miércoles, 4 de octubre de 2017

La rebelión de los tártaros - Thomas de Quincey


Título: La rebelión de los tártaros
Autor: Thomas de Quincey
 

Páginas: 104
 

Editorial: Alianza
 

Precio: 9,20 euros 
 

Año de edición: 2005

De Quincey fué un escritor romántico del siglo XIX que escribía como si fuera del siglo XX. En esta ocasión se fija en el increíble éxodo protagonizado en la primera mitad del siglo XVIII por más de 600 000 calmucos, una etnia mongol  establecida en un rincón de Tartaria. Recorrieron más de 7000 km atravesando toda Rusia hasta la muralla china.

Una epopeya increíble, publicada en 1837, plagada de calamidades, rodeados de enemigos, en una ruta durísima en la que fracasaron Napoleón y Hitler.

En enero de 1771, en lo más crudo del invierno, los calmucos, soldados al servicio de Catalina la Grande, decidieron atravesar las estepas rusas hasta ser acogidos por el mítico emperador chino Quianlong, cuyo nombre auténtico se desconcoce porque era tabú usarlo, en un viaje lleno de peripecias, con un frío terrible y muchos problemas de logística. Un viaje así fué posible debido a la férrea estructura social de los tártaros, que hacía que las decisiones del Khan fueran decretos tajantes que había que cumplir a vida o muerte.

Lo más curioso de este relato histórico es que de Quincey se lo inventó prácticamente todo. No tenía información, ni detalles ni se documentó en absoluto, sino que simplemente leyó la narración de una única fuente, un viajero alemán, y echó a volar el pájaro de su imaginación. 

El resultado es una narración asombrosamente vívida, sugerente, llena de detalles, poética a ratos que demuestra que no hay que conocer bien algo para escribir una buena historia y también que es una barbaridad no contrastar las fuentes que se usan. Poco rigor histórico y una descripción de gran plasticidad. Muy curioso. Una oportunidadpara conocer la creatividad de un genio y su portentosa habilidad para sacarse un libro de la nada.

Thomas de Quincey (Mánchester, 1785-1859) fué un escritor, crítico y periodista británico. Hijo de un rico comerciante, recibió una esmeradísima educación con profesores particulares y varias estancias en los mejores internados. De niño le obligaban a traducir los titulares de prensa al griego.

A los diecisiete años se fugó de casa, se instaló en Londres y sobrevivió gracias a la ayuda de una generosa prostituta. Volvió a casa, estudió en Oxford y allí se hizo adicto al opio. Empezó a tomarlo debido a una neuralgia, fué aumentando la dosis y le costó un enorme esfuerzo dejar de tomarlo.

Abandonó Oxford sin graduarse, se introdujo en el círculo de los poetas lakistas, se hizo romántico, se casó con la hija de un granero, se arruinó y sobrevivió entre Edimburgo y Londres publicando artículos, críticas, cuentos y poemas.

Se hizo famoso con sus memorias, tituladas «Confesiones de un comedor de opio». Original, inteligente y adelantado a su época, es una verdadera mina para todo buen lector: solo escribió obras maestras.

Thomas de Quincey

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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