 1987
Este libro, cuya primera edición se publicó en 1904 y esta segunda, revisada y ampliada, en 1907, es un sesudo ensayo histórico sobre las llamadas reducciones o misiones jesuíticas encargado por el Gobierno de Argentina a Leopoldo Lugones.
Constituye un valiosísimo estudio histórico sobre el singular fenómeno de las misiones fundadas y mantenidas en paz por los jesuitas entre el año 1610 y aproximadamente el 1750, es decir unos 140 años, en dos áreas: lo que entonces era la gobernación de Paraguay, que cubría la actual República de Paraguay y parte de Argentina y Brasil (30 misiones); y el este de Bolivia (10 misiones). En total, 40 repúblicas cristianas con un alto grado de autonomía, integradas por unos 3000 indígenas cada una y dirigidas tan solo por dos jesuitas, uno se ocupaba de la vida espiritual y el otro de la material, que bien pueden considerarse como un Impero Jesuítico en toda regla, tal y como sostiene Lugones.
He tenido la fortuna de poder visitar lo que queda de una de ellas, la de San Javier (Bolivia), y la experiencia fué muy impactante. Unos 250 años después de que fuesen expulsados los jesuitas del continente (1767), todavía se puede ver la huella de su impresionante obra. El viajero se encuentra con un pueblo de calles anchas, de tierra apisonada, con casas encaladas, limpio, cuidado, con música en la calle y una bellísima iglesia de un estilo único que recuerda las casas suizas con columnas de madera de tajibo.
Este libro, cuya primera edición se publicó en 1904 y esta segunda, revisada y ampliada, en 1907, es un sesudo ensayo histórico sobre las llamadas reducciones o misiones jesuíticas encargado por el Gobierno de Argentina a Leopoldo Lugones.
Constituye un valiosísimo estudio histórico sobre el singular fenómeno de las misiones fundadas y mantenidas en paz por los jesuitas entre el año 1610 y aproximadamente el 1750, es decir unos 140 años, en dos áreas: lo que entonces era la gobernación de Paraguay, que cubría la actual República de Paraguay y parte de Argentina y Brasil (30 misiones); y el este de Bolivia (10 misiones). En total, 40 repúblicas cristianas con un alto grado de autonomía, integradas por unos 3000 indígenas cada una y dirigidas tan solo por dos jesuitas, uno se ocupaba de la vida espiritual y el otro de la material, que bien pueden considerarse como un Impero Jesuítico en toda regla, tal y como sostiene Lugones.
He tenido la fortuna de poder visitar lo que queda de una de ellas, la de San Javier (Bolivia), y la experiencia fué muy impactante. Unos 250 años después de que fuesen expulsados los jesuitas del continente (1767), todavía se puede ver la huella de su impresionante obra. El viajero se encuentra con un pueblo de calles anchas, de tierra apisonada, con casas encaladas, limpio, cuidado, con música en la calle y una bellísima iglesia de un estilo único que recuerda las casas suizas con columnas de madera de tajibo.
Una de las seis iglesias jesuíticas bolivianas,
con el curioso estilo que marcó el padre Schmid, jesuita suizo
Los logros técnicos de estas comunidades llegaron a ser impresionantes: producción de un telescopio de cinco pies, orquestas de indios que se construian sus propios instrumentos, órganos de madera, caminos de hasta 60 km de longitud, puentes de 19 metros, edificios con estucos, puertas decoradas estatuas...
Y los organizativos fueron igualmente notables, por mencionar algunos: un comunismo en el que a partir de los cinco años los niños pertenecían a la comunidad, ausencia de dinero y economía de trueque, reparto de tareas en un sistema en el que cada no trabajaba según su capacidad y recibía en función de su necesidad, población movilizada en un pequeño ejército con caballería e infantería que se ejercitaba los domingos en cada reducción, y aceptación de la dirección de los jesuitas (solo hubo cinco padres muertos en siglo y medio).
