sábado, 30 de abril de 2016

Epigramas eróticos - Marco Valerio Marcial


Título: Epigramas eróticos
Autor: Marco Valerio Marcial

Páginas: 224

Editorial: Renacimiento

Precio: 12 euros

Año de edición: 2016


Este librito recoge 166 epigamas de los 1500 que escribió Marcial, uno los cultivadores más hábiles de ese género. El epigrama es una composición poética corta que expresa una idea única, festiva o satírica, de forma ingeniosa y aguda. Tiene la concisión del aforismo y se puede decir que es su análogo en poesía.

Ha de ser tan corto como para poder grabarse en piedra (ése es su origen) y como dijo Iriarte, «debe ser como la abeja, pequeño, dulce y punzante». 

En este caso son de tema erótico, a menudo pornográficos y crudos, a veces solo sicalípticos y graciosos y de vez en cuando, delicadamente poéticos y tiernos. Éstos son los que más me gustan, delicadas composiciones que destacan después de leer unas cuantas páginas de sexo duro, y eso que el traductor ha suavizado algunas expresiones cuando que ha podido. 

Desvergonzados y provocadores, en su época debieron serlo todavía más, porque mencionan a los protagonistas. A veces hay en ellos juegos de palabras, por ejemplo entre culum (culo) y oculum (ojo), a veces una belleza poética algo extraña y lejana, como en la descripción que hace Marcial de su amante masculino ideal, ni demasiado esquivo, ni demasiado fácil. Y en ocasiones resulta demasiado fuerte, como en «Contra un marido cruel». 

De las costumbres sociales de la época hay varias cosas que llaman la atención. Por un lado, los gestos y expresiones que se mantienen hoy en día, como los cuernos como símbolo de ser engañado, el gesto de mostrar el dedo de en medio o la depilación masculina. Por otro lado, que los tabús vigentes son prácticamente los mismos, en cuestión de sexo estaban mal vistas las mismas cosas. Y por último, lo bárbaro de algunas costumbres. No era raro mutilar la cara del amante de la esposa como castigo y por supuesto, el que hubiese esclavos siempre resulta escandaloso. 

Así son estos epigramas, van de la fina ironía al más cruel arcasmo. Una manifestación poética muy curiosa, que vale la pena conocer, de otra época, aparentemente muy distinta de la nuestra, en cuanto a usos y costumbres, y en el fondo muy parecida en cuanto toca al fondo del ser humano. 

Marco Valerio Marcial (Calatayud, 40 - 104) fué un poeta romano. Nació en Bílbilis, la actual Calatayud, y con 24 años marchó a Roma a finalizar sus estudios jurídicos, bajo la protección de Séneca. Pero el suicidio del filósofo en el 65 le dejó desamparado y sin recursos, así que tuvo que buscarse la vida con varios patronos.

Se granjeó la amistad de los principales escritores de la época, como Plinio el Joven, Juvenal y el gaditano Canio Rufo, que aparece en estos epigramas. Compuso loas al emperador Domiciano y consiguió protección y sustento.

Finalmente perdió el mecenazgo de los poderosos y se retiró a su tierra, a una granja que le regaló una admiradora. Curiosamente, murió el mismo día que había nacido, un primero de marzo. 

Marcial

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

2 comentarios:

  1. Anotado queda, al ser una edición reciente quizás no lo v ea en la feria del libro anual de mi país. Gracias por la reseña, imprescindible tu blog. Te sigo y leo desde mi lector RSS, aunque no comente mucho.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Fingolfin. Si lees algo que te guste mucho, dímelo, por favor y si te animas a escribir una reseña, mejor que mejor ;-)

    Salud y libros.

    ResponderEliminar