Los fotógrafos de muertos en Galicia

Retrato de un bebé fallecido (foto Maximino Reboredo)

                   

Hubo una época, a caballo entre los siglos XIX y XX, en la que los fotógrafos de muertos andaban por las aldeas y pueblos de Galicia, haciendo retratos de los recién fallecidos como parte del rito mortuorio de despedida, una manera de tener un recuerdo del ya difunto, que muchas veces dejaba muy pocas fotos.

               

La fotografía de muertos puede parecer algo tétrico, incluso morboso, pero cumplía una serie de funciones:

• Daba fé del deceso y lo demostraba, en una época en la que las comunicaciones eran lentas y había muchos emigrados en cualquier familia. Nadie podría decir eso de «no me lo puedo creer».
• En el caso de niños y bebés, era una manera de recordarlos, de que no quedasen en el olvido y estuviesen siempre presentes de alguna manera.
• Prolongaba la existencia simbólica del muerto, ya que permanecía en el salón familiar de «foto presente» y era testigo de alguna manera de los grandes acontecimientos y celebraciones. Se le recordaba más.

Éstas y otras reflexiones sobre tan curiosa costumbre pueden encontrarse en la tesis de Virginia de la Cruz presentada en la Universidad Complutense de Madrid en el año 2010, que podéis encontrar en este enlace:

              «Retratos fotográficos post mortem en Galicia nos séculos XIX e XX».

Para más información, véase este reportaje.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.