Como pasa de vez en cuando, la concesión del Premio Nobel de Literatura a Abdulrazak Gurnah ha sido toda una sorpresa, su nombre no estaba en ninguna de las quinielas que se han publicado en los medios. Gurnah es un escritor nacido en 1948 en Zanzíbar, una región autónoma de Tanzania formada por dos islas, que ha escrito en inglés 13 novelas, más un buen número de relatos y ensayos, todo ello alrededor del colonialismo inglés en su país y la experiencia de la emigración.
Es un autor poco conocido en España, sus libros están agotados en las librerías y ahora mismo, son casi inencontrables. En Iberlibro, que agrupa a la mayoría de librerías de segunda mano, se encuentran solo tres ejemplares de sus novelas en español, el más barato a 79 euros. Y en el catálogo de las bibliotecas públicas de Madrid capital hay 8 ejemplares, todos prestados o reservados al día siguiente de saberse la noticia. Habrá que esperar a que reediten sus novelas, no creo que tarden mucho.
Muy pocos le habían leído. Ahora se ha hecho famosa una youtuber venezolana, Evelyn Córdova, por haber leído sus libros y haber dicho que antes o después, sería candidato al Nobel.
La situación ha generado algunas opiniones que merecen un comentario.
En primer lugar, hay quien dice que no ha podido leer a Gurnah, pero que Murakami o Margaret Atwood merecían el premio más. ¿Cómo pueden decirlo sin haberlo leído? Habrá que esperar a ver cómo escribe y qué cosas cuenta Gurnah para poder opinar. Por otro lado, hay algunos lectores que parecen querer que premien a su escritor favorito, en el fondo, a veces inconscientemente, para que les alaben el gusto. Aunque también es verdad que hay otros que, simplemente, se dejan llevar por el entusiasmo y, por supuesto, hay quien piensa en escritores que tienen la calidad suficiente como para merecer el premio.
Otra reflexión es que probablemente los diez miembros del comité sueco no sean los mejores críticos literarios del momento. Sería mucha coincidencia. Pero son al menos un grupo de expertos que tiene la responsabilidad de elegir cada año al escritor premiado y cuentan, desde el 2020, con un comité de diez críticos externos que les asesoran.
En cualquier caso, el premio siempre ha tenido un cierto cariz, digamos político, desde que Alfred Nobell dejó estipulado en su testamento que el premiado debía haber generado «el mayor beneficio a la humanidad» y haber escrito «en una dirección idealista», términos que han sido interpretados de manera diferente a lo largo del tiempo (véase este enlace). De todos modos, siempre ha sido un premio, digamos, humanista, que además de la calidad literaria ha tenido en cuenta la aportación del autor a la humanidad.
En ese sentido, puede que se entienda menor la concesión a escritores de gran calidad, pero poco conocidos, si han tratado temas interesantes y valiosos. Gurnah parece que nos habla del colonialismo, pero desde el punto de vista del colonizado, de ahí su posible interés.
También hay que recordar que no han obtenido el famoso premio autores como Tólstoi, Proust, Joyce, Beckett, Kafka, Pessoa, Borges, Cortázar, Fuentes, Chéjov, Woolf, Mishima, Yourcenar, Duras, Roth, ... ni tampoco Lorca, Machado ni Valle-Inclán. Seguro que el avispado lector podría añadir a la lista varios nombres indiscutibles más. También hay bastantes galardonados que no se leen y en ocasiones es porque tampoco es que sean sus libros para tanto. Y casi todo el mundo cercano a la academia sueca reconoce que premiar en 1908 al filósofo alemán Rudolf Christoph Eucken fue un error.
Parece claro que, aunque varios de los miembros de la academia leen en varios idiomas y están asesorados por traductores, la verdad es que países como Estados Unidos, Gran Bretaña y todos los países anglosajones en general, tienen una industria editorial y promocional muy fuerte, arropada por traductores, críticos, estudiosos, etc., que potencia a los autores en lengua inglesa. Pero ¿quién puede leer la literatura escrita en los idiomas menos conocidos? ¿qué libros conocemos de países como Honduras, Panamá, Vietnam, Zaire, Haití o Costa de Marfil, por poner algunos ejemplos.
Y, por otro lado, aunque están publicados en nuestro país ¿cuántos autores africanos hemos leído? Pues, la verdad, no muchos. ¿Y asiáticos? Pues algo parecido. De los 118 premiados, solo 16 son mujeres y el reparto por continentes y regiones es el siguiente: 81 de Europa (con 8 de Suecia), 14 de América del Norte, 11 de Asia, 5 de África, 5 de América de Sur, 1 de América Central y 1 de Oceanía. Un poco desequilibrado ¿verdad?
Así que quizás no sea tan excéntrico, como puede parecer a primera vista, que se premie a escritores de países en desarrollo, pertenecientes a minorías o poco conocidos. En fin, a ver si se traduce y publica la obra de Gurnah. Estamos deseando conocerlo.
Quiero agradecer las ideas y la inspiración que he tomado de este vídeo sobre el tema de David Pérez Vega, de la Wikipedia y de este artículo de Carlos Boyero.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
Yo no sabía ni que existía el señor Gurnah. De la calidad de sus libros es ocioso opinar porque en España no los ha leído prácticamente nadie. Yo, tampoco. Igual es bueno; o no. El premio Nobel ni quita ni otorga ningún valor literario al premiado. Basta con leer la lista de los que faltan, de los no Nobel.
ResponderEliminarAdemás, muchos escritores que en su momento fueron alabados y premiados, luego los engulle el olvido. Al margen de la calidad de su obra, no se consolidaron como autores universales, clásicos, que puedan superar la prueba del tiempo. O son clásicos con estatua y placa, pero que nadie lee. Echegaray y Benavente tienen ambos el Nobel y hoy son reliquias. No lo tiene Galdós (en parte, por intrigas de los conservadores de su tiempo, que estaban empeñados en la candidatura de Menéndez y Pelayo, gran erudito, pero no un creador).
A mí me parece que en estos premios, y en todos los premios, influyen demasiados factores extraliterarios. Y, claro, entonces pasa que el Nobel de literatura lo tiene nada menos que sir Winston Churchill, grande por otras razones, y no Borges, autor universal, porque su obra ha tenido una influencia inmensa en toda la humanidad que lee y escribe en todos los continentes y en todos los sentidos. Churchill sí; Borges no.
Entiendo que es imposible evitar estas arbitrariedades, cuando un premio de este tipo también implica un premio al país originario del premiado. Y supongo que entre bastidores actuarán mil influencias para que se le dé a fulano, porque tal país lleva tantos años sin Nobel. O que se premie a menganita porque es mujer, y hay pocas mujeres premiadas. O en un momento en que se pone en cuestión la herencia colonial se premie a Gurnah.Todos estos factores no prejuzgan de ninguna manera la calidad del escritor. Pero no son factores de valor literario. Gurnah puede ser un autor excelente en sus críticas a la colonización. Kipling, es un autor excelso y universal a pesar de que fue un colonialista decidido. Kipling también tiene el Nobel. Esto va por modas. Pero las modas no son universales. Cambian. Para mí, el criterio para premiar a un escritor debería ser únicamente su obra. Al margen de sus ideas, las modas y la política. Pero entiendo que esto no es realista.
En España, durante la dictadura franquista, se intentó promocionar la candidatura al Nobel de José María Peman. No se lo dieron. Hoy este escritor gaditano está olvidado. Y lo estaría igualmente con Nobel.
Perdón por el rollazo y feliz día a todos.
Gracias por el cmentario, Alberto. Completamente de acuerdo.
ResponderEliminarSalud y libros.