Título: El guardés del tabaco
Autor: Jairo Junciel
Páginas: 240
Editorial: Almuzara
Precio: 15,15 euros
Año de edición: 2017
Estoy leyendo en estos momentos la segunda novela de Jairo Junciel (Salamanca, 1982), que es continuación de esta primera de la que hoy os vengo a hablar: «El guardés del tabaco».
El autor salmantino ha escrito ya, por partida doble, buenos ejemplos de un género de novela antiguo, que ya tiene excelentes exponentes pero que, con su buen hacer, ha venido a agrandar considerablemente. Se trata de la novela de capa y espada, a la que le asegura, mientras siga en activo su pluma, larga vida.
Jairo Junciel elige el siglo XVIII y un conflicto de intereses dentro de la corona española encabezada por Felipe V, para hablarnos de la vida y transformación vital del héroe, Aníbal Rosanegra, que de ser un niño huido y pasando por guardés de tabaco, acaba siendo un brioso espadachín.
El tabaco, en esta novela, tiene un protagonismo inesperado, y eso es deformación profesional de Jairo, que tiene por oficio el de estanquero. Así, lo aprovecha para acercar la historia a Sevilla, puerto donde atracaba el tabaco proveniente de América, y ya, en tierras andaluzas, para regalarnos una fugaz visita por, el ya tomado por los británicos, Gibraltar. Si bien, la mayor parte de la novela transcurrirá en Salamanca, cuna del escritor y del también literato Diego de Torres Villarroel, que será un importante personaje en este libro. Si Pérez-Reverte en el Capitán Alatriste se apoyó en Francisco de Quevedo, Jairo Junciel lo hará en Villarroel para dar un toque ilustrado y de época a su opera prima.
Este escritor salmantino, que a muchos de vosotros, lectores de esta reseña, tal vez no les diga nada, es, probablemente, el escritor revelación de estos dos últimos años en nuestro país. Su éxito, materializado por novelas como esta, Premio Internacional Albert Jovell, y también por su continuación, «El secreto de Rosanegra», se ha visto recientemente avalado por su última creación, «El diario de Shara Clayton», novela de terror psicológico que, a falta de que vea la luz, de momento ya fue una de las diez finalistas de la pasada edición del Premio Planeta.
Estoy leyendo en estos momentos la segunda novela de Jairo Junciel (Salamanca, 1982), que es continuación de esta primera de la que hoy os vengo a hablar: «El guardés del tabaco».
El autor salmantino ha escrito ya, por partida doble, buenos ejemplos de un género de novela antiguo, que ya tiene excelentes exponentes pero que, con su buen hacer, ha venido a agrandar considerablemente. Se trata de la novela de capa y espada, a la que le asegura, mientras siga en activo su pluma, larga vida.
Jairo Junciel elige el siglo XVIII y un conflicto de intereses dentro de la corona española encabezada por Felipe V, para hablarnos de la vida y transformación vital del héroe, Aníbal Rosanegra, que de ser un niño huido y pasando por guardés de tabaco, acaba siendo un brioso espadachín.
El tabaco, en esta novela, tiene un protagonismo inesperado, y eso es deformación profesional de Jairo, que tiene por oficio el de estanquero. Así, lo aprovecha para acercar la historia a Sevilla, puerto donde atracaba el tabaco proveniente de América, y ya, en tierras andaluzas, para regalarnos una fugaz visita por, el ya tomado por los británicos, Gibraltar. Si bien, la mayor parte de la novela transcurrirá en Salamanca, cuna del escritor y del también literato Diego de Torres Villarroel, que será un importante personaje en este libro. Si Pérez-Reverte en el Capitán Alatriste se apoyó en Francisco de Quevedo, Jairo Junciel lo hará en Villarroel para dar un toque ilustrado y de época a su opera prima.
Este escritor salmantino, que a muchos de vosotros, lectores de esta reseña, tal vez no les diga nada, es, probablemente, el escritor revelación de estos dos últimos años en nuestro país. Su éxito, materializado por novelas como esta, Premio Internacional Albert Jovell, y también por su continuación, «El secreto de Rosanegra», se ha visto recientemente avalado por su última creación, «El diario de Shara Clayton», novela de terror psicológico que, a falta de que vea la luz, de momento ya fue una de las diez finalistas de la pasada edición del Premio Planeta.
Jairo Junciel
Publicado por Jesús Rojas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario