Título: Cómo asaltar un tren
Autor: O.Henry
Páginas: 192
Editorial: Del bronce
Precio: 10,90 euros
Año de edición: 2002
Pues cogemos carrerilla y después de hablar de los apaches, seguimos en el Lejano Oeste para hablar de un libro de uno de los maestros indiscutibles del género corto, un cuentista de primera categoría, el gran O. Henry.
Son catorce piezas escritas entre 1890 y 1990, rebosantes de imaginación y sentido del humor, ambientados en el oeste de los vaqueros y los revólveres, de las diligencias y de las más rancias tradiciones sureñas.
Tómese tres medidas de fino humor a lo Mark Twain, tres medidas del espíritu aventurero y esencial de Jack London, dos de la compasión por los niños de Dickens y otras dos de un toque muy parecido al famoso toque Lubitsch de comedia, que todo lo suaviza, agítese bien y sirvase en relatos cortos, de unas trece páginas cada uno y se tendrá algo muy muy parecido a estos maravillosos cuentos.
O. Henry es un autor irónico, con mucho humor, sincero, muy ingenioso, con mucho desparpajo, gran conocedor del alma humana, que se atreve con todo y que se nota que se lo pasa pipa escribiendo historias. Una de las cosas más curiosas que tiene es una rara habilidad para que resulte creíble todo lo que cuenta.
Un libro lleno de forajidos, vagabundos, ladrones, tipos peligrosos, falsificadores, vaqueros y viejas rencillas entre familias que se heredan durante generaciones. Aquí se encuentra una curiosa versión de la vieja historia del hijo pródigo, una historia de los auténticos hermanos Dalton (que existieron de verdad), tesoros enterrados, un bandido que hace de príncipe azul, una descripción de las delicias cotidianas de la vida conyugal, el castigo entre vaqueros que consiste en tres días de ostracismo y frases geniales como la del asaltador de trenes: «Las mujeres siempre demuestran tener más curiosidad y agallas que los hombres».
Un libro agotado y difícil de conseguir, que demuestra que vale la pena practicar el deporte de la caza del libro de O. Henry, porque todos los cuentos que escribió son extraordinarios. En este enlace, por suerte, se pueden encontrar unos cuantos.
Autor: O.Henry
Páginas: 192
Editorial: Del bronce
Precio: 10,90 euros
Año de edición: 2002
Pues cogemos carrerilla y después de hablar de los apaches, seguimos en el Lejano Oeste para hablar de un libro de uno de los maestros indiscutibles del género corto, un cuentista de primera categoría, el gran O. Henry.
Son catorce piezas escritas entre 1890 y 1990, rebosantes de imaginación y sentido del humor, ambientados en el oeste de los vaqueros y los revólveres, de las diligencias y de las más rancias tradiciones sureñas.
Tómese tres medidas de fino humor a lo Mark Twain, tres medidas del espíritu aventurero y esencial de Jack London, dos de la compasión por los niños de Dickens y otras dos de un toque muy parecido al famoso toque Lubitsch de comedia, que todo lo suaviza, agítese bien y sirvase en relatos cortos, de unas trece páginas cada uno y se tendrá algo muy muy parecido a estos maravillosos cuentos.
O. Henry es un autor irónico, con mucho humor, sincero, muy ingenioso, con mucho desparpajo, gran conocedor del alma humana, que se atreve con todo y que se nota que se lo pasa pipa escribiendo historias. Una de las cosas más curiosas que tiene es una rara habilidad para que resulte creíble todo lo que cuenta.
Un libro lleno de forajidos, vagabundos, ladrones, tipos peligrosos, falsificadores, vaqueros y viejas rencillas entre familias que se heredan durante generaciones. Aquí se encuentra una curiosa versión de la vieja historia del hijo pródigo, una historia de los auténticos hermanos Dalton (que existieron de verdad), tesoros enterrados, un bandido que hace de príncipe azul, una descripción de las delicias cotidianas de la vida conyugal, el castigo entre vaqueros que consiste en tres días de ostracismo y frases geniales como la del asaltador de trenes: «Las mujeres siempre demuestran tener más curiosidad y agallas que los hombres».
Un libro agotado y difícil de conseguir, que demuestra que vale la pena practicar el deporte de la caza del libro de O. Henry, porque todos los cuentos que escribió son extraordinarios. En este enlace, por suerte, se pueden encontrar unos cuantos.
William Sydney Porter (Grensboro, 1862-1910), alias O. Henry, periodista, farmacéutico
y cuentista, es uno de los maestros del género corto famoso por sus
finales rápidos e inesperados. Su padre era médico y su madre murió de tuberculosis cuando él tenía tres años. Lector empedernido desde niño, era un buen estudiante y a los 19 años consiguió el título de farmacéutico.
Trabajó como vaquero, banquero, periodista, delineante y cajero. Acusado de haberse llevado 4000 dólares, huyó a Honduras y para sobrevivir comenzó a escribir relatos que tuvieron un inmediato éxito en prensa. Volvió, fué condenado a cinco años de cárcel y se habituó en prisión a escribir un relato al día. Nunca cuatro mil dólares fueron tan productivos para la historia de la literatura.
O. Henry
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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