Título: Correr
Autor: Jean Echenoz
Páginas: 144
Editorial: Anagrama
Precio: 14,90 euros
Año de edición: 2010
Que nadie espere una biografía al uso, un relato ordenado y clásico de la vida del gran corredor cheloscovaco. Éste es un libro un poco desconcertante porque en realidad es una novela sobre un personaje real, pero no se trata de una biografía y está escrita de una manera muy peculiar. A Echenoz le interesa escribir sobre figuras del mundo real, jugar con la realidad y la ficción, con la verdad y la mentira, con la imaginación y la adivinación. Alguien dirá que eso no es muy ortodoxo, pero me parece un planteamiento muy interesante y creo que el autor consigue así transmitirnos una imagen mucho más veraz y rica en matices que la que da una biografía clásica.
Por otro lado ¿qué preferís para conocer a un personaje en profundidad?¿una foto o un buen retrato al óleo? las dos opciones son válidas y a veces un retrato, una obra de arte al fin y al cabo, en la que el artista se toma sus libertades, capta mucho mejor la psicología y al forma de ser del retratado.
Volviendo a la novela, está escrita con un estilo muy particular, económico, escueto, casi minimalista que a la vez es descriptivo y bastante objetivo, pero que parece casi impresionista porque se sólo se fija en un subconjunto de las cosas que se podrían contar y profundiza en ellas. Por supuesto cuenta los grandes hitos de la historia del protagonista, pero se detiene caprichosamente en los episodios que más le interesan al autor. Describe una vida como si fuera un fractal, uno de esos objetos matemáticos que repiten un mismo patrón hasta el infinito y en los que una pequeña parte es similar al todo.
Sin embargo, a pesar de tan peculiar aproximación, creo que al cerrar el libro queda en la memoria un dibujo de la personalidad de Zátopek muy rico e interesante, muy atractivo y que, desde luego, no se olvida fácilmente..
En fin, los libros de este francés me parecen una maravilla. Son atrevidos, innovadores, arriesgados, tienen un estilo propio reconocible. Son vanguardistas y a la vez, se disfrutan y se leen con placer. ¿Cómo innovar en literatura y a la vez conseguir que el lector se lo pase bien? Echenoz ha encontrado una solución al problema que me gusta mucho, la verdad.
Un libro muy recomendable, pero que hay que leer sabiendo que uno no se va a encontrar con un relato clásico, sino con algo nuevo, con otra cosa.
Emil Zátopek (Kopřivnice, 1922-2000) fué un mítico corredor checoslovaco, apodado «la locomotora humana», que revolucionó la manera de correr las pruebas de fondo, de 5 000 y 10 000 metros. Antes de Zátopek, los atletas corrían cansinamente, no muy deprisa, hasta llegar a los últimos cientos de metros, donde lanzaban un ataque y ganaba el que mejor esprintaba. Zátopek corría toda la carrera a un ritmo altísimo, que sus rivales no soportaban y los destrozaba mucho antes de llegar a meta.
Otra peculiaridad suya era el estilo de correr. Desencajado, poco elegante, sin técnica ni armonía, parecía que iba a sufrir un colapso en cualquier momento, sobre todo en los últimos metros. Sin embargo, ganó siete medallas de oro en pruebas de fondo y en las Olimpiadas de Helsinki (1952) venció en 5 000 m, 10 000 m y en la maratón en una misma semana.
Fué nombrado coronel por el régimen comunista checoslovaco por sus méritos, pero debido a su apoyo al movimiento de la Primavera de Praga, cayó en desgracia y tuvo que trabajar como barrendero. En palabras de Echenoz, «para el régimen era a la vez un símbolo, un ejemplo y un rehén, todo junto».
