miércoles, 11 de marzo de 2015

El metal y la escoria - Gonzalo Celorio

 

Título: El metal y la escoria
Autor: Gonzalo Celorio

Páginas: 314

Editorial: Tusquets

Precio: 18 euros

Año de edición: 2014 
  
La última novela de Gonzalo Celorio no puede sustraerse a su estilo y sustento. Reflexión histórica, obra autobiográfica, crisol de los recuerdos, lucha incesante por preservar la memoria. ¿Por qué las reflexiones personales pueden ser interesantes para los demás? Porque cuando el escritor conmueve, cuando nos permite vernos reflejados en sus angustias, sus alegrías, temores o sueños; lo escrito trasciende y se convierte en literatura. 

Los personajes son entrañables y sus vivencias nos son cercanas. ¿Cuál es el detonante de la escritura en este caso particular? Una tragedia personal y familiar: Gonzalo Celorio es el hijo número 11 de una familia de 12; tenía sólo 14 años cuando muere su padre y por ello no pudo tener una cercanía con él. Sus recuerdos se entrelazan con lo que sus hermanos mayores le han contado. Uno de ellos, Benito, figura emblemática por su disciplina, entrega y compromiso es prácticamente el venero en el que abreva para comprender y comprenderse. Y de pronto ese hermano tan querido, casi un padre, se enferma gravemente: sufre de Alzheimer. El temor que despierta la angustia de sufrir en carne propia la enfermedad, tiene también un poco de egoísmo, ¿si él desaparece se irán también con él los recuerdos y lo no dicho? 
      
El personaje central, que es también el escritor, tiene una idea fantástica: como ya no puede preguntarle a su hermano y tiene dudas que lo obsesionan sobre el pasado, acerca de su padre y sus orígenes; decide preguntarle al objeto de su creación: a su propia novela, la historia del abuelo Emeterio, de su padre Miguel y acerca de sí mismo. 
      
Es una novela amena, amable, bien escrita. Reveladora y construida en varios planos. La historia del abuelo llegado de España tendrá para muchos reminiscencias cercanas. Es la vivencia de tantos hombres que «llegaron a hacer las Américas» y a base de sufrimiento, trabajo y esfuerzo consolidaron un destino y forjaron familias comprometidas y plenas. 
     
Las anécdotas que narra como miembro de una familia numerosa, a muchos nos hacen sonreír porque las vivimos y nos recuerdan tiempos idos. Estoy segura de que para las nuevas generaciones será interesante y formativa porque ahora las familias grandes son de cuatro miembros como mucho.
           
Las menciones de cómo era la Ciudad de México en los años sesenta y setenta, cuando la gran urbe aún era habitable, con un clima envidiable y con un sentido de comunidad que hoy se ha perdido, nos permiten también recordar a la antigua «Ciudad de los Palacios», hoy irreconocible; convertida en un caos vehicular, una contaminación constante, un desorden urbanístico que ni el propio Humboldt reconocería.
      
Quienes tuvimos la oportunidad de vivir en ése México, recordamos los jardines y parques, la ciudad limpia, las casas señoriales y las entonces nuevas colonias. Hoy todo eso ha desaparecido por esa terrible vocación de destrucción que nos define. Dense la oportunidad de conocer esa ciudad, redescubran espacios conocidos. 
       
Es preciso mencionar en esta saga familiar una vertiente distinta: una acuciosa investigación de los vericuetos de la política y sus ejecutores. Una crítica nada velada de los motivos absolutamente terrenales por los cuales un ciudadano es obligado a abandonar su patria por haber molestado a un poderoso.
     
Finalmente, un grito angustioso por ser y permanecer; un doloroso reconocimiento de las limitaciones que el paso del tiempo taladra en nuestra persona y nuestro cuerpo físico. ¿Por qué tenemos que envejecer? ¿Por qué nos volvemos maniáticos, obsesivos, intolerantes? ¿Dónde quedó aquél joven que todo pretendía lograr? ¿Seremos fieles a nuestra imagen al final del camino?

Una vez más me permito recomendar una lectura sabrosa, intensa, veraz. La oportunidad de conocer los recuerdos familiares de Gonzalo Celorio quien con su maestría habitual es capaz de hacerlos trascender para convertirlos en una excelente obra literaria.

Gonzalo Celorio

Gonzalo Celorio nació en la Ciudad de México en 1948, y es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1996. Es egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM con nivel de maestría y doctorado  de donde es profesor desde 1974. Entre los diferentes cargos relacionados con la cultura que ha desempeñado, destaca como director general del Fondo de Cultura Económica del 2000 al 2002. 

Ha sido galardonado con diversos reconocimientos, el más reciente el Premio Mazatlán de Literatura en el 2015 precisamente por esta novela, así como la Orden por la Cultura Nacional de Cuba en 1996 y  el Prix des Deux Oceans en 1998 entre otros. Entre sus obras destacan: «Amor propio» (1991), «El viaje sedentario» (1994), «Y retiemble en sus centros la tierra» (1999), «Ensayo de contraconquista» (2001), «Tres lindas cubanas» (2006) y «Cánones subversivos. Ensayos de literatura hispanoamericana» (2009). 

Es una reconocido ensayista, un enamorado de la Ciudad de México y un magnífico narrador de los tiempos idos; por lo que en sus crónicas y relatos conmueven e interesan. Con una formación integral y una sensibilidad extraordinaria es capaz de tratar los más variados temas con autoridad y al mismo tiempo con el valor que sólo la subjetividad imprime.

Publicado por María Antonieta Canseco.

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