lunes, 20 de enero de 2020

Cassandra en la boda - Dorothy Baker


Título: Cassandra en la boda 
Autora: Dorothy Baker 

Páginas: 250

Editorial: Contraseña

Precio: 18,50 euros 

Año de edición: 2015 
 
…porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren. 

Es el estribillo de la conocida canción de Sabina «Hay amores que matan» que se me hizo presente al finalizar la lectura de esta estupenda novela.

                 
Lo que la autora nos plantea con gran perspicacia y profundidad es un conflicto que quienes no somos gemelos no pensamos que ocurra, más bien al contrario, nos resulta fácil creer esas historias idílicas que en algún momento hemos escuchado acerca de la maravillosa comunicación y entendimiento que existe entre los gemelos; esa complicidad que surge entre dos almas que no necesitan siquiera de la presencia física para comprenderse; ese no tener que preguntar para saber lo que el hermano o hermana necesita. 
                   
Pero como todo en la vida, esas relaciones también tienen su dificultad, que puede derivarse de lo que socialmente se da por hecho y no es tan evidente: el entendimiento absoluto y la armonía total. En la actualidad no debe ser la tónica, pero no hace tanto, a los gemelos se les vestía igual para resaltar lo que, si por una parte les daba las señas de identidad, por otra les podía crear uno de los mayores conflictos que puede tener el ser humano, justamente el de la identidad. 
                       
El relato nos muestra en primera persona a una de las dos hermanas, cuyo nombre es alusivo –«lloró tanto al nacer como Cassandra ante la muralla de Troya»-. Con una forma de narrar muy ágil, moderna, con muchos toques de humor y perfectamente adaptada a la personalidad de la protagonista, se nos descubre un personaje muy complejo, al que le gusta nadar contra corriente, con gran necesidad de protagonismo y una enorme dependencia, tanta, que es capaz de cualquier cosa por mantener lo que siente como esencial y que ha sido la tónica de su relación con su hermana hasta bien cumplidos los veinte años, que no refleja sino la idea de que una sin la otra no son personas completas.
                 
A través de ella, también conocemos a su gemela Judith, y a sus peculiares padre y abuela. De la madre, fallecida unos años antes, nos habla lo suficiente como para atisbar que quizás una de las posibles causas de la labilidad de la hija pueda haber sido transmitida directamente por esa madre amantísima de sus hijas y de su marido, pero cuya personalidad transgresora pudiera ser reflejo de una importante inestabilidad.
              
El contrapunto al conocimiento que tenemos por la narración de Cassandra, lo da la hermana, quien también en primera persona nos relata su visión de los hechos que han provocado el conflicto entre las dos. Conflicto que, como siempre, es mucho mejor no conocer de antemano.
                   
Es una novela que se lee con sumo agrado, de forma ágil pero que no invita a la precipitación, pues el objetivo de mantener la inquietud por saber cómo se resolverá el problema, es el suficiente para provocarnos interés, pero no nos impide una lectura atenta. Merece la pena porque disfrutamos de una narración que nos muestra a una autora que escribe muy bien, además de intuir a una persona muy culta, lo que se refleja en la posibilidad de hacer lecturas más profundas en los personajes que nos remiten a los clásicos griegos, no en vano el padre es un filósofo jubilado. Un descubrimiento.

Dorothy Baker

Dorothy Baker (Missoula, Montana, 1907-1968) es una autora muy poco conocida, de una obra reducida. En 1938 publicó su primera novela «El chico de la trompeta», que rememora la vida del músico Beiderbecke, uno de los solistas de jazz más influyentes de la década de 1920. Esa novela alcanzó mucho éxito en su momento y fue llevada al cine nada menos que por Lauren Bacall, Doris Day y Kirk Douglas.

Al parecer sufrió una importante depresión tras un fracaso con su nivela «Trío» en 1943. Su autoexigencia de éxito la llevó a dejar de escribir durante muchos años. Su última novela fué «Cassandra en la boda», que escribió en 1962.

Como siempre, la editorial Contraseña mima sus publicaciones, con especial atención a las cubiertas. En este caso, la estupenda ilustración es de Alberto Gamón. Un disfrute es pasear por su blog (http://gamonadas.blogspot.com/) y (http://gamongamon.com/). 

Publicado por Paloma Martínez.

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