Páginas: 144
Editorial: Seix Barral
Precio: 5 euros
Año de edición: 1990
Este conciso y jugoso libro es la segunda novela de un etólogo y ecólogo alemán y pionero, seguidor de Konrad Lorenz, y dotado de un talento narrativo más que notable. Cuenta la historia de una piel de oso gigantesca, todo un récord por su tamaño, bueno, del ejemplar que la llevaba puesta. Y para contarla, el autor entrelaza en una trenza literaria de gran belleza la peripecia de tres personajes en una indefinida dictadura de Europa oriental: un oso descomunal, hambriento y despistado, un banquero de gama alta aficionado a la caza, cansado y melancólico, y un experimentado guardabosques.
El análisis psicológico de esos tres personajes es, en mi opinión, lo mejor de la novela. Sus problemas, inquietudes, mecanismos mentales y motivaciones se describen en profundidad y con pericia literaria. En detalle y con drama. Aquí aparecen un discurso sobre la entropía y los fracasos amorosos, la enorme penetración olfativa de los úrsidos, la capacidad de maquinación de los guardamontes, funcionarios que saludan con un taconazo, el conflicto entre economía y ecología, la engañosa hospitalidad de un dictador, cómo gestiona un banquero su sinceridad, cómo un oso transforma el aire del bosque, los inconvenientes de tener una mujer que dispare de pie y nunca falle un tiro, qué son las Euménides y su significado, la dinámica entre hastío y placer, la íntima relación que pueden llegar a tener las vidas de un oso y un banquero, cómo engañar a un oso para que haga lo que uno quiere... y muchas otras cosas, metáforas y ejemplos de grandes ideas que parece mentira que quepan tan elegantemente en un librito de menos de 150 páginas.