Título: Una puta albina colgada del brazo de Francisco Umbral
Autor: Diego Medrano
Páginas: 192
Editorial: Nowtilus
Precio: 12,33 euros
Año de edición: 2008
Recientemente he tenido ocasión de leer una de esas novelas
que demuestran la influencia que un llamativo título puede tener en el lector.
Y es que, en estos momentos, seguramente no me hubiese decidido a leer un libro
que realiza un minucioso y subjetivo estudio sobre la obra de un escritor,
aunque se trate del carismático Paco Umbral, salvo que responda a un título como «Una puta albina colgada del brazo de Francisco Umbral».
Diego Medrano (Oviedo, 1978) escoge en esta novela al
emblemático autor madrileño para colgarle del brazo a una misteriosa mujer, más señora
que señorita, y hacerle recorrer, con ella a su cargo, el muy concurrido por
literatos y pretendientes a serlo, Café Gijón.
Esta obra
eleva a la altura de mito la figura de Umbral. Su melena, como rasgo físico más
característico, le otorga la imagen representativa de un colectivo de escritores
de un momento determinado, como en otra época pudo ser la desaliñada barba de
Valle-Inclán. En la novela se definen su persona y su entorno, que se completará con la mención de otros escritores del tiempo de Umbral, como Antonio Gala, Pere Gimferrer y algunos más.
Esta novela es también la vida de Samuel
Lamada, un
chico de provincias que, como muchos españoles en su juventud, entre los
que me
incluyo, va a Madrid con la esperanza de encontrar un porvenir, y ha
hecho
frente a una de las dificultades más frecuentes de la llegada a la
capital; una
curiosa pensión. Los extraños compañeros de residencia de Sami, como
le llaman sus amistades, encierran algún que otro enigma que resolver. Pero, como
diría en uno de sus versos otro contemporáneo de Umbral, Jaime Gil de Biedma, Sami «vino, como todos
los jóvenes, a llevarse la vida por delante».
El trasfondo de la novela, al que dedica buena parte de sus
páginas, es un exhaustivo análisis de la obra de Francisco Umbral. Salen a la
palestra comentarios de Diego Medrano sobre su obra, y se citadas partes de
libros tan conocidos del autor madrileño como «Mortal y rosa», «El Giocondo», «La
noche que llegué al Café Gijón» y «Memorias de un niño de derechas» entre otros
muchos. De hecho, ahora, tras haber leído «Una puta albina colgada del brazo de
Francisco Umbral», me han entrado unas ganas tremendas de «colgarme» de uno de
sus libros. De los de Paco Umbral, me refiero.
Diego Medrano
Publicado por Jesús Rojas.
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