Título: Repollos y reyes
Autor: O. Henry
Páginas: 228
Editorial: Ediciones del viento
Precio: 17,50 euros
Año de edición: 2017
Año de edición: 2017
Cuando uno lee los
divertidísimos relatos de O. Henry, surge la pregunta de si tan delicioso humor
podría mantenerse a lo largo de toda una novela o si sólo funciona en las
distancias cortas. La respuesta es esta deliciosa novela, publicada en 1904 y basada en lo que el autor vió y entendió en
una estancia de seis meses en Honduras, Transformado en Anchuria en el
texto, entre 1986 y 1987.
Organizada en 18
hilarantes capítulos, que pueden leerse
casi como cuentos independientes, cuenta las aventuras y desventuras de un
puñado de personajes inolvidables (el cónsul Geddie, el médico Greg, el agente
consular Godwin…) durante la crisis nacional desatada cuando el Presidente de
la República se fugó con el tesoro nacional y una cantante de ópera, y trataba
de cruzar la frontera de incógnito.
Incluye pasajes tan
interesantes como la teoría de las dos almas que todos llevamos dentro, una
razonable y sensata y otra apasionada que puede tirarlo todo por la borda
cuando despierta. O la cómica historia de un pobre aquejado de mal de amores
que huye al trópico para olvidar y en su recóndito escondite se topa con la
causa de sus aflicciones.
El resultado global es
una comedia chispeante y jugosa, un vodevil disparatado, pero bastante real,
rebosante de humor e ironía, en la que late una apasionada descripción de las
bellezas del trópico y una crítica feroz de la sociedad humana. Los personajes
están tratados con compasión e indulgencia, porque humanos son al fin y al cabo
y humanas sus debilidades. Pero el colonialismo estadounidense y la política
local no quedan demasiado bien parados.
En esta novela,
O. Henry acuñó el término «república
bananera» para aludir a un país organizado caóticamente y sacudido por los
intereses de la todopoderosa United Fruit
Company. En cualquier caso, la crítica está suavizada por el delicioso
humor de este periodista que sabe decirlo todo de manera amable y divertida.
Si como yo creo, la
mayoría de las novelas son fractales en cierta medida, y examinando un fragmento
uno puede hacerse una idea del conjunto, aquí tenéis un par de citas que os
darán la medida del tono de todo el texto:
«Coralio se
recostaba, bajo el calor de mediodía, como una frívola beldad que haraganease
en un harén bien custodiado».
«… uno de esos
gruesos colchones de letra impresa sobre los que los lectores de ciertos
periódicos neoyorquinos duermen sus siesta literaria los sábados».
En fin, ya lo veis,
una descripción de las maravillas de un Edén tropical y una comedia ligera,
desternillante, romántica y muy entretenida, que os hará pasar unas tres horas
buenísimas. Una obra clásica que mi admirada editorial Libros del Viento ha
tenido el gran acierto de rescatar del olvido y publicar en una edición muy
agradable y manejable.
William Sydney Porter (Grensboro, 1862-1910), alias O. Henry, periodista, farmacéutico
y cuentista, es uno de los maestros del género corto famoso por sus
finales rápidos e inesperados. Su padre era médico y su madre murió de tuberculosis cuando él tenía tres años. Lector empedernido desde niño, era un buen estudiante y a los 19 años consiguió el título de farmacéutico.
Trabajó como vaquero, banquero, periodista, delineante y cajero. Acusado de haberse llevado 4000 dólares, huyó a Honduras y para sobrevivir comenzó a escribir relatos que tuvieron un inmediato éxito en prensa. Volvió, fué condenado a cinco años de cárcel y se habituó en prisión a escribir un relato al día. Nunca cuatro mil dólares fueron tan productivos para la historia de la literatura.
Sus cuentos triunfaron en los diarios neoyorkinos de la época e influyeron en multitud de escritores, como Salinger, Capote, Borges o Cortázar. En su honor el premio más prestigioso de relatos en EE. UU. se llama O. Henry Award.
O. Henry
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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