Páginas: 144
Editorial: Anagrama
Precio: 14,90 euros
Año de edición: 2010
Que nadie espere una biografía al uso, un relato ordenado y clásico de la vida del gran corredor cheloscovaco. Éste es un libro un poco desconcertante porque en realidad es una novela sobre un personaje real, pero no se trata de una biografía y está escrita de una manera muy peculiar. A Echenoz le interesa escribir sobre figuras del mundo real, jugar con la realidad y la ficción, con la verdad y la mentira, con la imaginación y la adivinación. Alguien dirá que eso no es muy ortodoxo, pero me parece un planteamiento muy interesante y creo que el autor consigue así transmitirnos una imagen mucho más veraz y rica en matices que la que da una biografía clásica.
Por otro lado ¿qué preferís para conocer a un personaje en profundidad?¿una foto o un buen retrato al óleo? las dos opciones son válidas y a veces un retrato, una obra de arte al fin y al cabo, en la que el artista se toma sus libertades, capta mucho mejor la psicología y al forma de ser del retratado.
Volviendo a la novela, está escrita con un estilo muy particular, económico, escueto, casi minimalista que a la vez es descriptivo y bastante objetivo, pero que parece casi impresionista porque se sólo se fija en un subconjunto de las cosas que se podrían contar y profundiza en ellas. Por supuesto cuenta los grandes hitos de la historia del protagonista, pero se detiene caprichosamente en los episodios que más le interesan al autor. Describe una vida como si fuera un fractal, uno de esos objetos matemáticos que repiten un mismo patrón hasta el infinito y en los que una pequeña parte es similar al todo.
Sin embargo, a pesar de tan peculiar aproximación, creo que al cerrar el libro queda en la memoria un dibujo de la personalidad de Zátopek muy rico e interesante, muy atractivo y que, desde luego, no se olvida fácilmente..
En fin, los libros de este francés me parecen una maravilla. Son atrevidos, innovadores, arriesgados, tienen un estilo propio reconocible. Son vanguardistas y a la vez, se disfrutan y se leen con placer. ¿Cómo innovar en literatura y a la vez conseguir que el lector se lo pase bien? Echenoz ha encontrado una solución al problema que me gusta mucho, la verdad.
Un libro muy recomendable, pero que hay que leer sabiendo que uno no se va a encontrar con un relato clásico, sino con algo nuevo, con otra cosa.
Emil Zátopek (Kopřivnice, 1922-2000) fué un mítico corredor checoslovaco, apodado «la locomotora humana», que revolucionó la manera de correr las pruebas de fondo, de 5 000 y 10 000 metros. Antes de Zátopek, los atletas corrían cansinamente, no muy deprisa, hasta llegar a los últimos cientos de metros, donde lanzaban un ataque y ganaba el que mejor esprintaba. Zátopek corría toda la carrera a un ritmo altísimo, que sus rivales no soportaban y los destrozaba mucho antes de llegar a meta.
Otra peculiaridad suya era el estilo de correr. Desencajado, poco elegante, sin técnica ni armonía, parecía que iba a sufrir un colapso en cualquier momento, sobre todo en los últimos metros. Sin embargo, ganó siete medallas de oro en pruebas de fondo y en las Olimpiadas de Helsinki (1952) venció en 5 000 m, 10 000 m y en la maratón en una misma semana.
Fué nombrado coronel por el régimen comunista checoslovaco por sus méritos, pero debido a su apoyo al movimiento de la Primavera de Praga, cayó en desgracia y tuvo que trabajar como barrendero. En palabras de Echenoz, «para el régimen era a la vez un símbolo, un ejemplo y un rehén, todo junto».
Emil Zátopek
Jean Echenoz (Orange, 1947) es un ingeniero, sociólogo y novelista francés muy musical. Sus dos abuelos y su madre tocaban el piano, él mismo lo toca también, así que la música ha estado siempre muy presente en su vida. Su literatura tiene algo de musical, aunque con un estilo muy propio, que se sale de lo normal.
De ninño fué lector un gran devorador de libros y ya en la adolescencia había escrito varias novelas aunque no empezó a publicar hasta los treinta años. Ha publicado quince libros y ganado diez premios, entre otros el prestigioso Premio Goncourt en 1999. Ha hecho alguna traducción del hebreo y ha colaborado en el guión de varias películas.
La crítica le considera uno de los mejores autores franceses de la actualidad
Jean Echenoz
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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