Título: La constelación de los cuervos y otros cuentos mágicos
Autor: Miyazawa Kenji
Páginas: 157
Editorial: Satori
Precio: 18 euros
Año de edición: 2018
Resulta casi mágico leer los diez cuentos que forman este libro y comprobar que, a pesar de que están escritos entre 1924 y 1926, parecen escritos ayer. Casi un siglo después se conservan frescos como una lechuga, originales y vanguardistas. Y es que son textos ligeros, suavemente fantásticos, divertidos, llenos de magia y ternura... una maravilla que le hubiese encantado leer a Lewis Carroll.
El género fantástico es de los más difíciles, porque el riesgo de que el autor varie la lógica del relato a su antojo en cada momento es muy grande, y lo que así se consigue es ahuyentar la complicidad del lector, que siente que están jugando con él y que el relato está sujeto al capricho de quien lo escribe. En estos relatos no pasa eso, hay una cierta lógica, un asidero en el que la mente del lector puede razonar y moverse. Y cada toque de magia está acompañado de fuertes dosis de originalidad, divertimento, amenidad y sentido del humor, así que el lector no puede hacer otra cosa que rendirse y disfrutar.
Quitadle a «Alicia en el país de las maravillas» toda base matemática, rejuveneced la mente del autor treinta años, añadidle canciones, color y naturaleza... y el resultado será muy parecido a una obra de Miyazawa. Las claves de su literatura son el amor por la naturaleza, la espiritualidad, el folclore japonés y la ironía; todo envuelto en un lenguaje poético y divertido.
Gatos que hablan, bellotas doradas con mucha personalidad, devoradores de cazadores, bandadas de cuervos en guerra, píldoras que encojen y agrandan a la gente (¿a qué os recuerdan?), postes eléctricos que desfilan, osos que hablan, ciervos adoradores del sol, un festival de canciones en el bosque en el que participan un oso, un leñador y un poeta, y muchas cosas más forman este mundo maravilloso, genial, algo surrealista, lúdico y divertido.
Un libro maravilloso, compuesto de relatos muy, muy buenos, que se disfrutan mucho a pesar de las diferencias culturales y de que se deben de perder muchas claves al verterlos al español. A pesar de todo, lo que queda es una maravilla ¿no tiene eso mucho mérito?
Curiosamente, los cuentos de este autor se han llevado muchas veces a historietas manga y se considera uno de los precursores de ese género de historietas. Un libro mágico y maravilloso.
Editorial: Satori
Precio: 18 euros
Año de edición: 2018
Resulta casi mágico leer los diez cuentos que forman este libro y comprobar que, a pesar de que están escritos entre 1924 y 1926, parecen escritos ayer. Casi un siglo después se conservan frescos como una lechuga, originales y vanguardistas. Y es que son textos ligeros, suavemente fantásticos, divertidos, llenos de magia y ternura... una maravilla que le hubiese encantado leer a Lewis Carroll.
El género fantástico es de los más difíciles, porque el riesgo de que el autor varie la lógica del relato a su antojo en cada momento es muy grande, y lo que así se consigue es ahuyentar la complicidad del lector, que siente que están jugando con él y que el relato está sujeto al capricho de quien lo escribe. En estos relatos no pasa eso, hay una cierta lógica, un asidero en el que la mente del lector puede razonar y moverse. Y cada toque de magia está acompañado de fuertes dosis de originalidad, divertimento, amenidad y sentido del humor, así que el lector no puede hacer otra cosa que rendirse y disfrutar.
Quitadle a «Alicia en el país de las maravillas» toda base matemática, rejuveneced la mente del autor treinta años, añadidle canciones, color y naturaleza... y el resultado será muy parecido a una obra de Miyazawa. Las claves de su literatura son el amor por la naturaleza, la espiritualidad, el folclore japonés y la ironía; todo envuelto en un lenguaje poético y divertido.
Gatos que hablan, bellotas doradas con mucha personalidad, devoradores de cazadores, bandadas de cuervos en guerra, píldoras que encojen y agrandan a la gente (¿a qué os recuerdan?), postes eléctricos que desfilan, osos que hablan, ciervos adoradores del sol, un festival de canciones en el bosque en el que participan un oso, un leñador y un poeta, y muchas cosas más forman este mundo maravilloso, genial, algo surrealista, lúdico y divertido.
Un libro maravilloso, compuesto de relatos muy, muy buenos, que se disfrutan mucho a pesar de las diferencias culturales y de que se deben de perder muchas claves al verterlos al español. A pesar de todo, lo que queda es una maravilla ¿no tiene eso mucho mérito?
Curiosamente, los cuentos de este autor se han llevado muchas veces a historietas manga y se considera uno de los precursores de ese género de historietas. Un libro mágico y maravilloso.
Miyazawa Kenji (Hanamaki, 1896-1933) fué un famoso poeta japonés y un autor muy popular de literatura infantil. Fué además profesor de ciencias agrícolas, violonchelista, budista devoto, esperantista, vegetariano y activista social utópico.
Era el hijo mayor de un matrimonio de acomodados prestamistas. El año en que nació, su provincia sufrió inundaciones, un fuerte terremoto y un tsunami devastador. Sus padres intervinieron en una serie de charlas para animar a la población y darle consuelo espiritual, que marcaron de por vida al pequeño Miyazawa. Fué un estudiante muy aplicado, un trabajador incansable y siempre estuvo preocupado por labrarse una posición segura.
Escribió sus primeros versos a los trece años. Se hizo Ingeniero Agrícola y sacó tan buenas notas que obtuvo una beca para seguir estudiando Geología. Pero acabados los estudios, entró a trabajar en una editorial y se volcó en la literatura.
Se hizo famoso por sus cuentos infantiles, mientras la mayoría de sus poemas permanecían inéditos y se publicaron después de que falleciese por pulmonía. Hoy en día está muy bien valorado como poeta y cuentista, y es una de las figuras de la literatura japonesa más admiradas e influyentes.
Era el hijo mayor de un matrimonio de acomodados prestamistas. El año en que nació, su provincia sufrió inundaciones, un fuerte terremoto y un tsunami devastador. Sus padres intervinieron en una serie de charlas para animar a la población y darle consuelo espiritual, que marcaron de por vida al pequeño Miyazawa. Fué un estudiante muy aplicado, un trabajador incansable y siempre estuvo preocupado por labrarse una posición segura.
Escribió sus primeros versos a los trece años. Se hizo Ingeniero Agrícola y sacó tan buenas notas que obtuvo una beca para seguir estudiando Geología. Pero acabados los estudios, entró a trabajar en una editorial y se volcó en la literatura.
Se hizo famoso por sus cuentos infantiles, mientras la mayoría de sus poemas permanecían inéditos y se publicaron después de que falleciese por pulmonía. Hoy en día está muy bien valorado como poeta y cuentista, y es una de las figuras de la literatura japonesa más admiradas e influyentes.
Miyazawa Kenji
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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