Título: Cuentos de amor
Autor: Junichiro Tanizaki
Páginas: 319
Editorial: Alfaguara
Precio: 18,90 euros
Páginas: 319
Editorial: Alfaguara
Precio: 18,90 euros
Año de edición: 2016
Este libro está compuesto por once cuentos de longitud media, que tienen entre 25 y 30 páginas cada uno, escritos entre 1910 y 1936, algunos inéditos en castellano hasta ahora, con una notable unidad de estilo, temas y tono general. Son relatos de un altísimo nivel literario, delicados y refinados, con un equlibrio muy sofisticado que se nota en cada frase, en cada párrafo y en cada cuento. Tienen una armonía discreta que sobrevive a la traducción y se percibe incluso en español.
Efectivamente, el estilo es exquisito como un grabado japonés, tierno y emocionante. Pero no os esperéis once cuentos románticos sobre el amor clásico, llenos de pasión y arrebatos, este libro es otra cosa. Me ha sorprendio enormemente la libertad y la profundidad psicológica con las que el autor aborda el travestismo en «El secreto», el fetichismo en «Los pies de Fumiko» y «La flor azul», el suave sadismo en «Tatuaje», el sadismo en todo su esplendor de «El caso del baño Yanagi» y «Terror», el masoquismo en «El caso Crippen a la japonesa» y alguna que otra perversión más.
La lectura de este libro, además de suponer un contacto con la belleza a través de otra cultura, la japonesa, llena de refinamiento e intensidad, ha sido una experiencia inquietante y ciertamente perturbadora porque he sentido que todo el abanico de, digamos aspectos desviados o pervertidos del amor, no eran totamente ajenos a mí. He tenido la sensación de asomarse a una habitación interior en la que nunca había estado y en la que no deseo entrar, pero en la que podría llegar a intenarme si se dieran las circunstancias apropiadas.
Un libro que le deja a uno un poco preocupado, pero que ayuda a conocerse a uno mismo y a entender un poco mejor a otros. Volviendo a los aspectos literarios, estos once cuentos son tan buenos que es casi imposible elegir ninguno como favorito, todos y cada uno de ellos me parecen excepcionales, cada uno mejor que el anterior. La verdad es que los once tienen algo especial, unos son algo más poéticos, otros divertidos y con un toque de ironía, y algunos parecen verdaderas máquinas diabólicas que se ganan palabra a palabra la empatía y la identificación del lector en una especie de diario íntimo, para luego llevarlo a las situaciones más inusuales y dodne habitualmente, no quiere ir.
Once cuentos estupendos, llenos de sensualidad y erotismo, profundos, magistrales, en los que el autor dosifica perfectamente lo que que quiere decir y lo que prefiere no mencionar para sugerirlo de la manera más persuasiva. Una maravilla. Me parece que váis a tener que leerlos, no hay otro remedio. Váis a disfrutar.
Esta recopilación viene acompañada de un prólogo excelente de Carlos Rubio, gran especialista en literatura japonesa y responsable de esta edición, que sirve de breve introducción a la vida, la obra de Tanizaki y a estos once cuentos que son como once joyas maravillosas, llenas de belleza tranquila y destellos deslumbrantes.
Creo que merece una mención especial la labor de los traductores, Akihiro Yano y Twiggy Hirota, que han vertido los originales directamente al español ejecutando lo que parece un trabajo magistral, en el que nada chirría y nada molesta ni entorpece el disfrute del lector.
Esta recopilación viene acompañada de un prólogo excelente de Carlos Rubio, gran especialista en literatura japonesa y responsable de esta edición, que sirve de breve introducción a la vida, la obra de Tanizaki y a estos once cuentos que son como once joyas maravillosas, llenas de belleza tranquila y destellos deslumbrantes.
Creo que merece una mención especial la labor de los traductores, Akihiro Yano y Twiggy Hirota, que han vertido los originales directamente al español ejecutando lo que parece un trabajo magistral, en el que nada chirría y nada molesta ni entorpece el disfrute del lector.
Fotograma de «Tatuaje» (1966) pelicula de Masumura basada en un cuento de este libro
Junichiro Tanizaki (Chūō, Tokio, 1886-1965) es un escritor japonés, considerado una de las figuras clave de la literatura de su país que ha visitado varias veces este humilde blog. Fué un vividor, acosado continuamente por la censura debido a los temas que trataba.
Nacido en la familia acomodada de un comerciante, vivió con holgura en su infancia, pero luego conoció el declive familiar, tuvo que trabajar de joven como profesor particular de los hijos de una familia rica y más tarde supo lo que era la humillación, al ser rechazado por su familia por casarse con una mujer que era prácticamente su empleada. Esas experiencias marcaron su literatura. Estuvo casado tres veces.
Empezó a publicar en serio a los 24 años, formando parte de la literatura romántica japonesa. Luego se vió atraído fuertemente por la cultura occidental hasta que cumplió los cuarenta años y finalmente, se acercó a la cultura tradicional japonesa.
Dejó un impresionante legado en treinta volúmenes de cuentos, novelas, poesía y ensayo. Tanizaki destaca por la osadía de sus temas, que se ocupan a veces de indagar en los deseos más inconfesables del ser humano, y por su estilo exquisito y delicado.
En 1964 fué elegido miembro de la Academia de Letras y Artes de Estados Unidos, el primer japones en recibir ese honor.
Nacido en la familia acomodada de un comerciante, vivió con holgura en su infancia, pero luego conoció el declive familiar, tuvo que trabajar de joven como profesor particular de los hijos de una familia rica y más tarde supo lo que era la humillación, al ser rechazado por su familia por casarse con una mujer que era prácticamente su empleada. Esas experiencias marcaron su literatura. Estuvo casado tres veces.
Empezó a publicar en serio a los 24 años, formando parte de la literatura romántica japonesa. Luego se vió atraído fuertemente por la cultura occidental hasta que cumplió los cuarenta años y finalmente, se acercó a la cultura tradicional japonesa.
Dejó un impresionante legado en treinta volúmenes de cuentos, novelas, poesía y ensayo. Tanizaki destaca por la osadía de sus temas, que se ocupan a veces de indagar en los deseos más inconfesables del ser humano, y por su estilo exquisito y delicado.
En 1964 fué elegido miembro de la Academia de Letras y Artes de Estados Unidos, el primer japones en recibir ese honor.
Junichiro Tanizaki
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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