Título: Sostiene Pereira
Autor: Antonio Tabucchi
Páginas: 184
Editorial: Anagrama
Precio: 7,90 euros
Año de edición: 1991
Sostiene Pereira, o mantiene, o asegura…
haber dicho, haber viajado, haber hablado con su director… este es el mantra,
el latiguillo que como si se tratara de un escrito oficial repite
machaconamente Tabucchi durante toda esta historia, como una letanía incansable
comparable a Pachelbel con su Canon.
Una historia de un periodista
lisboeta mayor, melancólico, triste, solitario, cansado de la vida tras
enviudar, de existencia gris y aburrida, consumidor habitual de omelettes a las finas hierbas y
limonada, obeso y enfermo del corazón. Es el redactor de la sección cultural de
un periódico de Lisboa durante la dictadura de Salazar y un día decide
contratar a un joven como colaborador en su página. Éste tiene otras
actividades e inquietudes políticas por su país y por la vecina España, en
guerra civil por aquellos años.
Junto a su novia, arrastran a
Pereira a situaciones inesperadas y sorprendentes, nuevas para su tranquila vida,
que así se activa y se va acelerando progresivamente hasta despertar en el
veterano periodista actitudes olvidadas y, ante complicaciones importantes,
termina decidiendo jugarle una mala pasada, inteligente y elegante, al régimen
salazarista.
Una buena descripción de Lisboa
en los años 30, con un acertado reflejo de su sociedad (la portera fisgona y confidente
policial, el director de periódico autoritario pero muy dócil con el régimen,
un joven e inquieto médico que planea emigrar). Un libro con una acción
inicialmente tranquila como el personaje que luego se apresura paulatinamente hasta un final acelerado que
cambia radicalmente la vida del protagonista.
Antonio Tabucchi (Pisa 1943-
Lisboa 2012) fue un lector voraz desde su juventud, un comelibros. Estudió filosofía
y letras en su cuidad natal. Viajó con frecuencia por Europa recorriendo
lugares relacionados con sus lecturas. Ejerció como profesor de lengua y
literatura portuguesa en varias universidades italianas: Bolonia, Génova y
Siena.
Deslumbrado por la obra de Fernando Pessoa estudió lengua portuguesa, se enamoró de Lisboa donde se estableció, se casó y tuvo a sus hijos. Sin embargo, nunca olvidó su tierra natal y compaginaba su vida lisboeta, donde escribía, con estancias en Siena para desarrollar su trabajo en la universidad.
Intelectual con inquietudes políticas, fue un opositor muy crítico con Berlusconi y en su país de adopción apoyó la candidatura del socialista Mario Soares. Profesionalmente, llegó a ser director del Instituto Italiano de Cultura en Lisboa.
Ha escrito un buen número de novelas y ensayos traducidos a varios idiomas y a su vez ha traducido al italiano la obra de su admirado Pessoa.
De alguno de sus libros se han hecho versiones cinematográficas, de éste en concreto se hizo una buena versión en 1995, dirigida por Roberto Faenza, con una soberbia interpretación de Marcello Mastroianni, una de las últimas de su vida.
Deslumbrado por la obra de Fernando Pessoa estudió lengua portuguesa, se enamoró de Lisboa donde se estableció, se casó y tuvo a sus hijos. Sin embargo, nunca olvidó su tierra natal y compaginaba su vida lisboeta, donde escribía, con estancias en Siena para desarrollar su trabajo en la universidad.
Intelectual con inquietudes políticas, fue un opositor muy crítico con Berlusconi y en su país de adopción apoyó la candidatura del socialista Mario Soares. Profesionalmente, llegó a ser director del Instituto Italiano de Cultura en Lisboa.
Ha escrito un buen número de novelas y ensayos traducidos a varios idiomas y a su vez ha traducido al italiano la obra de su admirado Pessoa.
De alguno de sus libros se han hecho versiones cinematográficas, de éste en concreto se hizo una buena versión en 1995, dirigida por Roberto Faenza, con una soberbia interpretación de Marcello Mastroianni, una de las últimas de su vida.
Marcello Mastroianni en el papel de Pereira
Publicado por John Smith.
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