Título: Papeles de Recienvenido y Continuación de la nada
Autor: Macedonio Fernández
Páginas: 284
Editorial: Barataria
Precio: 15 euros
Año de edición: 2010
Editorial: Barataria
Precio: 15 euros
Año de edición: 2010
Este libro, publicado originalmente en 1929, es uno de las obras más singulares e influyentes del siglo XX, un libro raro y de difícil clasificación, desconcertante y singular porque se dedica continuamente a tomarle el pelo al lector con soltura y desparpajo, triacionando siempre sus expectativas, y a practicar la metaliteratura, con continuas autoalusiones, sazonadas con un peculiar sentido del humor.
Me parece que ésta es una de las reseñas más dificiles de escribir de todas a las que me he enfrentado, porque este texto es indescriptible y peculiar como ninguno. Tiene el mérito de salirse de toda regla, de haber sido escrito hace ya casi 90 años y de ejecutar un planteamiento disparatado con ironía y la suficiente habilidad para que el texto se pueda leer e incluso disfrutar.
Está compuesto en realidad de dos libros, el primero son «Papeles del recienvenido» y reune treinta y dos textos cortos, de una o dos páginas, con títulos tan sugerentes como «El capítulo siguiente», «Carta abierta argentino-uruguaya», «Artículo diferente», «Lo que solo deben saber quienes esto escuchen», que dan una buena dea de su contenido, y una serie de brindis a personajes famosos. En ellos se practica la literatura confusiva y automatista, es decir una manera de escribir paradójica y humorística, plagada de expresiones como «se despide de vosotros, por ahora, dejando el haber venido para otro día».
El segundo es «Continuación de la nada», mitad inconfundiblemente segunda, que desgrana en el mismo tono otros treinta textos, entre los que destacan los parlamentos del bobo del Buenos Aires, que no es otro que el propio autor que se postula para el puesto porque piensa que toda gran ciudad debe tener un bobo.
Lo único que puedo decir es que una literatura tan original y desconcertante resulta amena de leer y curiosa de descifrar. El lector no sabe qué está leyendo, pero el juego permanente de sentirse desubicado tiene su gracia, el libro resulta interesante y tiene el enorme mérito de situarse más alá de todas las vanguardias y resultar siempre novedoso. Un autor único, de culto, del que Jorge Luis Borges se declaró seguidor incondicional.
Esta edición viene acompañada por un retrato a modo de prólogo de Ramón Gómez de la Serna y una despedida o epílogo del gran Borges. No se pueden tener mejores avalistas.
Me parece que ésta es una de las reseñas más dificiles de escribir de todas a las que me he enfrentado, porque este texto es indescriptible y peculiar como ninguno. Tiene el mérito de salirse de toda regla, de haber sido escrito hace ya casi 90 años y de ejecutar un planteamiento disparatado con ironía y la suficiente habilidad para que el texto se pueda leer e incluso disfrutar.
Está compuesto en realidad de dos libros, el primero son «Papeles del recienvenido» y reune treinta y dos textos cortos, de una o dos páginas, con títulos tan sugerentes como «El capítulo siguiente», «Carta abierta argentino-uruguaya», «Artículo diferente», «Lo que solo deben saber quienes esto escuchen», que dan una buena dea de su contenido, y una serie de brindis a personajes famosos. En ellos se practica la literatura confusiva y automatista, es decir una manera de escribir paradójica y humorística, plagada de expresiones como «se despide de vosotros, por ahora, dejando el haber venido para otro día».
El segundo es «Continuación de la nada», mitad inconfundiblemente segunda, que desgrana en el mismo tono otros treinta textos, entre los que destacan los parlamentos del bobo del Buenos Aires, que no es otro que el propio autor que se postula para el puesto porque piensa que toda gran ciudad debe tener un bobo.
Lo único que puedo decir es que una literatura tan original y desconcertante resulta amena de leer y curiosa de descifrar. El lector no sabe qué está leyendo, pero el juego permanente de sentirse desubicado tiene su gracia, el libro resulta interesante y tiene el enorme mérito de situarse más alá de todas las vanguardias y resultar siempre novedoso. Un autor único, de culto, del que Jorge Luis Borges se declaró seguidor incondicional.
Esta edición viene acompañada por un retrato a modo de prólogo de Ramón Gómez de la Serna y una despedida o epílogo del gran Borges. No se pueden tener mejores avalistas.
Macedonio Fernández (Buenos Aires, 1874-1952) fué un escritor argentino que tocó practicamente todos los géneros y alguno más que no existe o que se inventó el mismo. Ha tenido una influencia enorme en la literatura argentina y en el llamado boom latinoamericano.
Hijo de un estanciero y militar, estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires y se doctoró con una tesis, «De las personas», que permanece inédita. Se hizo fiscal, lo que le dejó suficiente tiempo libre para escribir a sus anchas.
Gran conversador y agudo humorista, comenzó a escribir páginas costumbristas y relatos en los periódicos de la época, como «La Montaña». dirigico por Leopoldo Lugones. Era amigo íntimo del padre de Borges y luego lo fué del propio Jorge Luis Borges, que solía decir que ningún escritor le había impresionado e influido tanto como Macedonio. En 1960, ciego ya, dictó un enjundioso prólogo para una antología de este autor.
En él, dice que le parecía un autor extraordinario, más ocupado en ocultar que en mostrar su enorme talento. Críptico, irónico, descreído y aparentemente de vuelta de todo, admiraba a Cervantes, a quien consideraba su mayor referencia.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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