Título: Niveles de vida
Autor: Julian Barnes
Páginas: 143
Editorial: Anagrama
Precio: 14,90 euros
Año de edición: 2014
Leer esta novela de Julian Barnes, a propósito de la muerte de su mujer, fallecida seis años antes, es toda una experiencia emocional, profunda y conmovedora, y un ejercicio de lectura muy interesante si la comparamos con la soberbia novela de Rosa Montero, «La ridícula idea de no volver a verte» (2013), sobre el mismo tema: la pérdida del ser querido. Dos maneras muy distintas de resolver un planteamiento realmente difícil, analizar por medio de la literatura una de las situaciones más íntimamente dolorosas.
Si la Montero es mediterránea, muy afectiva, siempre tan llena de pasión a punto de desbordarse que no podemos evitar quererla inmediatamente, Barnes es todo contención británica, flema y mesura, aparente distanciamiento tras el que se esconde un amor profundo e intenso por su esposa fallecida, y el efecto es también muy emocionante y conmovedor. Es curioso ver cómo dos estilos tan diferentes consiguen alejarse completamente de lo cursi y blandengue, y tratar el tema de la pérdida de manera tan sobresaliente.
La novela de Barnes constituye además una curiosa manera de hacer una novela de ideas. No se sabe muy bien si es un libro de memorias, una biografía parcial, una novela, un ensayo muy peculiar, un tratado de poesía o todo a la vez. Lo que sí es cierto, es que recuerda a ráfagas al mejor Kundera de «La insoportable levedad del ser» y a Echenoz por su concisión. Barnes dice lo justo, ni una palabra más.
El lenguaje es exquisito, no en vano el autor trabajó durante años como redactor nada menos que del Diccionario Oxford de Inglés, y el libro explota con éxito la vieja idea del collage. Está compuesto de tres partes, superpuestas, que se presentan al lector unidas por un leve juego de metáforas que conducen suavemente a la tercera parte, que da sentido a todo el libro.
Una obra sobre la pérdida, los globos aerostáticos, el amor, los inicios de la fotografía aérea, la gran Sarah Bernhardt y sus romances, el afecto, la aflicción y el recuerdo, las variantes del dolor, la soledad y la compañía... rematada con un final lleno de fuerza.
Una novela maravillosa, profunda, sobresaliente, de las que obligan a levantar la vista del texto de vez en cuando para pensar un poco o para bucear en nuestros recuerdos. Me atrevo a recomendársela a todo el mundo, aunque el tema no es muy alegre, pero es que es tan buena, que creo que vale la pena.
Páginas: 143
Editorial: Anagrama
Precio: 14,90 euros
Año de edición: 2014
Leer esta novela de Julian Barnes, a propósito de la muerte de su mujer, fallecida seis años antes, es toda una experiencia emocional, profunda y conmovedora, y un ejercicio de lectura muy interesante si la comparamos con la soberbia novela de Rosa Montero, «La ridícula idea de no volver a verte» (2013), sobre el mismo tema: la pérdida del ser querido. Dos maneras muy distintas de resolver un planteamiento realmente difícil, analizar por medio de la literatura una de las situaciones más íntimamente dolorosas.
Si la Montero es mediterránea, muy afectiva, siempre tan llena de pasión a punto de desbordarse que no podemos evitar quererla inmediatamente, Barnes es todo contención británica, flema y mesura, aparente distanciamiento tras el que se esconde un amor profundo e intenso por su esposa fallecida, y el efecto es también muy emocionante y conmovedor. Es curioso ver cómo dos estilos tan diferentes consiguen alejarse completamente de lo cursi y blandengue, y tratar el tema de la pérdida de manera tan sobresaliente.
La novela de Barnes constituye además una curiosa manera de hacer una novela de ideas. No se sabe muy bien si es un libro de memorias, una biografía parcial, una novela, un ensayo muy peculiar, un tratado de poesía o todo a la vez. Lo que sí es cierto, es que recuerda a ráfagas al mejor Kundera de «La insoportable levedad del ser» y a Echenoz por su concisión. Barnes dice lo justo, ni una palabra más.
El lenguaje es exquisito, no en vano el autor trabajó durante años como redactor nada menos que del Diccionario Oxford de Inglés, y el libro explota con éxito la vieja idea del collage. Está compuesto de tres partes, superpuestas, que se presentan al lector unidas por un leve juego de metáforas que conducen suavemente a la tercera parte, que da sentido a todo el libro.
Una obra sobre la pérdida, los globos aerostáticos, el amor, los inicios de la fotografía aérea, la gran Sarah Bernhardt y sus romances, el afecto, la aflicción y el recuerdo, las variantes del dolor, la soledad y la compañía... rematada con un final lleno de fuerza.
Una novela maravillosa, profunda, sobresaliente, de las que obligan a levantar la vista del texto de vez en cuando para pensar un poco o para bucear en nuestros recuerdos. Me atrevo a recomendársela a todo el mundo, aunque el tema no es muy alegre, pero es que es tan buena, que creo que vale la pena.
Julian Barnes (Leicester, 1946), escritor y británico, estudió en la Universidad de Oxford y ha trabajado como traductor, editor, crítico de cine y lexicógrafo. Ha escrito once novelas hasta ahora. Se le encuadra en el posmodernismo literario y ha publicado tambien varias novelas policiacas con el pseudónimo de Dan Kavanagh. Ha ganado varios premios, todos ellos muy prestigiosos, como el Prix Femina, el Chevalier de l'Ordre des Arts et des Lettres y el Booker Prize.
Julian Barnes
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
Muy buena reseña.
ResponderEliminarLeí hace poco un artículo de este libro, y me entró curiosidad. Ahora, las ganas son casi irresistibles. No he leído nada de este británico con nombre tan español. Ojalá me anime con "Niveles de vida".
Jesús Rojas.
Te lo recomiendo. Julian Barnes es un excelente escritor, un fino estilista y además consigue que un libro sobre la muerte de su mujer, sea una obra de arte que emociona y no deprime al ñenimo en absoluto.
ResponderEliminarSalud y libros.