viernes, 18 de octubre de 2019

Cuentos de mujeres del viejo continente - Varias autoras

           
Título: Cuentos de mujeres del viejo continente
Autor: Varias autoras

Páginas: 210

Editorial: Clan


Precio: 23 euros 

Año de edición: 2010

18 Relatos, 18. Dieciocho cuentos como dieciocho soles, escritos por otras tantas escritoras de países europeos, la mayoría desconocidas, poco conocidas o al menos poco leídas, pero todas ellas con mucho oficio. La verdad es que me ha sorprendido que sean todas figuras de primera línea. Desde luego, este volumen de muestra una vez más, por si no tuviésemos ya suficientes pistas, que a pesar de todas las dificultades y cortapisas, hay mucha y muy buena literatura escrita por mujeres, y también que demasiado a menudo no se les ha prestado la atención que merecían.

Son relatos que tienen mucho truco, muchos de ellos se han traducido por primera vez al castellano para esta edición, y todos ellos fueron publicados originalmente en los siglos XIX y XX, desde Portugal hasta Rusia, de Dinamarca a Grecia, pasando por toda Europa. Cada pieza va precedida de una pequeña nota biográfica de la autora.

Hay aquí una colección de pequeñas joyas, de la francesa George Sand (1804-1876), un seudónimo masculino tras el que se tuvo que camuflar Aurore Lucile Dupin, de la alemana Franziska Gräfin Zu Reventlow (1871-1918), que tuvo que dedicarse a la traducción para sobrevivir, de la inglesa Beatrice Harraden (1864-1936), que se convirtió en escritora brillante para difundir el feminismo, de la portuguesa Florbela Espanca (1894-1930),una romántica tardía, de la holandesa Belle Van Zuylen (1740-1805), tan buena escritora como compositora de música,  de la rusa Teffi 1876-1952), que nos da una lección sobre qué es la felicidad, de la italiana Matilde Serao (1856-1927), periodista y escritora verista, de la hija de Théophile Gautier, Judith Gautier (1845-1917), la primera mujer en ingresar en la Academia Goncourt, chica prodigio que traducía del chino a los 17 y de tan fuerte personalidad que la llamaban «huracán», de la también alemana Elisabeth Meyer-Foerster (1868-1902), cuyo tema favorito era la diferencia entre clases, de la irlandesa Anne Marie Hall (1800-1881), costumbrista y lírica, de la inglesa Ada Cambridge (1844-1926), que se tuvo que ir a Australia con su marido, un predicador, de la rusa Lidia Avílova (1864-1943), que se carteó con Chéjov durante toda una vida, de la sarda Grazia Deledda (1871-1936), sobre la que hemos publicado ya una entrada, una de las mujeres Premio Nobel menos conocida, de la danesa Erna Juel-Hansen (1845-1922), que escribía sobre los problemas de género, de la suiza Isabelle Eberhardt (1877-1904), que se instaló en Argelia y de la que hemos hablado en esta entrada, de la austríaca Marie Von Ebner-Eschenbach (1830-1916), la aristócrata preocupada por los temas sociales, y de la griega Katina Papá (1903-1959), profesora de instituto y librepensadora.

Dos cosas me han llamado la atención al leer estos relatos tan buenos. En primer lugar, el aire de familia que mantienen la mayoría de ellos, un lejano parecido en algún detalle que parecería indicar que son autoras de un mismo movimiento literario, o del mismo país. A ver si va a ser verdad que la mayoría de las mujeres de una época (o de los hombres, lo mismo me dá) tienen tantas cosas en común que se parecen.

Y en segundo lugar, lo extraordinariamente bien que escribe la inmensa mayoría de ellas. ¿Hay tantas autoras de primera fila que no conocemos? Buscad, buscad libros de estas escritoras en bibliotecas, librerías, establecimientos de segunda mano, ferias... incluso en Amazon si no hay más remedio. Porque son buenísimas y de vedad, que valen la pena. Una de las mejores colecciones de cuentos que he leído. 

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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