Título: Duelo
Autor: Eduardo Halfon
Páginas: 106
Editorial: Libros del asteoirde
Precio: 13,95 euros
Año de edición: 2017
Alrededor de esta novela corta, igual que ocurre con cada libro que escribe este guatemalteco, se ha generado un consenso general en la crítica especializada, que no deja de alabarla sin reservas. Halfon, un judío a su pesar, bastante desapegado en principio de la tradición cultural y religiosa de su familia, convierte cada una de sus novelas en una inteligente y certera indagación sobre sus tradiciones. Un tema que ha sabido convertir en un verdadero filón.
Por supuesto, escribe muy bien; por descontado, tiñe además su indagación personal de sensibilidad y además, sabe añadirle la magia suficiente para demostrar que ha encontrado su particular fórmula magistral. Este alquimista de la memoria explota como nadiea paleta de sus recuerdos y la verdad, es que propone al lector un viaje literario muy interesante y profundo.
En esta ocasión, creo que consigue mezclar con tino dos tradiciones aparentemente heterogéneas y no miscibles: la judía y la guatemalteca, la hebrea y la maya. Los recuerdos de los campos de concentración y las cicatrices de la memoria que supone ser judío en estos tiempos y el poso milenario que el tiempo ha ido depositando en los pueblos indígenas que rodean el lago Amatitlán, presididos por don Maximón, una deidad híbrida a su vez, heredera de Judas Iscariote y del dios maya Mam.
Con ese caldo de cultivo, el guiso literario tenía que tener sabores profundos y doy fé de que el potaje literario es de lo más sabroso y lleno de enjundia que puede leerse.
Alrededor de esta novela corta, igual que ocurre con cada libro que escribe este guatemalteco, se ha generado un consenso general en la crítica especializada, que no deja de alabarla sin reservas. Halfon, un judío a su pesar, bastante desapegado en principio de la tradición cultural y religiosa de su familia, convierte cada una de sus novelas en una inteligente y certera indagación sobre sus tradiciones. Un tema que ha sabido convertir en un verdadero filón.
Por supuesto, escribe muy bien; por descontado, tiñe además su indagación personal de sensibilidad y además, sabe añadirle la magia suficiente para demostrar que ha encontrado su particular fórmula magistral. Este alquimista de la memoria explota como nadiea paleta de sus recuerdos y la verdad, es que propone al lector un viaje literario muy interesante y profundo.
En esta ocasión, creo que consigue mezclar con tino dos tradiciones aparentemente heterogéneas y no miscibles: la judía y la guatemalteca, la hebrea y la maya. Los recuerdos de los campos de concentración y las cicatrices de la memoria que supone ser judío en estos tiempos y el poso milenario que el tiempo ha ido depositando en los pueblos indígenas que rodean el lago Amatitlán, presididos por don Maximón, una deidad híbrida a su vez, heredera de Judas Iscariote y del dios maya Mam.
Con ese caldo de cultivo, el guiso literario tenía que tener sabores profundos y doy fé de que el potaje literario es de lo más sabroso y lleno de enjundia que puede leerse.
Eduardo Halfon (Ciudad de Guatemala, 1971) es un escritor de ascendencia judía; sus cuatro abuelos, tres árabes y uno judío polaco, llegaron solteros a Guatemala. Y sus padres se fueron del país cuando se desató la violencia y el país se volvió inseguro..
Estudió Ingeniería industrial en la Universidad de Carolina del Norte. Sin embargo, es un hombre de letras porque ha sido durante ocho años catedrático de Literatura en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala.
Ha
sido incluido en varias listas y clasificaciones de los mejores
escritores jóvenes latinoamericanos, como la de los 39 mejores
escritores latinos de menos de 39 años. Sus catorce libros han sido traducidas a varios idiomas y ha ganado un buen puñado de premios como, por ejemplo, en Cantabria, el Premio de Novela Corta José María de Pereda en el 2009 con «La pirueta».
Eduardo Halfon
Publcado por Antonio F. Rodríguez.
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