Título: La lluvia amarilla
Autor: Julio llamazares
Páginas: 144
Editorial: Seix Barral
Precio: 5,95 euros
Año de edición: 2011
Esta novela, una de las más famosas del autor, cuenta los últimos días de un campesino viejo, el último del lugar, que sobrevive a duras penas y en solitario en Ainielle, un pueblecito del municipio de Biescas, en la comarca del Alto Gállego, pegada al pirineo oscense. Una pequeña localidad que se encuentra, hoy y desde hace años, exactamente desde 1971, deshabitada.
Por eso esta crónica fabulada, pero bien que podría ser real, sobre el último habitante de pueblecito de montaña, tan parecido a otros cuantos miles, resulta tan interesante, porque nos cuenta en voz baja y casi clandestina lo que le está ocurrriendo a la España rural (véase «La España vacía»).
El pueblo deshabitado de Ainielle
«Ainielle existe. En el
año 1970 quedó completamente abandonado, pero sus casas aún resisten,
pudriéndose en silencio, en medio del olvido y de la nieve, en las
montañas del Pirineo de Huesca que llaman Sobrepuerto.»
Así arranca esta peculiar novela, organizada en párrafos, sin capítulos, dominada por el diálogo casi interior del protagonista, teñida de la melancolía de las cosas que se van y se pierden para siempre jamás, y también de su irresistible encanto.
Porque nada más leerlo dan ganas de visitar Ainelle y ver qué ha quedado de ese pueblo que, como tantos otros, apenas hace cien años albergaba una comunidad de habitantes llena de vida y empuje. Los pueblos españoles se están muriendo y esta es la crónica, poética, ligeramente triste, muy bien escrita y llena de recursos literarios que nos cuenta lo que allí ha pasado, con un lenguaje moderno y la empatía a flor de piel.
Una excelente novela que, además de ser un gran texto, bello y profundo, es el testimonio literario de lo que nos está pasando como país en las zonas rurales de la España seca. Muy recomendable.
Así arranca esta peculiar novela, organizada en párrafos, sin capítulos, dominada por el diálogo casi interior del protagonista, teñida de la melancolía de las cosas que se van y se pierden para siempre jamás, y también de su irresistible encanto.
Porque nada más leerlo dan ganas de visitar Ainelle y ver qué ha quedado de ese pueblo que, como tantos otros, apenas hace cien años albergaba una comunidad de habitantes llena de vida y empuje. Los pueblos españoles se están muriendo y esta es la crónica, poética, ligeramente triste, muy bien escrita y llena de recursos literarios que nos cuenta lo que allí ha pasado, con un lenguaje moderno y la empatía a flor de piel.
Una excelente novela que, además de ser un gran texto, bello y profundo, es el testimonio literario de lo que nos está pasando como país en las zonas rurales de la España seca. Muy recomendable.
Julio Llamazares (Vegamián, 1955), escritor y periodista, nació en un pequeño pueblo leonés que ha desaparecido bajo las aguas del embalse de Porma, hoy llamado embalse Juan Benet, inaugurado en 1968.
Estudió Derecho,
empezó a ejercer como abogado, pero lo dejó para dedicarse al
periodismo en prensa, radio y televisión. Publicó su primera novela, «Luna de lobos», en 1985 y ha tocado casi todos los géneros. Ha escrito
cuentos, poesía, ensayo, novela, artículos, libros de viaje, guiones de
cine...
Su
obra es siempre intimista y poética, cercana a la naturaleza y lo
rural. Se puede decir que es un escritor romántico en el sentido
original del término: escribe desde la consciencia de la separación
entre hombre y natura, desde la sensación pérdida de un paraíso, pérdida
ficticia porque nunca ha existido tal paraíso. Es ya un habitual de este humilde blog (véase este enlace).
Julio Llamazares
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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