Nicanor Parra
Mañana lunes 5 de septiembre, el poeta chileno Nicanor Parra cumplirá la friolera de 102 años. Es una figura irrepetible: lleva más de 70 años publicando poesía de la mejor.
Nació en una familia modesta, su padre era maestro. Aprovechando becas y ayudas estudió Físicas en la Universidad de Chile, y Relatividad y Cosmología en la Universidad de Brown (EE. UU.) y en Oxford. Llegó a ser Director de la Escuela de Ingenieria de Chile durante veinte años.
Pero lo que le interesaba de verdad era la poesía. Irónico, indomable, original, provocador, sospechoso, divertido, iconoclasta, pronto se convirtió en uno de los poetas más influyentes en toda Latinoamérica. En este blog hemos hablado ya de su poesía (véase este enlace).
Criticó a Neruda por no romper con la tradición y ser continuista; en medio del debate en su país entre capitalismo y comunista, se declaró ecologista y dijo no estar interesado en la política. Siempre resultó incómodo y subversivo, inclasificable y poco dócil.
Ha sido propuesto varias veces para el Premio Nobel de Literatura, en el 2001 obtuvo el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y en el 2011, el Premio Cervantes. Harold Bloom, el gran crítico estadounidense, experto en canones literarios e historia de la literatura, le considera uno de los más grandes poetas del siglo XX. Y no es el único.
En esta web, dedicada al poeta (o al antipoeta como él prefería presentarse), hay disponible bastante material sobre su vida y obra: poemas, discursos, entrevistas y otros textos. Aquí os dejo una muestra de su poesía.
Cartas a una desconocida
Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!
Cartas a una desconocida
Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!
Sueños
Sueño con una mesa y una silla
Sueño que me doy vuelta en automóvil
Sueño que estoy filmando una película
Sueño con una bomba de bencina
Sueño que soy un turista de lujo
Sueño que estoy colgando de una cruz
Sueño que estoy comiendo pejerreyes
Sueño que voy atravesando un puente
Sueño con un aviso luminoso
Sueño con una dama de bigotes
Sueño que voy bajando una escalera
Sueño que le doy cuerda a una vitrola
Sueño que se me rompen los anteojos
Sueño que estoy haciendo un ataúd
Sueño con el sistema planetario
Sueño con una hoja de afeitar
Sueño que estoy luchando con un perro
Sueño que estoy matando una serpiente
Sueño con pajarillos voladores
Sueño que voy arrastrando un cadáver
Sueño que me condenan a la horca
Sueño con el diluvio universal
Sueño que soy una mata de cardo.
Sueño también que se me cae el pelo.
Remolino interior
Me gusta que no me entiendan
y que tampoco me entiendan,
camisa de seda tengo,
pero también tengo espuelas.
Si digo que yo te quiero
no es cierto lo que dijera,
y acaso no te saludo
no es cierto que te aborrezca.
Cuando recorro la plaza
me gusta que no me entiendan,
pastillas de menta compro
para corretear la pena.
Voy a sentarme a la plaza
de pena, de pena, pena,
y acaso a la plaza llego
la plaza, plaza me alegra.
Si digo que por las piedras
circula una voz de seda,
quiero decir que en el río
me bebo la luna llena.
Y como quiero que nadie
sepa lo que me interesa
me pongo a amansar potrancas
celestes sobre la arena.
Y como Chile es mi fundo
me gusta seguir la cueca,
con una chaqueta corta
y un pañuelito de menta.
Al viento lo voy siguiendo
con un chicote de abejas,
el viento, viento se esconde
detrás, detrás de las puertas.
Si vendo a mi negra vendo
todo lo que a mí me queda,
pero la vendo y la vendo
para que nadie me entienda.
Y acaso quiero que nadie
me pida mi yegua yegua,
le digo que si es de noche
se asusta de las estrellas.
Y acaso es de día claro
se asusta de las espuelas,
yo quiero que nadie entonces
me entienda ni que me entienda.
Cuando me subo a los árboles
es luna mi calavera,
me gusta, me gusta, gusta,
me gusta que no me entiendan.
Pero hablando en serio serio
que nadie me niega niega
que cuando subo a caballo
me pongo mis dos espuelas.
Nicanor Parra a los 25 años
¡Feliz cumpleaños!
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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