Un esplendor que se describe muy bien en la película británica «La misión», ganadora de una Palma de Oro en Cannes entre otros premios, dirigida en 1986 por Roland Joffé y protagonizada por Jeremy Irons, Robert de Niro y Liam Neeson.
Fotograma de la película La misión
El libro realiza en siete capítulos y un epílogo un análisis muy completo desde varios puntos de vista de tan interesante y asombroso fenomeno. En las primeras treinta páginas aborda de manera brillante y sintética el contexto histórico del imperio español en las Américas, su desarrollo y las causas de su decadencia. Se trata de un excelente resumen que aporta numerosas ideas y argumentos para explicar el carácter clásico de los españoles y las causas de una ruina económica cuyas consecuencias llegaron hasta el desastre de 1898 e incluso después.
En el segundo capítulo describe en detalle la geología, la flora, la fauna y la demografía de la zona. En el tercero narra la lamentable situación de explotación y esclavización de los indios llevada a cabo por España y Portugal, bajo un régimen despótico y feudal que creó el caldo de cultivo para que los guaraníes recibieran a los jesuitas con los brazos abiertos. Los padres consideraban a los indígenas como menores de edad a los que había que tutelar y formar, un estatuto muy ventajoso frente al anterior.
En el quinto capítulo, en mi opinion el más interesante y revelador, se describe la conquista espiritual llevada a cabo por los jesuitas, que aprendieron el guaraní y tras algunos rechazos iniciales se metieron en el bolsillo a la población local. Se repasan los éxitos y resultados de un pequeño imperio teocrático, basado en un comunismo asambleario de facto hábilmente dirigido por los padres. La obra se remata en los capítulos finales con los conflictos e intrigas que dieron al traste con las misiones y acabaron con la mencionada expulsión de los jesuitas en 1765, un inventario de las ruinas y restos encontrados, y un epílogo a modo de colofón final.
Lugones concluye que, aparte de la amenaza que suponía para los poderes establecidos la existencia de un imperio que no controlaban de cuarenta prósperas misiones-ciudades con 150 000 personas, el emporio jesuítico constituía una teocracia que perpetuaba la Edad Media y que chocó frontalmente con las ideas ilustradas del monarca español, Carlos III.
El autor no deja prácticamente ningún cabo suelto y describe, justifica, argumenta y sitúa en su contexto todos los hechos importantes relacionados con el tema, hasta construir un ensayo muy exhaustivo y realmente impresionante.
En resumen, un estudio histórico jugosísimo y enciclopédico, sobre un fenómeno asombroso, se mire como se mire, con más luces que sombras, y una obra capital para entender el Imperio Jesuítico y la historia de la España de aquellos siglos.
Leopoldo Lugones
Leopoldo Lugones (Villa de María del Río Seco, Argentina, 1874-1938), poeta, periodista, ensayista y político con una vasta cultura, era hijo de un rico hacendado. Recibió una educación católica muy estricta. A los diez años era ya un lector compulsivo y voraz, llamaba la atención por su prodigiosa memoria y amenizaba las reuniones sociales con sus demostraciones.
Su familia
se arruinó y tuvo que empezar a trabajar como periodista. Siendo muy
joven publicó poesía, fundó un periódico revolucionario, promovió varias
huelgas y se alistó para frenar el levantamiento del ejército en Rosario.
Tuvo una trayectoria política curiosa, que pasó por el anarquismo, el
socialismo, la masonería, el conservadurismo, el liberalismo y acabó en
el fascismo.
Se suicidó a los 64 años en el hotel «El Tropezón» en Tigre (Buenos Aires) bebiendo una mezcla de whisky y cianuro.Según
parece tenía desde hacía doce años una amante, que había conocido
cuando era una adolescente. Su único hijo, todo un personaje, condenado
por violar a un menor, luego polícia y responsable de la introducción de
la picana en los interrogatorios, se puso a esa relación y amenazó a la
familia de la chica. Según Borges, se suicidó por amor.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
muchas gracias por tu análisis!
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