Título: Cantar de Mio Cid
Autor: Anónimo
Páginas: 152
Editorial: Espasa-Calpe
Precio: 9,76 euros
Año de Edición: 2006
Para completar un fin de semana épico se me ha ocurrido volver a leer el Cantar de Mio Cid, un poema escrito alrededor del año 1.200 que narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar (Vivar, 1049-1099), llamado Cid Campeador. Se compone de 3.735 versos que riman en asonante, de longitud variable, aunque la mayoría están entre las 14 y las 16 sílabas. Su importancia se debe a varias particularidades: es el único poema épico medieval español conservado practicamente completo (sólo faltan unos 50 versos al principio); es el primer texto narrativo escrito en español, y destaca por la belleza y expresividad de su estilo.
En él, un narrador omnisciente cuenta las aventuras y batallas libradas por el Cid durante su destierro, acompañado por 300 de los suyos y su fiel lugarteniente Álvar Fáñez, llamado Minaya (mi hermano). En el poema, nuestro héroe aparece como un caballero no sólo valiente y poderoso, sino también astuto e inteligente. Evidentemente no sabemos cómo era físicamente, no hay ningún retrato suyo, pero se le describe con una barba larga y cerrada.
Después de que hubiese muerto apuñalado el rey de Castilla Sancho II, todo el mundo sospechaba de su sucesor Alfonso VI. El Cid, le hizo jurar en Santa Gadea que no había tenido nada que ver en la muerte de Sancho, y eso el rey no se lo pudo perdonar. Le desterró de Castilla y nuestro caballero se dedicó a ganarles batallas a los moros y conquistar ciudades y pueblos durante tres años, hasta llegar a dominar Valencia. Finalmente el rey le perdono, seguramente por la cuenta que le traía. Como dice un verso del cantar: «¡Dios, qué buen vasallo, si tuviese buen señor!».
Grabado de El Cid
Un poema clásico entre los clásicos españoles, escrito en un curiosísimo castellano antiguo, y lleno de situaciones dramáticas, bien contadas con una estilo de una rara belleza. ¡Qué buen comienzo para la literatura en español!
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
Cómo anécdota diré que la edición que nos recomendaron en el instituto era una que en la cara par estaba el escrito original y en la impar una especie de castellano antiguo actualizado. Cuando empecé a leer el libro me preguntaba porqué a veces lo entendía y a veces no, me llamé tonta al darme cuenta del error y lista al ver que media clase se había acabado el libro sin percatarse de estar leyendo lo mismo dos veces.
ResponderEliminarMuy buena. De todas maneras, no te preocupes, cosas así pasan ahsta en las mejores familias.
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