jueves, 20 de julio de 2017

Viajes al otro mundo. Ciclo de aventuras oníricas de Randolph Carter - H. P. Lovecraft


Título: Viajes al otro mundo. Ciclo de aventuras oníricas de Randolph Carter
Autor: H. P. Lovecraft

Páginas: 304 

Editorial: Alianza 

Precio: 11,20 euros 

Año de edición: 2014

Este libro, como otros de Lovecraft, resulta especialmente perturbador porque el lector tiene la sensación de estar leyendo algo real, un relato de algo que le sucedió a alguien en algún momento de su vida. Eso probablemente se consigue cuando el autor escribe en una suerte de trance autohipnótico y se cree sinceramente lo que está escribiendo mientras lo redacta.

Algo así creo que es posible que le pasase a este autor genial y único, porque leer sus textos es como sumergirse en una pesadilla que nos atrapa como una realidad alternativa mientras dura su lectura.

Este hombre es un brujo de la palabra y no precisamente de los que practican la magia blanca, sino más bien un chamán que puebla nuestra imaginación de criaturas y realidades que mejor es no conocer ni maginar. Porque esas criaturas existen en nuestro inconsciente, están ahí desde siempre y Howard Philips lo único que hace es despertarlas y activarlas.

Este volumen se compone de cinco relatos, cuatro del genio de Providence y uno de Thomas Owen (Lovaina, 1910-2002), que sirve de prolongación natural, en los que se narra el viaje iniciatico del protagonista a un pasado arquetípico y utópico, algo así como la infancia de la humanidad, con toda su belleza y pureza, pero que tambien esconde sus terrores y miedos incontrolables.

Randolph Carter es un alter ego del autor, apenas disimulado, que comparte con él  ser un soñador, un idealsta con una sensibilidad hiperexcitada. Parece que el primer relato está inspirado en un sueño que relmente tuvo Lovecraft y que le impresionó profundamente.

En fin, un libro poderoso que remueve demasiadas cosas en el interior del lector, porque este autor fue capaz de manejar los arquetipos ancestrales que están detrás de muchas mitologías para definir una nueva familia de mitos, con todo su potencial estremecedor y primigenio. Hay pocos autores cuya lectura me cause escalofrios y me haga desear olvidar rápidamente lo que he leído, y uno de ellos es Lovecraft.

Un libro poco recomendable para personas hipersensibles e impresionables, que puedan perder el control emocional con facilidad. No digáis que no estábais avisados. Si no queréis tener pesadillas, es mejor que no lo leáis. 

Howard Philips Lovecraft (Providence, 1890-1937), hijo único, se quedó huérfano a los tres años, cuando su padre murió de neurosífilis. Era un lector empedernido, devorador de libros y niño prodigio que recitaba poesía a los dos años, leía a los tres y empezó a escribir a los seis. A los 13 años fundó una agencia de detectives, a los 15 escribió su primera novela titulada «La bestia de la cueva», una historia de terror gótico, y a los 16 escribía una columna de astronomía para el «Providence Tribune». 

A los cinco años decidió ser ateo, decisión que mantuvo hasta su muerte. Debido a su precaria salud, asistió a la escuela de forma intermitente y cuando estaba en casa se sumergía en la gran biblioteca de su abuelo para leérsela entera. Estudió por su cuenta Qímica y Astronomía y llegó a publicar artículos en revistas científicas. 

Vivió con una madre sobreprotectora, que le convirtió en una persona excéntrica, solitaria y retraída. Cuando ella murió, viajó a Nueva York y se casó, pero su matrimonio duró menos de dos años y volvió a recluirse en Providence. Era extraordinariamente inteligente, tímido y bastante racista. Recluido en la mansión familiar, escribió unas 100.000 cartas durante toda su vida. 

Murió joven, a alos 47 años debido a un cáncer intestinal. En su tumba pueden leerse unos inquietantes versos de su poema La llamada de Cthulhu:

No está muerto lo que puede yacer eternamente,
y con el paso de extraños eones incluso la muerte puede morir.
   
Howard Philips Lovecraft

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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