Título: Enero Autora: Sara Gallardo
Páginas: 112
Editorial: Malas tierras
Precio: 14,90 euros
Año de edición: 2019
Me he querido acercar a la Argentina de mediados del s. XX por medio de este libro. Enero fue publicado en 1958 e intuyo que está ambientado en ese mismo año, pese a que todo me ha parecido muy antiguo. Sara Gallardo (Buenos Aires, 1931-1988) nos habla de gauchos, bandoleros, una familia muy tradicional y el deseo sexual, presente al llegar la adolescencia. Alrededor de todo ello transcurrirá, como un condimento más de la obra, el tórrido mes de enero del hemisferio sur.
En medio de una Argentina rural, que es idéntica a los wésterns que se rodaron en «el oeste de Almería», Sara Gallardo nos escribe sobre Nefer, una adolescente de dieciséis años que llegado un momento empieza a desarrollar un comportamiento extraño. Se descontrola su conducta, trabaja como un animal, se escapa de casa llegado el caso y, si no fuera porque sigue siendo ella misma y alguna circunstancia más, qué de cosas le haría a la novia del chico que le gusta:
«Si Nefer no tuviera las uñas gastadas hasta la carne por el trabajo; si no fuera hermana de la novia; si no fuera ella misma, ¡cómo hubiera despedazado a desgarrones esa cara…».
Así, en las bodas de su hermana comienza este libro, y así de desesperante y frustrante es para Nefer ver a lo lejos a su pretendido, ennoviado con otra.
La novela, comenzando con ese casorio tan rústico, me resultó al principio algo dificultosa, aunque no será trascendente eso para el resto de la narración. Tendremos como protagonista, además de a la mencionada Nefer, a una familia con cuatro miembros y a un grupito más de personajes, de los que se valdrá la autora para contar la historia.
La vida reciente de Nefer es también algo engorrosa, pero eso aún no lo sabremos, y todo hará indicar que ese debe ser el motivo de su comportamiento anómalo.
«Tal vez si me subo a caballo y galopo mucho, tal vez si trabajo muy bruto, tal vez si me duermo muy profundamente podré despertarme sin nada…».
Conforme se va desvelando la realidad, es curioso, la literatura de Sara Gallardo se vuelve sencilla y, si sabiendo el final leyéramos el principio, veríamos que todas las palabras encajan. El cómo lo cuenta es bonito, lo que cuenta también y he tenido, por momentos, la sensación de vivir allí.
Publicado por Jesús Rojas.
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