Pilar Pallarés
Es la tercera vez que un poeta que escrinbe en gallego gana este premio.
Pilar Pallarés (Culleredo, 1957) ha estudiado Filología Gallego-Portuguesa en la Universidad de Santiago de Compostela. Ha colaborado en varios medios y con sus libros de poesía se ha convertido en una de las poetas más importantes de la actualidad. Ha ganado varios premios y esprofesora de Literatura gallega en un instituto de A Coruña.
Aquí tenéis algún ejemplo de su poesía.
La gallega Pilar Pallarés ha ganado el Premio Nacional de Poesía 2019 por «su capacidad de transmitir con profunda sabiduría y emoción la experiencia de la pérdida», con «Tempo fósil», un libro de poemas que parte de haber sufrido el derribo de la casa familiar para la ampliación de su aeropuerto.
Es la tercera vez que un poeta que escrinbe en gallego gana este premio.
Pilar Pallarés (Culleredo, 1957) ha estudiado Filología Gallego-Portuguesa en la Universidad de Santiago de Compostela. Ha colaborado en varios medios y con sus libros de poesía se ha convertido en una de las poetas más importantes de la actualidad. Ha ganado varios premios y esprofesora de Literatura gallega en un instituto de A Coruña.
Aquí tenéis algún ejemplo de su poesía.
Dormirme en tu pelo
Dormirme en la noche
de tu pelo
en el filo de tu
labio desvanecerme
ser tan sólo pigmento
de tu piel
fósforo encendido en
la médula de tu hueso
desposeerme
serte en el músculo que tensa tus muslos
serte en el músculo que tensa tus muslos
en la vena que azulea
en tu muñeca.
Hay
una ciudad que me espera en el sur
Hay una ciudad que me
espera en el sur
y es extraño que no
tenga tu nombre grabado en las paredes
(necesito
emborracharme
cerrar todas las
ventanas que dan a esta tarde
necesito saber la
cantidad exacta de deseperación que anida en
esta hora)
en el sur sé que hay
una ciudad que me espera
es extraño nunca he
vivido allí la tristeza de noviembre
no sé cómo será el
rumor de los magnolios golpeados por la lluvia
cuando noviembre
invada las avenidas
y sobrevivan las
cúpulas solitarias sencillamente solas
bajo un cielo de
invierno sin pájaros
no sé qué vibración
de muerte se esparcerá sobre el río
en el sur
no sé si tus pasos
sonaron alguna vez en las losas de la ciudad
(es extraño que no
tenga tu nombre grabado en las paredes)
tendré que enseñar a
sus habitantes
el perfil asombrado
de tu rostro
tendré que asesinar
sus tardes de tranvías y río
con la furia que he
aprendido de tu mirada
pero en el sur
qué extraño será
atravesar parques y plazas
masticar el viento
enervado de noviembre
descender a los
muelles
sabiendo que siempre
hay una ciudad que me espera
y que no tiene tu
nombre grabado en las paredes.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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