Hoy quiero contaros un caso real, verdaderamente increíble, que muestra una vez más que a menudo la realidad supera a la ficción. Es es la historia de Paco, ese hombre de la fotografía con aspecto de galán maduro que recuerda a Robert Redford.
Nació en Denia (Alicante) en 1931 y se fué a Salamanca a estudiar medicina. En la facultad mostró un gran talento para el dibujo y pronto se convirtió en ayudante del profesor de Anatomía. Estando en cuarto curso, un día el profesor le encargó abrir un corazón para enseñárselo a los alumnos al día siguiente. Extrajo un corazón de uno de los cuerpos que tenían preparados, lo abrió mediante un corte longitudinal y se quedó fascinado viendo su estructura organizada en cuatro cavidades, dos válvulas y una poderosa capa muscular alrededor.
Algo no encajaba. No entendía cómo aquel músculo tan pequeño podía contraerse con la fuerza suficiente como para mantener en movimiento el flujo sanguíneo. Siguió dándole vueltas a la cuestión del funcionamiento de corazón. Desde que otro español, Miguel Servet, describiese la circulación de la sangre en 1546, hacia cinco siglos, nadie había logrado explicar de manera convincente la mecánica de aquella pequeña bomba maravillosa.
Hasta que a Paco se le ocurrió una idea genial: el corazón no podía funcionar como una mano que apretase, que estrujase, eso era muy poco eficiente; tenía que funcionar como un trapo que se retuerce, así sí que se logra sacar de él todo el líquido que contiene con un esfuerzo moderado. Empezó a diseccionar corazones de vacas, cerdos, otro muchos animales y también personas. Comprobó muchos otros detalles y perfeccionó su modelo de corazón. Descubrió que hay una banda de fibras musculares arrollada alrededor del corazón de forma helicoidal. La llamó banda miocárdica ventricular.
Su descubrimiento, la estructura helicoidal del músculo cardíaco tendría múltiples aplicaciones. Los cirujanos harían incisiones que respetan la dirección helicoidal, varias técnicas se podrían mejorar teniendola en cuenta, se podrían idear otras nuevas...
Publicó algunos artículos, trató de difundir sus ideas, pero nadie la hizo mucho caso. Por aquel entonces era un simple médico de familia en su Denia natal y no tenía el apoyo de ninguna universidad. Tenía dificultades en que le admitiesen en los congresos de cardiología simplemente como Francisco Torrent Guasp, su nombre completo y sin ninguna institución detrás. Pasaron los años y su teoría se covirtió en una mera curiosidad sin mucha repercusión. Hasta que en el 2005 se celebró en Madrid un gran congreso internacional de la especialidad y Paco consiguió que lo invitasen a presentar una comunicación.
Nuestro hombre realizó una demostración espectacular. Se presentó en el auditorio con un corazón humano entre las manos, explicó cómo funcionaba y finalmente, simplemente presionando con los dedos en el sitio adecuado y rompiendo unas pocas fibras musculares, desenrolló el corazon en una larga banda helicoidal. La ovación fué apoteósica, los mejores cardiólogos del mundo le aplaudían entusiasmados. Paco no cabía en sí de gozo. Por fin tenia el reconocimiento que merecía y sus ideas eran aceptadas.
Bajó del estrado ente felicitaciones y enhorabuenas, todo el mundo queria hablar con él. Pero de pronto, comenzó a sentirse mal. Su hijo, también médico, le acompañó al cuarto de baño y allí, Paco cayo fulminado, víctima de un súbito y devastador infarto de miocardio. Estaba rodeado de los mejores especialistas, pero no pudieron hacer nada por él. Estaba muerto. Sin embago, ésta no es una historia triste. Su hijo no se cansa de repetir que su padre murió completamente feliz y con una sonrisa en los labios.
Hasta que a Paco se le ocurrió una idea genial: el corazón no podía funcionar como una mano que apretase, que estrujase, eso era muy poco eficiente; tenía que funcionar como un trapo que se retuerce, así sí que se logra sacar de él todo el líquido que contiene con un esfuerzo moderado. Empezó a diseccionar corazones de vacas, cerdos, otro muchos animales y también personas. Comprobó muchos otros detalles y perfeccionó su modelo de corazón. Descubrió que hay una banda de fibras musculares arrollada alrededor del corazón de forma helicoidal. La llamó banda miocárdica ventricular.
Su descubrimiento, la estructura helicoidal del músculo cardíaco tendría múltiples aplicaciones. Los cirujanos harían incisiones que respetan la dirección helicoidal, varias técnicas se podrían mejorar teniendola en cuenta, se podrían idear otras nuevas...
Publicó algunos artículos, trató de difundir sus ideas, pero nadie la hizo mucho caso. Por aquel entonces era un simple médico de familia en su Denia natal y no tenía el apoyo de ninguna universidad. Tenía dificultades en que le admitiesen en los congresos de cardiología simplemente como Francisco Torrent Guasp, su nombre completo y sin ninguna institución detrás. Pasaron los años y su teoría se covirtió en una mera curiosidad sin mucha repercusión. Hasta que en el 2005 se celebró en Madrid un gran congreso internacional de la especialidad y Paco consiguió que lo invitasen a presentar una comunicación.
Nuestro hombre realizó una demostración espectacular. Se presentó en el auditorio con un corazón humano entre las manos, explicó cómo funcionaba y finalmente, simplemente presionando con los dedos en el sitio adecuado y rompiendo unas pocas fibras musculares, desenrolló el corazon en una larga banda helicoidal. La ovación fué apoteósica, los mejores cardiólogos del mundo le aplaudían entusiasmados. Paco no cabía en sí de gozo. Por fin tenia el reconocimiento que merecía y sus ideas eran aceptadas.
Bajó del estrado ente felicitaciones y enhorabuenas, todo el mundo queria hablar con él. Pero de pronto, comenzó a sentirse mal. Su hijo, también médico, le acompañó al cuarto de baño y allí, Paco cayo fulminado, víctima de un súbito y devastador infarto de miocardio. Estaba rodeado de los mejores especialistas, pero no pudieron hacer nada por él. Estaba muerto. Sin embago, ésta no es una historia triste. Su hijo no se cansa de repetir que su padre murió completamente feliz y con una sonrisa en los labios.
La banda miocárdica ventricular
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
Gracias
ResponderEliminarGRANDE Paco Torrent Guasp MUY GRANDE una pena naciese en EX-paña...
Hola María Castillo soy, y opinión tengo que ése médico en verdad era, es y será médico
ResponderEliminarY que lo digas, María, y que lo digas.
ResponderEliminarSalud y libros.